Capítulo XXV

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En Seattle, mamá estaba alegre de tenerme otra vez junto a ella y papá en Bothell había quedado muy triste luego la despedida, pero nos obsequió una bolsa a cada uno con Donuts y chocolate, lo amaba por eso. Aún consentía mis caprichos y le prometí que regresaría pronto. Desempaqué, alisté todo para el Instituto al otro día y me dediqué gran parte del día a leer y estudiar.


- Cariño, Neil ha venido a visitarte hace un par de días y pidió que cuando regresaras te comunicaras con él.


Oh, oh. Neil.


- Mamá, he cortado con él. No me apetece verlo más cerca de mí, de ti o de nuestra casa, así que por favor, si regresa dile que esto acabará muy feo.


- Está bien, pero, ¿ha hecho algo tan malo para no volver a verlo?


- Si, Engañarme. Ese fue su grandísimo error.


Mi madre se quedó en silencio y yo continué con la lectura. Aparte de eso, comencé a investigar sobre la Universidad de Boulevard y descubrí que el día de Inscripción y postulación sería el día miércoles así que tenía dos días para reunir toda la información que necesitaba. Era mi única opción y esperaba tener éxito.


**********


Regresar al Instituto era agobiante, sólo quería dormir hasta el mediodía por unos días más. Me alisté, desayuné y pasé a por los chicos en el automóvil mientras tecleaba a Gus que ya estaba en camino.


Al llegar, lo encontré esperándome y todos nos quedaron viendo con cara de "¿Acaso él es tan estúpido como para regresar con ella?" pero no me importaba, así es, habíamos regresado y estábamos completamente enamorados.


Por suerte el día pasó en seguida y las clases no resultaron ser abrumadoras, pese a eso, Alicia me miraba con un odio más perturbador de lo normal y me asustaba. Fui a dirección a buscar algunos papeles para mi postulación y al final del día me dirigí junto a Gus al cine.


- Nena, ¿No te apetecería hacerlo en una sala de cine o un baño de aquí?


Lo miré para averiguar si bromeaba y no, hablaba en serio pero con una pizca de lujuria en su mirada. Gesticulé la acción de nausear y soltó una carcajada.


- No estaría mal, sólo piénsalo.


- Ni loca, ¿sabes siquiera la cantidad de bacterias que podrían haber? O no, no, ¿cuántas personas han tenido la misma idea que tú y dejaron ahí sus fluidos? Qué asco.


- Está bien, quizá tengas razón. Pero algún día tendremos que alquilar una sala de cine ¿eh?


- No.


- ¿Otra vez desafiándome?



- No. Cariño.


- Vale, me parece perfecto.


Estaba ingresando a la sala a reservar dos asientos mientas Gus compraba la comida, cuando de pronto tropecé con alguien y estuve a punto de botar sus palomitas.


- ¿Puedes tener más precaución, por favor?


- ¿Estás bien, cariño?- dijo una voz masculina.


- Yo... yo lo sien...


Quedé atónita y sin terminar esa frase. La chillona voz que me había hablado era de Alicia quien iba acompañada de Neil. ¿De qué me había perdido? Llevábamos una semana fuera del instituto, mamá me había dicho que seguía buscándome, hace un par de días decía que estaba enamorado de mí y ahora, ¿estaba con ella? No dejaba de impresionarme.


- Que rápido se te ha ido el amor, ¿no crees, Neil?


- Que rápida eres para tener sexo con otro, ¿no crees, Annie?


- ¿sexo con otro?- rei- ni que hubiera tenido contigo cariño, al parecer otras prefieren el camino mucho más fácil, directo al pez. Esas van bien contigo.


- Mira, sosa- interrumpió Alicia- a mí no me insultas, ¿me oyes? Porque mejor no aceptas que siempre gano. Quien creías que era el amor de tu vida, está conmigo y tu actual noviecito, me invita a su estancia mientras te rechaza. Nadie te valora, entiéndelo y usa tu cerebro, ¿o acaso lo tienes solo para leer novelitas estúpidas?


Estaba enfurecida totalmente pero traté de decir algo antes de tirar de su odiosamente sedoso cabello.


- Por lo visto, te agrada mucho ser la segunda opción de mis chicos, que arrastrado suena eso, ¿lo notaste? Si sintiera algo por el idiota que está a tu lado, podrían afectarme tus palabras, pero lástima... él no me sirve ni para enrollarme sexualmente. Gustave sólo quería tener a alguien que lo escuchara, y tú su cuerpo -solté una irónica carcajada- ¿en serio crees que te quiere y le pareces linda como para acostarse contigo? Por favor. Ah, una última cosa antes de seguir gastando oxigeno junto a ti. Las novelas estúpidas, como tú las llamas, cariño, están para saber quién te quiere y quien te utiliza como muñequita inflable, deberías leerte alguna para que así seas un poco más difícil para los chicos. Un consejo.- le hice un giño y me marché apresuradamente porque con el rabillo del ojo pude observar a Gustave.


Cuando estaba próxima a sentarme y esperarlo apareció Neil y tomó con fuerza de la muñeca.


- ¿Qué te sucede? Déjame en paz.


- Tenemos una conversación pendiente.


- Deja de buscarme, o acabará muy feo todo esto y la afectada no seré yo.


- Estás mal, Annie.


- Vete ahora.


Se resignó y se marchaba pero la Barbie humana no logró irse sin decir algo.


- Puede que no te golpee ahora, pero que te quede claro, idiota. Que me la vas a pagar por lo que has dicho en frente de Neil.-Parecía que se iba pero giró- ah, se me olvidaba. Pregúntale a Gustave que hicimos exactamente esa noche, porque al parecer te ha inventado una buena historia.


Gus apareció un momento después y yo no podía dejar de pensar en lo que había dicho Alicia, dudaba de sus palabras, quizá pretendía confundirme para desconfiar de mi novio, pero aun así sentía que debía volver a preguntarle a Gus. Vimos la película abrazados y de vez en cuando nos besábamos. Sin embargo mi mente estaba en otro lugar.






eróticamente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora