22- En el ojo del huracán.

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Charly se encontraba en su oficina, marcando a Yeimy desde hacía unas horas. Imágenes de ambos se habían difundido en las redes; ahora estaban siendo el punto de los periodistas y de sus fans. Yeimy no le contestaba las llamadas ni los mensajes que le había estado mandando después de enterarse de lo sucedido.

- ¡Ah! No me contesta - exclamó con gran enojo cuando intentó nuevamente llamar a Yeimy y otra vez le saltó al buzón de voz.

- Parce, relájese - dijo Drama. - Piense que ahora debe de estar alterada.

- Por eso la llamo mijo - alzó las cejas. - No puede ser que esté pasando esto.

- Tranquilo ídolo - sonrió Mike. - Seguramente tiene el celular apagado por las notificaciones y las llamadas que debe de estar recibiendo en este momento.

- Mike tiene razón - secundó Juancho. - ¿Por qué no la vas a buscar?

- ¿Vos querés qué me mate?

- Por primera vez en la vida estoy de acuerdo con Juancho - dijo Drama. - Máster, mirá, si la reinita ahora no la está pasando bien vos debés de estar con ella. ¿No qué muy enamorado? Demuestrelo pues.

Por mucho que intentara negarlo, Charly se moría por ir a verla. Así que después de pocos minutos se encontraba en la puerta de la casa, pero Martín le informó que ella no se encontraba allí; se había ido hacía una hora junto a los niños pero no lo había dejado acompañarlos y no tenía idea de su paradero.

- No me digás eso mijo - Charly se llevó la mano a la cabeza con frustración. Intentó llamarla nuevamente pero no tuvo respuesta alguna.

- Puede hablar con alguno de sus amigos, quizá sepan algo - propuso Martín.

Charly sin pensarlo se encaminó hacia Souls in tune, en busca de alguna respuesta sobre el paradero de Yeimy.

- Lo siento señor, no lo puedo dejar pasar - dijo una recepcionista, al parecer era nueva.

- ¿Por qué? - frunció el ceño.

- Porque no tiene cita y tampoco es parte del equipo.

Charly comenzó a desesperarse y dio un fuerte bufido.

- ¿Qué pasa acá? - preguntó un hombre un poco bajo; piel algo acaramelada y una sonrisa muy blanca.

- Que el señor quiere pasar pero no puedo permitirlo.

- ¿Y vos no sabés qué él es Charly Flow? - alzó las cejas.

- Pero Axel... - dijo la muchacha.

- Yeimy dejó la orden de que él podía pasar cuando quisiese.

Ella asintió.

- Pasá monstruo, no le parés bolas a la nueva que está un poco embolatadita y dice cualquier cosa.

- Gracias parcero - sonrió.

- Axel - dijo extendiendo su mano.

- Un gusto Axel - contestó estrechando su mano. - Charly - sonrió.

- Lo sé mijo - asintió con una sonrisa.

En cuanto logró entrar, se reunió con Zul, Jack y Cata, en una de las oficinas de la empresa. Los tres negaron saber el paradero de Yeimy, pero algo en el interior de Charly le decía que algo sabían, ya que ella no dejaría su trabajo sin avisar.

- No, Charly, no sabemos nada - negó Zul mirando a Jack.

- Por favor - suplicó él. - Yo sé que saben.

- No Charly - dijo Cata, doblando hacia abajo la comisura de sus labios.

Charly suspiró y se puso de pie para marcharse resignado tras varios minutos de insistir y no conseguir nada. Al subir hacia su carro, un toque en la ventanilla lo sacó de sus pensamientos. Al mirar hacia afuera se encontró con Jack, así que abrió la ventana.

Somos vos y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora