Capítulo XXX

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Cuando desperté al otro día quería morirme. Me desconocía totalmente... ¿Cómo fui capaz de hacer eso? ¿en qué me estaba convirtiendo?
Repasé todo lo sucedido y me prometí aclararlo.
Me levanté para ir a por una ducha y el atuendo que llevaba la noche anterior estaba cuidadosamente doblada encima de una silla, no recordaba quién me había tumbado ni tampoco si fui yo quien había ordenado aquello.
Luego de alistarme salí rumbo a la cocina, allí estaban Logan y Taylor, sentí como el rubor subía a mi rostro y aguanté las ganas de salir corriendo.
- Buen día, cariño.
- Buen día, Annie.
- Buen día, chicos.
- ¿Qué tal?
- Siento que mi cabeza va a estallar pero aún así estoy bien.
- Me alegro mucho.
Taylor posó su mirada sobre mí y dios, ahora odiaba ese gesto.
- No me mires así.
- Vale, chicos, voy a salir a pasear al perro así que os dejo solos.
- Aquí no hay perro, Logan.
- ¿Quién dice que no?- sonrió y se marchó dejando un silencio incómodo en el lugar que Taylor no tardó en eliminar.
- Annie, creo que...
- No. Verás, Taylor. Anoche sucedió algo que no debió pasar, apenas te conozco y el alcohol me jugó una mala pasada, no quiero que pienses que no me pareces guapo porque dios, lo eres demasiado. Lo... lo siento yo... ya, olvídalo, sólo quiero pedirte disculpas y no quiero que se formen malos entendidos.- dije nerviosa.
- Hey, tranquila que yo no he pensado nada. Sé que ninguno de los dos estaba en el mejor estado y no te pediré que seas mi novia ni nada por el estilo, déjalo, simplemente sucedió y ya.
- Bien.- fue lo único que encontré adecuado responder, no esperaba ese tipo de respuesta pero me agradó su forma de pensar. No quería iniciar ningún tipo de relación.
- Tengo una duda, ¿tú me tumbaste en la cama?
- Para nada, no me caracterizo por ser un pervertido o algo así, fue Clarie.
Oh, eso es bueno, pensé.
Él sonrió y desayunamos, momento después se incorporó Clarie junto a su chico y charlamos sobre nuestros panoramas para los siguientes días.

**********
Tres meses después.

Las vacaciones fueron demasiado buenas como para ser las últimas disfrutadas en conjunto. Clarie estaba más bronceada, Logan consiguió tener un romance de verano junto a Mike y eso me pareció lo suficientemente romántico como para desear morirme. En los días que siguieron desde la incómoda y loca noche con Taylor, nos ocupamos de no crear ilusiones y nos divertimos en todos los sentidos. Salimos a cenar, caminamos junto al mar, reímos, bebimos y me hizo sentir de maravilla. Pude percibir que era un chico muy transparente y nunca trató de sobrepasar los límites que ambos pusimos. Sin embargo, al pensar en esa noche y el alcohol, me sentí fatal ya que pude estar en los zapatos de Gustave de cierto modo y me di cuenta de que realmente los impulsos no los podemos controlar y probablemente todas las veces que él intentó decirme que fue un error, lo era y se arrepentía de verdad. Además, Alicia no era de las chicas que aceptan el hecho de ser rechazadas y no se rendía fácilmente. Eso también influyó.
Durante ese tiempo no recibí ningún mensaje o llamada de parte de él y Logan habló en variadas ocasiones por el móvil. No preguntó por mí-le consultaba cada vez a mi amigo-, pero me enteré gracias a instagram que se fue de vacaciones al extranjero.
En estos momentos me sentía segura de decir que estaba en el proceso de superación, los chicos y las citas junto a Taylor me hicieron olvidarlo la mayor parte del tiempo, pensaba en él sólo cuando leía y los personajes me parecían intimidantes, demasiado sexys o muy románticos. Con cualquier personaje, en general. Sin embargo, estaba consciente de que me llevaría un tiempo olvidar todo.
¿Cómo se puede olvidar a alguien que te crea un mundo, y luego éste se derrumba sobre ti? Es más, ¿Cómo se puede olvidar al amor de tu vida? Porque sabía que él lo era, la mayoría de las personas establecen que el amor de tu vida es aquel que está contigo siempre, con quien compartes tu vida. Pero pienso que no; para mí, el amor de mi vida será siempre, siempre la persona a la cual considere parte de mi, con quien no hayan límites, quien no me haga pensar que la única forma de estar en el universo es dentro de una nave, alguien que me haga sentir amada y, tal vez no sólo tengas esas sensaciones con una sola persona. Podrán haber otras con las cuales te sentirás del mismo modo pero por separado, quiero decir, una persona te hará sentir amada y más adelante encuentres a otra que te haga sentir que no hay límites. Quizá puedas considerar a una de ellas el amor de tu vida o encontrar a otra que te haga sentir similar. No siempre el amor de tu vida estará junto a ti. Tal vez sólo ligado pero a veces, es necesario darse cuenta de que pueden haber más personas que te harán feliz del mismo modo.

¿Por qué siempre es "el amor de tu vida" y no "los amores de tu vida"?
Gustave era el amor de mi vida -podía tener otro, claro- pero él sin duda sería inolvidable.

************
Nuestras vacaciones habían finalizado hace una semana, mamá y papá me ayudaron a empaquetar todas mis pertenencias para trasladarlas a mi nuevo piso, me emocionaba y al mismo tiempo me asustaba. Quería vivir allí pero extrañaría mi casa y los mimos de mamá. Había ordenado todo mesuradamente y ahora me quedaba sólo despedirme de los chicos, decidimos quedar esta tarde en un pequeño restaurante junto al puerto y estaba ansiosa.

Al llegar el atardecer leí rápidamente un nuevo correo de la universidad en donde se anunciaba la hora de inicio y término de clase para pasado mañana. Me despedí de mamá y puse en marcha el automóvil para dirigirme al restaurante.

El lugar estaba tranquilo ya que era día lunes y habían un par de mesas ocupadas. Pedimos de comer y hablamos sobre todo lo que se nos venía encima, como podríamos vernos y recordar estrictamente llamar al otro todos los días. Estuvimos hasta que anocheció y tardamos muchísimo en despedirnos.
De pronto, cuando por fin logramos separarnos y me aproximé al coche apareció Taylor
- Espero te vaya muy bien como escritora, nena.
- Gracias, tú serás el mejor guionista de las películas de Hollywood.
- Serán tus libros los que convertiré en películas.- se acercó y puso un mechón de cabello detrás de mi oreja.
- Será sensacional, ¿no?
- Sí. Pero te extrañaré, me acostumbré a verte todos los días durante estos meses.
- Yo también.
- ¿No podemos tener una despedida más... personal?- sonrió de forma coqueta.
- No funcionará, cariño.- dije desafiante.
- ¿No?- despejó mi cuello y lo besó.
- Eres un idiota.- dije sonriendo- no funcionará, te lo repito.
- Al menos lo intenté- se encogió de hombros.
Le abracé con cariño y pose un beso sobre sus labios antes de subirme al coche.
- Mucha suerte, nena.
- Mucha suerte, cariño. Espero consigas una chica muy guapa.
- Me esforzaré en eso, aunque dudo que sea más guapa que tú.

Sonreí y me marché.

**********
Desperté muy temprano por la mañana para adentrarme en la ciudad de Boulevard con las últimas cosas que debía llevar. El día estaba cálido y me hacía sentir bien.
Ordené todo y miré con orgullo el piso, estaba pintado de diversos colores primos y le daban un toque divertido, los muebles situados en puntos exactos y me enamoraban. Al otro día debía ingresar a la Universidad así que decidí dar un paseo por la ciudad para familiarizarme con su aspecto.
Leí por la tarde y cené en un restaurante italiano próximo al piso. La comida era deliciosa así que la degusté con tranquilidad.
***
Desperté sobresaltada por tercera vez en la madrugada, soñaba con exámenes imposibles de pasar, ojos intimidante, con playas por la noche, profesores demasiado estrictos y me era imposible conciliar el sueño por cuarto horas seguidas.
Saqué los auriculares de la mesita de noche y pulse play para dormir.

Al otro día me desperté entusiasmada y dirigí la mirada hacia el reloj, ahogue un grito y fui corriendo al lavabo, maldita sea. Estaba atrasada por diez minutos y sentí que el miedo me inundaba por completo, mi primer día de universidad ¿cómo iba a llegar tarde?
Hice todo más rápido de lo normal y no me preocupé mucho de mi aspecto, en algún momento podría maquillarme un poco.
Arranqué el coche y cada un minuto visualizaba la hora, si me apresuraba más podría llegar a tiempo. Sin embargo me asustaba el acelerador, no quería más accidentes así que no hice nada.
En un semáforo logré hacerme una coleta y sí que me veía mejor. Aparqué el coche y salí rápido del estacionamiento, por suerte, el lugar que conseguí estaba muy cercano a las puertas de la entrada trasera, por donde ingresaban los chicos con automóviles.
De pronto, cuando iba a tomar la manija de ellas, ambas fueron cerradas de golpe y se estrecharon en mi rostro, caí de espaldas y mi trasero se golpeó con el asfalto del piso.
Estaba asustada, cansada, nerviosa, enfadada y además de eso golpeada. ¿por qué a mí? Gritaba en mi cabeza.
- Dios, discúlpame. Es sólo que, maldita sea, ¿estás bien?- dijo una voz masculina, nerviosa.
- Si, no... no te preocu...
Mi voz quedó cortada al levantar la vista y ver a la persona que se encontraba frente a mí.
- A... Annie.
- Gustave.
Dios mío, Gustave se había decidido por esta universidad. Mierda. Sentí que me iba a desmayar pero ya estaba en el piso así que no me preocupé. Mi sangre estaba helada. Estaba aquí. Oh no. Otra vez no.

Fin.

eróticamente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora