capítulo VII

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Hoy comenzaban las clases en el Instituto y me encontraba un poco desorientada ya que nos habían cambiado de salón, así que iba sin más, lo más frustrante era que hoy sería día de intercambios para algunos chicos e iría gente nueva a incorporarse.

Estaba sacando mis llaves cuando Logan me saludó por el vidrio de su Audi

-¡Annie! De prisa que llegaremos tarde y hay mucho tráfico.

-vale, ya voy.

Nos incorporamos en el tráfico de la mañana y conversamos sobre nuestras clases, estaba alegre por ingresar al Instituto ya que me enfocaria en las clases y se acercaba el partido de baloncesto que me emocionaba más aún.

Llegamos al instituto y estaban todos apresurados, perdidos y nerviosos, por suerte logré divisar mi nombre en las listas de un salón e ingresé rápidamente, como estaba algo nerviosa me situé en el primer asiento libre que se encontraba y me limité a mirar al resto de la clase. La hora de literatura se desarrolló como siempre, debates, conversaciones y opiniones de distintos temas y contenidos... el tema de hoy en común era el amor y el perdón, grandioso. El profesor hizo la introducción y comenzamos

-el amor y el perdón es el mismo sentimiento, el que es capaz de amar, es capaz de perdonar. El amor y el perdón comienzan de uno mismo, ¿alguien quiere añadir una opinión para construir el debate?

No solía participar mucho en este tipo de cosas, las opiniones que tenía sobre los temas podía pensarlos y debatir mentalmente sin embargo, creí que quién me controlaba ahora era mi diosa interior, ya que me sonrojé simultáneamente al darme cuenta de que fui yo quién alzó la mano para hablar.

-yo creo que el amor hacia uno mismo no es parte del perdón que debemos realizar, independiente del amor que sintamos hay acciones que nos dañan de tal manera que uno no sabe como perdonar, el perdón no es una justificación hacia la acción que nos causa daño, ni mucho menos que no sintamos remordimiento por el pasado, claro-. Todos quedaron en silencio ante mi respuesta y me sentí bien por liberarme ¡ajá! Nadie quiere combatir conmigo.

Mientras disfrutaba del triunfo de mi discurso fijé la vista ante el profesor que le hizo una seña a un alumno de atrás y éste comenzó hablar, pero yo no me molesté en mirarle.

-creo que cuando entramos en el mundo del rencor y la rabia nos volvemos ciegos y sordos, el perdón lleva al camino de la felicidad, no podrás tenerle rencor a una persona por el resto de tu vida, amar es perdonar.

Mierda...yo conozco esa voz tan dulce y armoniosa que hablaba, Neil estaba aquí... estaba impresionada y ruborizada, no podía ser. Mientras pensaba como responderle ante eso interrumpióotra voz, también la conocía...

-como tú dices Neil, amar es perdonar, pero también amar es no dañar. A veces nos sentimos dañados y ofendidos, pero el que ofendió ni cuenta se dio, hay que aprender a vivir asimilando los errores que las persona no perdonan y corregirnos así mismos.

Me di media vuelta para ver quién era la persona que estaba de mi parte, Gustave, sentí escalofríos y muchas ganas de llorar, no podía ser que Neil estuviera aquí presente hablando de amor, cuando él fue quién cometió la gran falta ante nuestra relación, no lo veía desde el día en que cortamos y ya no soportaba, salí del salón con los ojos repletos de lágrimas y caí al piso del pasillo tapando mi cara con ambas manos, lo odiaba; odiaba que me haya engañado, odiaba haber hecho algo mal entre nosotros y no saber que, odiaba verlo y recordar lo que sucedió... Lo sentía por él pero se merecía mi perdón.

La puerta del salón se abrió pero no tuve ánimos ni buen aspecto para levantar la vista y observar.

- Sé que piensas, que no merezco nada que venga de ti pero te amo y te necesito, necesito volver a sentir tus caricias y abrazos por la mañana, sentir que puedo caerme las veces que quiera porque tu estarás para ayudarme a levantar, no puedo vivir sin ti y me duele-. Susurró Neil dándome un abrazo que apegaba nuestros cuerpos de forma que podía sentir los latidos de su corazón.

-¿Qué fue lo que hice mal para que me engañaras? ¡¡Teníamos tantos sueños y promesas!! -. Le grité mientras lloraba, no aguantaba estar cerca de él, traté de separarme pero era más fuerte que yo.

- Cariño, tú no hiciste nada malo, soy yo el único y gran culpable de todo.

- Tienes razón, ¡ tú fuiste el culpable de todo, el cobarde, el idiota que destruyó mi corazón! ahora alejate de mi, no quiero que me busques, no perdonaré lo que me hiciste y deja de entrometerte en mi vida.- era lo que debía decirle, pero aún así no era capaz de soltarme.

- ¡Basta Annie! Deja de ser tan indiferente y cruel, sé que cometí errores y aquí estoy para remediarlos-. Me sujetaba de los brazos y no me dejaba ir, sólo quería desaparecer y alejarme de todo esto, de él.

- Me parece que la señorita ha pedido que la sueltes-. Dijo Gustave apoyado en la puerta del salón tocando su barbilla.

- ¿Lo conoces, Annie? Tú no sabes nada, no te entrometas en esto ya fue suficiente en la clase.

- Lo único suficiente es saber que la señorita ya pidió que la dejes, hazlo ahora.

Lo único que me faltaba, ahora no, por favor.

- ¡Dije que no te metieras hijo de puta!-. Gritó Neil furioso y se lanzó sobre Gustave a golpearlo ¡no! Esto no es lo que quería, mucho menos ahora que estaba de esta forma. Me incorporé entre ellos para separarlos, sin embargo Neil lanzó un golpe hacia Gustave que llegó a mí mejilla. Estaba atónita, desconsolada y no supe entender como habíamos llegado hasta ese punto. Sentí un vacío y un dolor inmenso en mi, no podía hablar. Gustave me abrazó y me llevó lejos de allí pero no podía apartar la mirada de Neil, estaba inmóvil con la misma reacción que yo, mirándome, solo.

-Annie, ¿te encuentras bien? Desde ahora nadie te tocará, te voy a proteger como lo mereces, no permitiré que ese hijo de puta vuelva acercarte a ti.

No era caaz de responderle a eso, aún no asimilaba lo sucedido, todo fue muy rápido y no podía procesarlo ahora, aquí y con Gustave.

- Necesito irme a mi casa y descansar, llévame por favor, Gus.

- Ok, Annie, pero sólo si me prometes que vas a llamar cuando te sientas mejor.

-lo prometo, ahora vamos.

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eróticamente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora