capitulo XII

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Me despiertan unos ruidos proveniente del piso inferior,observo el despertador, 6:26 p.m. y me levanto a ver que sucede; Gustave está ante la cocina preparando algo que no me deja ver. Se da media vuelta y me mira un momento en silencio con gesto serio,no era la reacción que esperaba.

- Has arruinado la sorpresa que te he preparado pequeña,¿No podías esperar unos minutos más, dormida?.- sonríe y se acerca para darme un dulce beso y yo me relajo.

- Lo siento,creía que tenías problemas como la última vez.- sonreímos al mismo tiempo.

- Vaya,vaya al parecer a una jovencita le hacen gracia mis pocos dotes en la cocina aunque de todos modos no sabes cuan buen cocinero soy.

- Es sólo ver que se te ha quemado lo que preparabas para darse cuenta.- suelto una carcajada y Gustave se vuelve preocupado a apagar la cocina para impedir que esto libere humo. Se avergüenza de aquel bochornoso momento pero lo tranquilizo con un par de besos y preparamos juntos algo de comer.

Levantarnos temprano nos favorece ya que nos da tiempo para alistarnos con tranquilidad,esta vez es diferente a todas las anteriores que nos hemos encontrado,hay otro tipo de complicidad y confianza. Me siento distinta,no con el hecho de haberme relacionado lascivamente con él sino porque he podido liberar mis sentimientos sin temer ni suprimir nada en absoluto.

*******

Nos desplazamos al Instituto platicando sobre el trabajo de geografía que debemos presentar hoy y diversos temas distantes a lo ocurrido anoche y eso me alivia. Pienso en los chicos y sonrío al imaginarme su reacción cuando les cuente todo,en especial Clarie. Estoy feliz,al fin vuelvo a recobrar la felicidad y es gracias a él. Aparca en el estacionamiento y mientras caminamos me coge de la mano,me sorprende pero siento alegría dentro de mí; las chicas del Instituto me miran con extrañeza y las comprendo, una chica como yo no debería ser quién sostiene la mano de un chico como Gustave. Bajo las miradas incómodas logro visualizar a lo lejos a Clarie que ella también me observa,aunque de un modo totalmente diferente,con picardía y emotividad,ya comienzo a sentir calor en mis mejillas y lo único que logro hacer es sonreír.

- Que envidia siento al ver todos esos ojos posados en ti y no en mi ¿Eh cariño?.- mi amiga sonríe y me besa en las mejillas.

- No exageres,que ya sabes por qué me miran todos.

- Aunque sea muy guapo,debo admitir que me estás comenzando a hacer la competencia pequeña,estás preciosa.- declara Gustave.

- Si intentan ponerme nerviosa,felicidades lo lograron. Pero basta ya y vámonos.

Los chicos sueltan una carcajada y nos encaminamos a nuestras clases.

*******

El día ha ido de maravilla,a pesar de estar nebuloso y frío ,junto al hombre que me acompaña pasa desapercibido; nuestro trabajo de geografía ha sido un éxito y por ese motivo hemos venido a celebrar a un restaurante que se ubica cerca del puerto y de su estancia,no me apetecía venir pero ha insistido. De pronto siento unas extensa ganas de hacer pis,me disculpo de Gustave y me dirijo al lavabo. Cuando acabo me observo ante el cristal; tengo el pelo alborotado,ninguna novedad,miro mis mejillas sonrojadas,a veces me agradan pero esta vez intentare opacarlas... Extraigo unos cuantos maquillajes de mi bolsa y los comienzo a aplicar en mis pomulos,lo hago rápido aunque cuidadosamente antes de que Gustave se pregunte por qué tardo tanto. Pésimo. No me agrada el resultado,me asemejo a esas mujeres que salen en películas muy pintorescas así que pienso en quitármelo inmediatamente,pero recuerdo que me he gastado todo el papel y entro en preocupación,no hay ninguna chica en el lavabo,lo que me queda de opción son los puños de la franela,seguro no se dará cuenta si me coloco el abrigo aunque esté en la butaca. Salgo del cuarto y me encamino con las manos en la espalda con gesto neutral,pasivo hasta llegar a nuestra mesa.

- ¿Te ha pasado algo? Ya comenzaba a preocuparme,has tardado mucho - mientras lo dice me observa ponerme el abrigo y luego sonríe.

- Regla número uno; nunca debes preguntarle a una chica por qué tarda tanto en el lavabo.

- Vale,vale.- mueve las manos a modo de disculpa.- pero como has tardado pedí de comer y decidí por los dos.

-¿Qué comeremos?

- Ya verás... Antes debo preguntarte algo.

Gustave POV

Annie ha tardado mucho en el lavabo,cada minuto que pasa mi nerviosismo e impaciencia aumenta ¿Cómo reaccionará ante mi propuesta? ¿Estará lista para tomar una decisión? Sé que tal vez no, y estoy preparado para eso pero aun así me sentiría abatido. La quiero para mí. Esa es la única justificación para hacer lo que pretendo,todo ha sido muy rápido sin embargo no quiero desperdiciar el tiempo,no quiero arriesgarme a que llegue otro a ocupar un lugar del que he deseado apoderarme desde hace un tiempo. Que haya finalizado la relación con Neil fue una señal,una señal que el destino me dio para acercarme a ella y no dejarla más,quiero ser yo el causante de sus suspiros,de sus momentos de ternura y más que eso quiero hacerla feliz. Creo que la noche anterior me demostró lo significativo que soy para ella,que haya compartido esa experiencia tan única conmigo me hace ser el hombre más feliz en la tierra,no le importó la cantidad de chicas con las que me haya involucrado antes, simplemente se entregó a mí por cariño, quizás esa muestra de cariño sea otra razón para estar aquí o quizás sea que la estoy comenzando a querer más de lo que debería... No, de momento no puedo ceder a tantas libertades e ilusionarme,no hasta que considere lo que debo decirle.

Una camarera me saca de mi ensimismamiento.

- Buenas noches,¿Qué apetece comer?

- ¿Tiene en su menú algo para las ocasiones especiales? Digo...es...

- Entiendo.- me interrumpe la camarera con una sonrisa coqueta.- tengo profiteroles rellenos con crema de vainilla y una bebida con pegatinas rosas.

- Perfecto,suena bien.

La camarera sonríe y se va junto al mostrador.

Por fin aparece Annie, se ve más relajada de lo normal,con las manos detrás de ella y con los pómulos enrojecidos,es extraño,pero cuando llega y se arrima el abrigo,puedo distinguir algo de maquillaje en las muñecas de su franela,su forma de ocultarlo es más bien muy notoria y eso me hace sonreír. Ha regresado. Es el momento de preguntarle si desea ser mi novia.

eróticamente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora