Pronto debía tomar más decisiones y solo podría darme cuenta si eran correctas al pasar el tiempo. Estaba destrozada, no dejaba de pensar en qué le diría a todos. Antes de verme con Neil jamás pensé que pasaría esto, pero tampoco podía arrepentirme de lo que había hecho puesto que era la única opción que me quedaba para estar cerca de mis amigos y de Gustave. No sabía cómo reaccionaría él y eso me perturbaba; es difícil asimilar esa sensación de estar volando, de sentir que estás a la altura de todas las constelaciones y al momento de parpadear te das cuenta de que estás cayendo a un vacío en donde nadie puede rescatarte, en donde no existe ninguna corteza o tronco del cual aferrarte. Caminaba sola luego de haber estado con Neil en el parque, y mientras me dirigía a casa recibí una llamada de Gustave preguntándome dónde estaba y si podíamos vernos, si quería que las cosas funcionaran como yo pretendía, mi obligación era hacer lo correcto desde ya. Iba a hablar con Gustave sobre esto y a finalizar lo nuestro.
Estaba esperándome junto al restaurante cuando aparecí y noté en su rostro algo de perplejidad, respiré profundo y me acerqué a él, me odiaría después de esto.
- Hola pequeña, ¿qué tal?- se aproximó hasta mis labios y pensé en apartarme pero quizás sería el último beso que me concedería antes de todo así que le brindé el beso más dócil que fui capaz.
- Hola, Gustave. Debemos hablar.- me lanzó una mirada juiciosa, buscando en lo profundo de mis ojos de que trataba.
- Ok, ¿te apetece entrar?- me dijo indicando el restaurante y asentí.
Nos instalamos en la misma mesa donde me había solicitado ser su novia y me sentí peor de lo que ya estaba. Pedimos algo de comer y yo comencé con mi explicación.
- De lo que he venido a hablarte es sobre Neil y yo, hoy nos hemos reunido.- me quedé un momento en silencio al ver el gesto irritado de Gustave.- Me he dado cuenta de que ha existido un mal entendido en mí y en mis sentimientos, aún no he podido olvidarlo y cuando llegaste a mi vida creí que sentía algo fuerte por ti, pero me equivoqué, sólo fue la falta de compasión y ternura que me jugó una mala pasada. Quiero pedirte que me perdones por todo, esto es muy incómodo para mí.
Gustave tenía los puños estrechados y su mandíbula rígida. Mi corazón estaba agrietado, me dolía contemplarlo así, me dolía sabe yo era la culpable de su estado.
- ¿Estás cortando conmigo porque volverás con un hijo de puta que te engañó?-mostró una sonrisa forzada y temblorosa.- Dime... ¿Hasta qué punto llega la estupidez de las chicas? ¡Joder Annie! Pensé que realmente me querías, por primera vez en mi vida creía hacer las cosas bien por una mujer y tú... tú, tú vienes y me destruyes así, no merecía ser parte de tus malos entendidos ni confusiones. Ahora podrás darte cuenta que has rechazado un amor que excedía todos los prototipos de aquello por elegir un amor repetitivo, bochornoso y corriente.- le comenzó a temblar la voz pero aun así continuaba hablándome- pero también fui quien te quiso y te querrá de la manera más pura y dócil que te han querido nunca, ojalá seas feliz, ojalá no te engañe de nuevo.- Se levantó de la butaca, tiró un par de dólares y se marchó.
Ya no aguantaba más, no podía soportar su manera de hablar frenética y cruel. Pero yo lo entendía y era merecedora de eso y mucho más. Me apresuré a salir de allí y me dirigí a casa con lágrimas en los ojos, las personas que pasaban por mi lado me miraban extraño pero las ignoré y sólo me dediqué a pensar en Gustave, tal vez esta era la única manera de estar próxima a él, quizás no de la forma que ambos queríamos pero a veces, la forma más cercana de estar a las personas que uno ama; es sentimentalmente estando lejos de ella. El único culpable de nuestro sufrimiento era Neil y por esto, por encerrarme en esta situación yo me iba a vengar, posiblemente no esté de acorde a eso pero no iba a permitir que arruinara nuevamente mi felicidad por sus caprichos y niñerías. Me quité bruscamente las lágrimas, respiré profundo y me adentré a la estancia, justo cuando procedía a abrir la puerta una voz me saluda
- Hola Annie, ¿Qué tal?
Al voltearme, pude ver el rostro de Dylan, no faltaba más.
- ¿Qué quieres?
- No quería molestarte, ¿sucede algo? Te ves... mal.
- ¿Te importa acaso? Ah ya sé, quieres saber que me sucede para ir corriendo a contarle a mi madre ¿no es así? Saca tu estúpida cara de mi vista y por favor, Dylan, si no quieres tenerme como enemiga deja de entrometerte en mis asuntos.- Cerré de golpe la puerta y me tranquilicé, el día iba de mal en peor.
Mamá aún no había llegado y me tumbé sobre la cama para repasar todo lo que había sucedido como costumbre... Otro día de porquería, otro incidente en donde la tristeza vuelve a ser partícipe substancial de ello. Revisé mi móvil y tenía un mensaje de carie:
"Annie, ¿Qué ocurre? Gustave ha llamado a Logan muy acongojado y le ha dicho que se marcha de vacaciones por una semana a Bothell, ¿Se irán juntos? Porque no me has mencionado nada. Háblame cuando veas esto, te extraño. Un beso, nena."
De seguro se irá por mi culpa, pensé. Pero a Bothell, ¿Por qué allá? Me parece extraño sin embargo entiendo que quiera alejarse de mí. Procedía a marcarle a Clarie pero debía dar explicaciones sobre algo que yo desconocía, de modo que me retracté de eso y busqué un libro en las gavetas de la mesita de noche, encima de él estaba situada la nota que Gustave me había dejado la primera noche que dormimos juntos y la releí
"Te veías lo suficientemente linda para no despertarte así que te preparé algo de comer, debo alistarme para el instituto, nos vemos en un rato pequeña. Gustave."
Sentí una presión en mi corazón al leer esas palabras, una melancolía que nunca antes había sentido y me di cuenta de algo... Yo no podía permitir que se me escapara de entre los dedos la felicidad que tanto anhelaba tener, era la única que determinaba si lo dejaba ir, o lo retenía conmigo hasta quién sabe cuándo, pero eso era lo que yo quería... Tenerlo conmigo. Si dejaba que Neil se saliera con la suya probablemente sería la chica más estúpida en la faz de la tierra y no. Yo no lo sería. Tenía una semana para reparar todo, una semana para recuperar lo que valía la pena, una semana en donde me pondría a prueba y una semana para castigar a la única persona que me estaba haciendo infeliz; Neil.
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eróticamente enamorada
Romantizm¿Annie se siente atada al amor que siente por Neil ó al placer sexual que le causa Gustave?