Capítulo 38 - El tiempo corre.

648 31 38
                                    

     Si bien era descabellado tener al enemigo cerca, era mejor que tenerlo lejos. Por ahora no había indicios de que le fuese a hacer algo, así que decidió que invitarlo a la casa era una buena opción para charlar. Los niños estaban en la escuela y estaba sola en la casa.

     Mientras tanto, Yeimy se disponía a terminar de componer una de sus nuevas canciones "Alma". Quizá la vida era eso, pelear y pelear contra todo pero con alguien dispuesto a no soltarte cuando la marea sea incontrolable. Llevó una mano a su vientre y no pudo evitar la sonrisa que se le dibujó en su rostro, los recuerdos con los amores de su vida, sus hijos... Esto era algo nuevo, en cierto punto daba miedo el cosquilleo que se formaba en su estómago, era algo cómo alegría y ansias. Su mundo se estaba desestabilizando por completo, en ese momento no tenía control de absolutamente nada, lo único seguro que tenía eran ellos, por sus hijos debía mantenerse fuerte, como siempre, como hace tiempo se había acostumbrado a hacerlo, solo que ahora, no estaba sola, tenía a Charly quien no paraba de demostrarle que pese a todo él estaría con ella sosteniendo su mano.

     Tomó su celular cuando comenzó a sonar, era Cata. Ella se había estado encargando de la empresa junto a Jack, sabían que su amiga debía de guardar un poco de reposo por todo lo que había vivido en este último tiempo.

     - ¿Aló? - dijo colocando su celular entre su hombro y oreja para así seguir escribiendo.

     - Amiga, ¿Cómo estás?

     - Bien, acá pues, acabando la letra de la canción.

     - Me encanta, tenés que volver con toda.

     - No queda de otra, ¿No? La vida no se pausa por estas cosas - suspiró.

     - Pues no... Pero oíme, Jack y yo estamos controlando todo por acá para que no te estresés, ¿Si?

     - Lo sé y confío en ustedes - el timbre de la puerta hizo que su rostro cambiara, era el momento -. Ve... Cata, luego te llamo, ¿Si? - dijo apresuradamente mientras se ponía de pie.

     - Dale, chau, te amo.

     - Yo también.

     Bajó las escaleras tan rápido cómo pudo, tomó el pestillo pero el rostro con el que se encontró no era el que esperaba.

     - ¿Sebas? - sonrió confundida.

     - Yeimy... ¿Cómo estás? ¿Puedo pasar?

     - Si, claro - asintió - ¿Qué pasa?

     - Quería hablar de algo... Te juro que no sé cómo pasó - decía algo consternado.

     Yeimy frunció el ceño mientras cerraba la puerta.

     - No me asustés, ¿Qué pasó?

     - Pues - soltó el aire comprimido en sus pulmones y se sentó en el sofá de la sala -. Fui a una fiesta de una empresa de modelaje el otro día y estaba Gema, pues, la ex esposa de Charly - decía algo nervioso con las manos en las rodillas.

     - Si, Gema es dueña de... ¿Pero qué hay de malo en eso?

     - Bebí de más - sonrió con pena -. Una cosa llevó a la otra... Y nos despertamos en mi apartamento. Me acosté con ella - soltó cómo si decirlo en voz alta fuera ilegal.

     - ¿Qué? Se... ¿Cómo? - las palabras no salían de su boca. Sebastián ladeó la cabeza y alzó las cejas -. No sé qué decirte la verdad - dijo ella con las manos en la cadera y negando - ¿Estás bien? Digo, ¿La pasaste bien? - preguntó y rápidamente hizo un gesto algo incómodo.

Somos vos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora