Cap. 21 La Vuelta

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Dejo este capítulo antes de dormir, estaba por publicar de otra historia pero no lo he pasado a la plataforma así que como este lo pasé previamente, aquí va la sorpresa. Tomen nota que me estoy desvelando justo ahora que tengo tanto trabajo quizá porque me motiva que si Dios permite en 20 días estaré hacien mi examen para titularme.

— Lleva a descansar a los caballos - los hombres tomaron diferentes rumbos, uno se cruzó con el enamorado de Leonor que tenía un aspecto lúgubre.

Leonor nomas llegar a su casa se encerró en su habitación, en aquella casona, se mantenía distante, comprometida en cosas que embellecían su hogar, pero negaba su presencia a casi todos, muy en especial al chico con el que alguna vez se había besado. Por enésima vez el hombre pidió ver a Leonor; aquel día fue diferente, aquel tuvo la oportunidad de verla. El joven estaba envuelto en una sensación de gozo y reserva, anheló verla desde que había vuelto de su viaje al mismo tiempo que se le comprimían las entrañas de recordar que no había viajado sola y los rumores que recorrían el pueblo.

Deseaba su contacto físico, una mirada, un susurro de su voz, algo de ella; quería reprocharle, exigirle respuestas y al mismo tiempo simplemente quería tenerla cerca, hacia ya poco más de un mes que comprendía que no tenía derecho a nada con ella, que las clases si pesaban, pero tal vez podría si era listo al menos tener una aventura.

— Hola -dijeron al unísono nomas mirarse.

— Me alegra verte -expresó el muchacho.

La seguridad le abandonó, se sintió nervioso, al mismo tiempo sintió que aquella estela que había nublado su buen juicio se había disipado, la joven tenia un aspecto pálido, sí, seguía siendo bonita, parecida a un ángel, pero dudaba que tuviera en sus manos y en su cuerpo la virtud de hacerlo enardecer como la morena con la que hacía meses tenía un amorío.

— A mi también -Leonor sonrió le gustaba todavía, no importaba que hubiera sucedido con Carlos, seguiría adelante, quería sentir los tibios y suaves labios que en el pasado habían despertado su anhelo, sus ilusiones.

— ¿Por qué no habías querido verme?

— Estaba enferma.

Aquel joven creyó lo que dijo, ideas no tan nobles cruzaban en su cabeza debido a los rumores, sin embargo, se aceró a besarla, la necesidad de su cercanía seguía ahí. La magia que habían sentido en el pasado se había extinguido. Volvió a besarla, con más pasión con más ahínco, era bonita y él sensual. Leonor dejo que el joven explorara su boca, pero algo se había perdido, el joven buscaba en ella una pasión que no encontraría, ella deseaba sentir esas mariposas, pero... podía percibir sentencias acusadoras en miradas furtivas y disimuladas del muchacho y peor aún, que los sentimientos que antes habían existido en el joven no eran más.

No lo detuvo, confiaba en él por una razón que no alcanzaba a comprender, sus fuertes manos rodearon su cintura, la ausencia de sentimientos románticos fueron poco a poco refrenándolo a ambos, Leonor había deseado que aquellos sentimientos estuvieran ahí. Se habían mirado con disculpas silenciosas y al cabo de un mes la noticia de que el joven había unido su vida a alguien más llego a sus oídos. Leonor se permitió llorar por lo que había perdido en aquel viaje, lo único que agradecía es que aquel joven en aquella biblioteca le había demostrado que podía confiar en un hombre y que ella estaba en paz consigo misma y quizás con el tiempo si Dios lo permitía podría volverse a enamorar, porque muyen el fondo soñaba con algún día formar una familia.

Barena por su parte omitió cualquier comentario venenoso y malintencionado que pudiera salir de su boca como era costumbre de su parte, se le daba ese tipo de comportamientos de forma casi natural tano como en Leonor en antaño aquellos arranques nerviosos. Algunas veces a la joven le daban pesadillas de esas que la ponían en aquella situación de verse alterada y a la defensiva y después llena de tristeza y añoranza.

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