6. Ilusión.

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Luego de un par de horas, ambos llegaron a la entrada de una casa hogareña. La luz de la luna llena iluminaba el lugar al igual que algunos focos en el camino; estos dejaban ver un jardín enorme y lleno de flores que la hacían lucir aún más bonita.

- ¿Dónde estamos? - preguntó abriendo los ojos con asombro.

Charly sonrió volteando su cabeza para mirar su rostro. Quizá era su inocencia; sus ojitos llenos de vida; su sonrisa de asombro o simplemente su carita, pero algo había en Yeimy, algo que desde el primer momento lo atrapó por completo.

- ¿Te gusta?

- Es preciosa, Charly.

- Es mi casa de verano... Bueno, de mis papás - corrigió con una sonrisa nerviosa. - Que por cierto, nos están esperando ahí dentro.

El rostro de la chica se llenó de espanto.

- Pero Charly, estoy llena de barro y me tengo que ir ya si quiero llegar a la finca para mi fiesta.

- Todo a su tiempo princesa - sonrió dulcemente.

Al entrar, a Yeimy se le iluminaron los ojos al ver lo bonita que estaba la casa; con tonos cálidos y su forma rústica hacía que lo que había visto allí afuera se quedara chiquito con lo bella que se veía por dentro. Charly la tomó de la mano y la llevó hacia la sala para encontrarse con los papás de este.

- ¡Yeimy! - sonrieron ambos padres.

- Que bueno verte niña - sonrió Ligia.

- Buenas noches - sonrió ella apenada.

- Pero, ¿qué les pasó? - preguntó Alcides con preocupación mientras caminaba hacia ellos.

- Ah, si - se apresuró a decir Charly. - Nos caímos en el barro, y... Otra cosa pa - sonrió angelicalmente dando a entender que había hecho una cagada.

- ¿Qué hiciste Carlos Cruz? - preguntó con el rostro serio.

- El carro - sonrió. - Se quedó allá; se empezó a hundir y no lo pudimos sacar.

Alcides dejó salir un suspiro pesado y comenzó a negar con la cabeza.

- Es que vos no aprendés mijo, vas a tener que reponerlo vos Charly - advirtió con un dedo.

- Está bien, yo lo hago - asintió.

- Bueno, vayan a cambiarse - sonrió Ligia.

- Justo de eso quería hablar yo - contestó Yeimy. - ¿Será qué me presta un celular? Necesito llamar a mis papás para que me vengan a buscar, seguramente me maten por no llegar a la fiesta.

- ¿No le dijiste hijo? - sonrió Ligia.

Yeimy frunció el ceño mientras miraba a Charly.

- ¿Qué cosa? - preguntó finalmente.

Charly sonrió.

- Vení - dijo él mientras le tomaba la mano.

Juntos subieron las escaleras para ingresar a la primera habitación que había allí. Sobre la cama había un vestido negro; una caja con unos tacones negros y todo lo necesario para que ella pudiera prepararse.

- ¿Y esto? - preguntó sorprendida.

- Estaba todo planeado - sonrió él. - Con tus papás cuadramos en que te vestías acá porque iba a convencerte de que yo era el indicado para vos en el camino, el amor de tu vida - volvió a sonreír contagiando a esta y luego la tomó por la cintura.

- Uy, que mal te salió - se burló.

Charly entrecerró los ojos.

- ¿Todo estaba planeado? - alzó las cejas con una sonrisa cerrada.

Somos vos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora