Kylo Ren ( El terror de los siete mares )

Capítulo 23

El escurridizo pirata, Snoke había huido con algunos de los isleños por la red de cuevas que había en el templo, al darse cuenta de que su jefe había muerto a manos de Kylo Ren, al parecer eso era algo normal en esa isla, Ben, con Rey y sus hombres, los persiguieron por varios minutos hasta que salieron a una playa en forma de medialuna que era más rocas que arena, las olas rompían con violencia en las paredes de los acantilados y los hombres que ahí esperaban casi los igualaban en número.

Ben sintió la mano de Rey aferrarse con fuerza a su camisa, le pasó la daga que había recuperado antes de empezar a perseguir a los piratas, ella la tomó sintiendo un poco de nauseas al ver el objeto, por fortuna en ese momento empezó a llover y el agua se llevó la suciedad del metal. En el horizonte empezaba a clarear, pero las nubes mantenían el sol oculto.

Snoke observaba todo con sorna, sus ojos llenos de maldad pasaban de Ben a Rey y viceversa, ella sintió nauseas de nuevo, el aspecto del pirata era tan o más desagradable que el de Palpatine y le daba un repelús terrible verlo, suspiró y reprimió las ganas de recostarse en la espalda de Ben, ya que estaba empezando a sentirse cansada.

—No bajes la guardia, Rey —murmuró Ben en voz baja —, te prometo que esto terminará pronto.

—Lo sé, ten cuidado, por favor.

—El príncipe corsario —Snoke hizo una burda reverencia si perder la sonrisa maligna —. Al final diste con la guarida de Palpatine.

—¿Sabes, Snoke? Ya me estoy cansando de que me digan así.

—Pero, alteza, ¿por qué se molesta?

—Será mejor que cierres tu sucia boca, este es tu fin, no podrás huir más.

—Yo no estaría tan seguro, capitán, estamos en mi territorio.

—Eso lo veremos, Snoke.

El silbido de una flecha surcando el aire sorprendió a los piratas y un segundo después un desventurado isleño cayó a la arena sin vida, esa fue la señal ar que el caos se desatara de nuevo y, aunque todos estaban cansados dieron lo mejor de sí, combatieron hasta casi desfallecer y fue obvio que Ben y su tripulación estaban mejor preparados porque no tardaron mucho en terminar con casi todos los nombres de Snoke.

Solo el pirata y dos más quedaban en pie, Cardo y Ushar se encargaron de los isleños y Ben siguió peleando con Snoke mientras protegía a Rey con su cuerpo, pero en un descuido, ella se hizo a un lado y él no pudo hacer nada para evitar que la atacara. Snoke se fue sobre ella con intenciones de acabar con su vida, no consiguió su objetivo gracias a la rapidez de Ben, pero si logró a herirla en la pierna.

Como había sucedido con Palpatine, una daga atravesó el corazón de Snoke, la daga de Ben. No se detuvo a ver el final del pirata que por tanto tiempo había aterrorizado los mares, fue a donde estaba Rey a quien Cardo ya atendía, este le ató un pañuelo en el muslo por encima del corte que había sido profundo.

—¡Rey!

—Due...le, Ben, due...le mucho.

—Tranquila, mi amor, vamos a llevarte a la aldea para curarte.

—No creo que sea buena idea, capitán —opinó Vicrul, presionando la herida que seguía sangrando un poco.

Ben le dio la razón, era mejor que alguien conocido la curara.

—¡Que alguien vaya al barco por Phasma y Gibbs! —ordenó mientras levantaba a Rey —, tal vez ellos puedan hacer algo.

—¡Sí, mi capitán! —Kuruk se fue corriendo mientras Ben iba tras él a un paso más lento, con Rey en sus brazos.