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Capítulo 21 :
❝ғʀᴀɢᴍᴇɴᴛᴏ❞

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— ¿Recuerdas que dije que teníamos que hablar... de algo que te gustaría? Bueno, como no me diste tiempo de hablarlo contigo, tuve que hacer planes más adelantados.

Su voz estaba totalmente perdida. Su comportamiento y expresiones la hacían ver como... una loca, no tenía uso de razón y era segada por su obsesión. Bajo sus ojos traía una ojeras notorias, su cuerpo tenía movimientos involuntarios al igual que sus risas y sus cabellos estaban levemente despeinados.

— ¿Qué hiciste?

Me atrevi a preguntarle. Mis manos estaban sobre la mesa, con ella monitoreando cualquier movimiento que pudiera hacer. Traía un arma entre sus manos y no paraba de apuntarme amenazando con disparar ante cualquier acción.

— ¿Que qué hice preguntas? —rió brevemente—. Digamos que traje a una persona para que se una a nuestra...diversión, si. No te atrevas a moverte o ser peor para... Ella.

Se alejó un poco, pero sin dejar de mirarme, y se asomó a una de las puertas y metió su mano al parecer buscando algo, y cuando estuvo segura de que no me movería se adentró a la habitación. Podía escuchar cómo le gritaba a alguien. Mí corazón latía fuertemente por la adrenalina y el temor del momento, rogando no ser eso que mi mente dibujaba en su lugar más oscuro y retorcido en forma de amenaza. Miraba fijamente la puerta temiendo lo peor. Y se cumplió.

Desde la puerta se asomó el tono amarronado y negro del cabello imposible de no reconocer. Mis ojos verdes esmeraldas chocaron contra los verdes grisáceos suyos. Era ella, ______.

— ¡Camina, estúpida! —le gritó empujándola mientras le apuntaba—.

La traía sujeta del brazo con fuerza, y a diferencia de mi, traía las muñecas amarradas. La furia me invadió en ese miembro e impulsivamente me levanté de la silla con brusquedad.

— ¡No te muevas o le disparo! —amenazó apuntando a su cabeza—.

_____, me hizo una señal de que todo estaría bien, que ella estaba bien, y mordiendo mi labio a regañadientes tomo asiento nuevamente. Mikasa tenía toda mi atención.

“Mikasa... Cometiste un gran error al meterte con la mujer que amo”.

La acercó a empujones a la otra silla frente a mi y la sentó con brusquedad dejándola caer. De igual modo, sus manos fueron a parar sobre la mesa y roce sus dedos con los míos mirándola; parecía molesta conmigo y lo entendía. Suspiré sin dejar de tocar sus dedos.

— ¡¿Es por esto que me dejaste, eh?! ¡¿Que tiene ella que yo no tenga?! —golpeó la mesa con fuerza—.

_____, bajó la mirada y tuvo la intención de romper la conexión entre nuestros dedos pero no lo permiti. Sujete sus manos con fuerza y determinación y hablé.

— Si. Si, Mikasa. Te deje por ella, porque en ella encontré el amor real y puro que tuvo alguna vez y que aún tiene para darme... Estoy seguro de ello, y no me arrepiento de estar a su lado.

La asiática guardó silencio con el ceño fruncido. Pero para desgracia de ambos, pequeños pasos resonaron en el suelo frío. Mikasa sonrió de forma extraña y corrió a buscarlo.

Viridity || •Eren Jaeger•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora