Los días seguían pasando, los capítulos seguían siendo grabados y el final se acercaba amenazante; así como el tan esperado e inminente reencuentro entre los protagonistas de la serie. Era demasiado desesperante ver como, desde ambos puntos de vista, cada vez se encontraban más cerca de conocer quién era el otro.Y no pasó mucho hasta que el tan esperado día llegó, pero claro que esta vez, nada sería de color de rosas; no mientras el dolor del abandono siguiera presente y la idea de una posible traición comenzara a instalarse en el pecho de ambos, produciendo rencor a montones; dejando que la psicótica y macabra sombra de Abraham Phillips observara todo lo que ocurría en su pequeño y manejable tablero de ajedréz, riendo ante cada movimiento efectuado y que solo llevaba a la inevitable derrota de Horacio Pérez.
Los disparos de las armas de utilería retumbaban por todo el lugar. Dos bandos enfrentados. Dos líderes que se conocían como la palma de su mano, ocultos tras una simple máscara y un chaleco antibalas. Dos hombres en pie, buscando al enemigo que amenazaba con acabar su vida luego de derrotar a todos y cada uno de los miembros de su equipo.
Se escondieron detrás de un par de vigas para buscar refugio y mentalizarse. Ni Viktor ni Horacio sabían quién de los dos saldría victorioso de este fugaz encuentro entre ambos bandos , por eso querían dar lo mejor de ellos mismos en esta escena. Podían amarse y casarse todo lo que ellos quisieran, pero su espíritu competitivo nunca se iría.Pérez se asomó, esperando pacientemente a que su marido se dignara a salir de su escondite. Entrecerró los ojos y afianzó el agarre en su arma; decidido, sabiendo que su puntería era casi magistral, que los balines especiales no dañarían a Viktor y, sobre todo, que ganaría este duelo.
«Que perro es...» pensó sonriendo de lado bajo la máscara al ver que su marido no se dignaba en salir de su escondite.
Lo vio asomarse del lado contrario, intentando dispararle y fallando en el intento. Horacio se corrió de su lugar, buscando un ángulo más favorable para disparar y acertando un par de tiros que lo consagrarían ganador de aquel encuentro.
Volkov cayó derrotado al suelo, quejándose falsamente y viendo como, acompañado por las cámaras detrás de él, Horacio se acercaba a paso decidido y desprendiendo una seriedad que a Viktor le encantaba.Cansado, el moreno se quitó la máscara, revelando su identidad frente al enemigo abatido. —¡¿Quién cojones sois y por qué cojones venís a por mi?! —exclamó, haciendo que su voz retumbe por todo el lugar. El ruso intentó hablar, pero, como la escena lo describía, Horacio tenía que interrumpirle—. ¡¿Por qué no nos dejáis en paz ya de una vez?!
Viktor boqueó un par de veces antes de poder pronunciar una simple letra. —¿H?
—¿Quién cojones eres?
—Horacio ¿qué- qué haces aquí? —preguntó, ignorando lo dicho por el otro actor.
Pérez frunció el ceño.—¿De qué estás hablando? —el ruso intentó responder pero fue interrumpido nuevamente— No, cállate —sentenció, sacando el arma de utilería para apuntar al hombre tendido en el suelo—. Ha llegado tu hora.
—Horacio… joder —murmuró adolorido, la sangre falsa comenzando a manchar su uniforme—. Que soy yo, coño, ¿no me reconoces? —el contrario no respondió, pero aún así no dejaba de apuntar, manteniéndose en el papel en todo momento— ¿Qué haces aquí? ¿por qué-... por qué estás con esta gente?
—Quítate la máscara y el casco —ordenó serio, obteniendo otra queja de dolor por parte del aún enmascarado—. Sois vosotros los que habéis venido a por mi… ¡Sois vosotros los que me habéis atacado! —le reclamó enojado mientras Volkov se quitaba -a duras penas- lo pedido por el ex-director, dejando perplejo a su personaje—. ¿Eres… tú?
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𝟹, 𝟸, 𝟷... ¡𝙲𝚘𝚛𝚝𝚎!
Fiksi PenggemarTodos conocen a sus personajes, pero ¿qué pasa cuando las luces y las cámaras se apagan? Portada hecha por @AbsolutVolkacio en Twitter