Tres años habían pasado desde que en aquella horrible noche las ilusiones de aquella niña fueron arrebatadas de la peor manera. Tres años donde la pesadilla se repetía una y otra vez, donde cada noche esa niña despertaba angustiada por lo acontecido. Y aunque ya no era esa niña, aunque estaba a poco de cumplir la mayoría de edad, su carácter se había forjado duro para proteger a quién una vez lo fue.
- Yeimy - susurró una voz. - Tenés que levantarte, vamos a llegar tarde.
- Cinco minutos más Cata - protestó ella con los ojos aún cerrados.
Cata se sentó a su lado para mirarla con devosión.
- No dormiste en toda la noche, ¿cierto?
Luego de un largo suspiro contestó:
- No.
- Yeimy, las pastillas para dormir son por una razón - reprochó su amiga.
Yeimy se sentó en la cama.
- Cata, no quiero vivir dependiendo de unas pastillas. Además, la noche me trae a la musa para mis composiciones.
- Claro - sonrió su amiga. - La musa - alzó las cejas.
- ¿Cuál es el chiste?
- Nada, que no sabía que ahora Charly llevaba el nombre de "musa" - comentó burlosa.
- ¿Cuál Charly? - frunció el ceño. - Mis canciones son mías.
- Ay, ya... No te enojés - soniró.
Cata frunció el ceño cuando logró distinguir un collar con una cruz entre las sábanas de Yeimy.
- Yeimy, ¿vos por qué tenés eso todavía? - cuestionó seria mientras lo sostenía en sus manos.
- Cata, algún día voy a encontrar al desgraciado ese y te juro por mi vida que me las va a pagar. Esto es el recuerdo permanente de esa noche.
- La polícia se encarga de eso - contestó cabizbaja su amiga.
- Llevan tres años y todavía no encontraron ni mierda Cata - expresó molesta. - Vamos mejor que Jack nos está esperando abajo.
Después de prepararse bajaron hacia la sala.
- ¿Quiubo pues? - saludó Yeimy a su amigo.
- Bien, aquí hablando de la vida con doña Carmenza mientras espero a mis dos bellas y demoradas amigas - contestó entrecerrando los ojos.
- Fue mi culpa, perdón - murmuró Yeimy sin conectar miradas con ninguno.
- Mija, ¿Vos no vas a desayunar o qué? - preguntó Carmenza con preocupación al ver que Yeimy ya estaba lista para marcharse.
- No mita, voy tarde y no los quiero retrasar más - contestó mirando a sus amigos con apenas una leve sonrisa.
Jack se posó detrás de Yeimy para tomarla de los hombros con una sonrisa genuina.
- No se preocupe doña Carmenza que yo mismo me encargo de que coma alguito en el colegio.
- Muchas gracias mi amor - agradeció ella.
- No hace falta que me estén cuidando a cada rato - comentó Yeimy con una sonrisa.
Cata por su parte tomó una arepa de la mesa ganándose una mirada de las personas que la acompañaban.
- ¿Qué? - alzó las cejas. - Yo si quiero una arepita de doña Carmenza - sonrió.
Todos sonrieron y después partieron hacia su destino.

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Somos vos y yo
FanficEra una fiesta normal para los amigos hasta que un horrible incidente ocurrió, siendo el detonante para las horribles cosas que le esperaban...