capítulo X

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El despertador sonó a las 6:30 a.m y me encontraba sola en la habitación. Gustave no estaba ni tampoco sus cosas, pero en la mesita de noche había un zumo de naranja y unas tostadas acompañadas de una nota que decía : te veías lo suficientemente linda para no despertarte así que te preparé algo de comer, debo alistarme para el instituto, nos vemos en un rato pequeña.
Gustave.

No esperaba un detalle tan dulce como este de parte de Gustave, me hizo sonreír lo considerado que podía ser en ocasiones.

Concluí con el desayuno que estaba delicioso y me encaminé a la salida de mi hogar para esperar a Logan, cuando mi madre aparcó junto al jardín y se bajó rápidamente a saludarme.

- Hola, Annie ¿qué tal la noche?

- Tranquila, mamá.

Me miraba de una forma extraña pero no identificaba si estaba siendo irónica o inquisidora.

- bien, me alegro pero podrías ser más honesta y contarme que estaba haciendo ese chico aquí en mi casa, con mi hija y solos.

Estaba enfada. Mierda, maldito Dylan.

- Sólo es un amigo y si quieres que sea honesta, realmente considero que deberías avisarme cuando quieres meter a un chico y dejarme a solas con él sin mi consentimiento y opinión.- estaba siendo injusta, muy injusta.

- Cariño, Dylan es de confianza.

Solté una carcajada.
- ¿De confianza? Nos saludamos a penas con su familia y, ¿a ti te parece que es de confianza?

Mi madre estaba a punto de responder cuando Logan me grita desde el coche para irnos.

- Esta conversación no ha terminado, Annie.- lo decía frunciendo el ceño

- Oh, si que no ha terminado.- le dije casi en tono de advertencia y rápidamente me regañé conmigo misma por falta de respeto.

Me monté en el carro y mi cara de frustración era tal que Logan no se molestó en interrogarme.

Mientras nos introduciamos en el tráfico y estaba más lejos de casa iba olvidando la discusión con mamá y me relajaba, estaba feliz de haber pasado la noche con Gustave y cuando lo recordaba sonreía entonces Logan me miraba extraño.

- ¿Me contarás ahora por que estás tan sonriente?.- me lanzó una mirada rápidamente y pude ver la curiosidad en sus ojos

- ¿Es muy notoria mi alegría?

- Es difícil hacerte sonreír de esa forma y tengo una leve sospecha de quién es el responsable de ella.- sonreía por lo bajo.

- Veamos que tan asertivo eres.- sonreí.

- Gustave...

- Vale, has acertado pero no diré nada hasta que estemos junto a Clarie porque no quiero repetir dos veces lo que pasó.

- Mmm... entonces debe ser interesante.

- Puede ser.- Sonreí picarona y encendí la radio, sonaba all of me y nos quedamos en silencio dejándonos cautivar por la voz de Jhon Legend.

*******

Aparcamos en el estacionamiento del Instituto y nos dirijimos al pasillo donde Clarie solía esperarnos y allí estaba, conversando con un chico que siempre se ha derretido por ella, aunque observándolo bien no parecían estar charlando, más bien liando.

Cuándo nos vio rápidamente se despidió del chico y se encaminó
hacia nosotros con su deslumbrante sonrisa y sexy forma de caminar.

- ¿Qué tal chicos?

- A que no adivinas quién se ha liado con un chico.- dijo Logan escondiendo una sonrisa y yo le golpeé el brazo para que se quedara en silencio, pero ya dicho esto Clarie me miró y con una gran sonrisa preguntó

- ¿A que no es el guapetón torso perfecto?

Yo solté una carcajada, ese apodo de "torso perfecto" me hacia gracia aunque sabía que lo era.

- ¿Cuándo has visto su torso y por qué le llamas de esa forma a Gus?- fruncí el ceño para fingir estar molesta.

- Ajá, sabía que era él. Y respondiendo a tus preguntas... El otro día, cuando acababan de hacer deporte yo me encaminaba al lavabo, estaban unas chicas cuchicheando y me acerqué, de pronto veo a tu chico y Uau... debiste estar allí viendo ese espectáculo, gracias a eso las chicas que observaban lo apodaron de ese modo.- se encogió de hombros y sonrió.

A mi me dio una oleada de celos pero no por Clarie, sino por las otras mujeres, sin duda olvidé el tema para no demostrar mis sentimientos ante mis amigos. Mientras nos dirigiamos a las clases que nos corresponden les narré todo lo sucedido y los dos estaban más emocionados que yo, eso me hacía reír.

Entré al salón de clases y me senté en en primer puesto disponible, no veia a Gustave y eso me desconcertaba, tal vez se atrasó con lo sucedido esta mañana. De pronto alguien se sientó a mi lado y me acarició los nudillos, rápidamente supé que era él.

- ¿Acaso ha dormido conmigo, señorita Hamilton que no se digna a saludarme?- reí ante su comentario, le observé y ahí estaba... tan guapo y reluciente como siempre.

- Hola Gus, ¿que tal?

- Uff... si supieras como he dormido.

Me sonrojé como suelo hacerlo.

- Gracias por el desayuno, estaba delicioso.

- No agradezcas, pequeña y me agradezco a mi mismo por haberte protejido de...

- Los abusadores.- terminé su frase.

El profesor llegó al salón y sabiamos que debíamos terminar la conversación, nos sonreímos con complicidad y comienzó la clase.

Más tarde, cuando salimos del Instituto Gus me llevó a por un helado y cuando por fin es nuestro turno dice:

- Me agrada mucho el de limón, ¿y a ti?

Niego con la cabeza.
-Prefiero el de fresa, Gus.

- Vale, pero te pierdes el mejor helado de tu vida.

Nos sentamos en el césped de un parque donde escaseaban las personas pero tenía una vista muy bella al océano.

Terminé con el helado más rápido que Gus, estaba sedienta y éste delicioso.

- Así que no te gusta el helado de limón ¿eh?

- Pues no, me gustan más los sabores completamente dulces.

- ¿Ah si?

Asiento.

Cogió con su dedo índice un poco se helado y lo posó sobre mi mejilla, me tomó por sorpresa y yo grité, pero en ese instante se acercó hasta donde el helado se estaba derritiendo y con su lengua lo quitó saboreando mi rostro; mi respiración se aceleró, se me erizó la piel y acercándose a mis labios me besó, con amor y dulzura.

Nos separamos para respirar y el tomó de su helado, nuevamente lo posó en mi mejilla y reiteró la acción.

- Al parecer hice cambiar tú opinión sobre mi helado.

Sonreí.

- Sabe más dulce en tu boca.

Se acercó a mis labios y a centímetros de ellos susurró

- Y el helado sabe más delicioso y refrescante en ti.

Nuevamente nos besamos y quedándonos en silencio miramos el mar.

eróticamente enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora