Capítulo 26

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Rey caminaba por el camino que llevaba a la colina, el aire fresco movía su cabello y la falda del vestido blanco que llevaba, sentía como si todo fuera irreal cientos de luciérnagas brillaban alrededor y el perfume de las flores llegaba hasta su nariz, a lo lejos podía escuchar el rumor de las olas del mar.

A pesar de que estaba sola, no tenía miedo, sabía que estaba a salvo, sentía una fuerza y presencia muy familiar rodeándola.

—¿Ben? —preguntó mirando a los lados, pero solo había silencio.

Él no está aquí —respondió una voz suave, detrás de ella.

Recordaba esa voz, suave, amorosa, reconfortante, dio media vuelta y se encontró con un rostro de su pasado, un rostro que conocía muy bien.

—Mamá...

—Mi pequeña estrella, estás hermosa, hija.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué estás aquí?

Estoy en tus recuerdos, hija mía, vine a ti porque me necesitas, no tengas miedo de ser quién eres, no importa lo que digan, lo que importa es lo que hay en tu corazón. Eres una mujer fuerte, sobreviviste a muchas cosas y eso te hizo ser lo que eres ahora, una guerrera.

—¿Qué fue lo que pasó? No recuerdo casi nada.

Eso ya no importa, ahora estas a salvo. No queríamos dejarte, mi amor, pero no tuvimos opción, el destino así lo decidió, espero que Jocasta haya sido buena contigo.

—Fue la mejor madre que pude haber tenido, después de ti.

Rey había empezado a recordar pasajes de su niñez, en un lugar lejano, con sus padres, había sido feliz, y después de un viaje precipitado, todo quedó en penumbras, los recuerdos se borraron por muchos años. Ahora empezaba a comprender muchas cosas.

Me alegro tanto mi pequeña estrella, ya eres toda una mujer, y pronto tú también serás madre, elegiste un buen hombre, hija.

—Fue el destino el que nos unió, madre, me llevó directo al mar, a él.

El mismo destino que lo llevó a él a tierra firme, a ti.

—Sí, y me alegra, no creo que pudiera ser feliz con otro hombre que no sea él, es mi otra mitad.

—Eras la última princesa del clan, pero la vida siempre encuentra el camino, la nueva generación ya viene.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Creo que tú ya lo sabes, mi amor.

La mujer se acercó a Rey y le tocó el vientre con una sonrisa muy dulce en su rostro.

—No necesitas saber más, el pasado no importa, es este presente lo que debes cuidar.

Rey también sonrió, ahora estaba segura de que un bebé creía en su vientre, un hijo, fruto del amor. Le dio la mano a su madre sintiendo la calidez de su tacto por un breve momento. Eso reconfortó su alma cuando la silueta empezó a ser difusa y desapareció en la noche, junto con las luciérnagas

—Gracias, mamá, no voy a olvidarte de nuevo. Te lo prometo.


Despertó arropada en los brazos de Ben, ya no tenía dudas, ni miedo, todo eso había quedado atrás, su madre tenía razón, lo que importaba era el presente, su esposo, su hijo, su familia. Suspiró y se arrebujó en las sábanas para acercarse más a Ben, y así, se quedó dormida de nuevo hasta casi el medio día, cuando la nana entró a la habitación para reprenderla por perezosa.

Kylo Ren ( El terror de los siete mares )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora