Hola, espero que el desarrollo de la historia la historia les guste, dejen sus comentarios trataré de publicar con regularidad aunque puede decir que día les gustaría más para que actualice.A Leonor le tomó tiempo incorporarse a la vida lejos de la invisible protección de Viviana, el padre de su parroquia y personas realmente entregadas al creador fueron quienes apoyaron a la joven muchacha, algunos no con tanto afán de ser buenos como parecerlo. Leonor como joven bien educada de la alta sociedad solía apreciar la sinceridad y sobrellevar la vanalidad.
Le costaba un poco las miradas y el acoso pero trabaja y tenía el apoyo de Dios para sobrellevar cualquier angustia que cargará en su alma. Desde que Viviana se casara, sentía que había hecho su mejor obra, aunque tristeaba por sí misma. Debía actuar constantemente a la defensiva pues muchos (no con buenas intenciones) buscaban su estima.
***
Semanas después de la partida de Viviana.- Ese vecino tuyo nada más no me gusta -increpó Amalia mientras caminaban.
Leonor miró a Barena con cierto enojo.
- Lo dices como si yo no sintiera el mismo encono.
- Solo es confirmación -dijo Amalia con acento norteño.
- No me gustan tu afirmaciones, ni tus acentos raros que siento como acusaciones y... -amalia sonrió no entendía bien eso del encino pero entendió que era algo parecido al enojo).Contuvo el aire y las palabras que por alguna razón estuvieron a punto de salir. Lo cierto es que Amalia no era Viviana y pese a que toleraba mucho de ella otro buen tanto no le gustaba. Leonor alguna vez había afirmado que era su amiga y otros tanto sentía que no la soportaba. Ciertamente le tenía cariño pero era grosera, altanera y maleducada. No tenían mucho en común más que estos tres particulares defectos y por lo mismo como el agua y el aceite chocaban.
Amalia Barena era una mujer morena, mucho más maleada y anticipada. Era un digno espectáculo a seguir si ebria la embullaban. Cierto día se miró en el espejo y notó que Leonor y ella se parecían, Leonor tenía esa mirada dura y fría, cuando algo no le gustaba pero podía jurar que no gozaba de su carisma.
Barena era una mujer segura, bien pagada de sí misma y solía hacer lo que se le daba la regalada gana. Disfrutaba decir malas palabras. Le gustaba molestar a Leonor e infundirle algo de temor. En su matrimonio hasta cierto punto llevaba la batuta. Había decidido quedarse con Leonor ante la petición de Julián Galante y a su marido le molestó por cierto escozor de que pudiera hacerlo por hacerle un favor a Carlos Soto, siendo un orgulloso jamás lo admitiría pero viéndose vencido se había quedado.
Leonor tuvo que poner todo su empeño es sacar adelante la tierra y buscar la manera de salir adelante. Entre los aspectos relevantes era que no tenía grandes posibilidades de criar ganado, ni tampoco dedicarse como en un principio era su afán a cultivar la tierra así que busco a quien alquilar y esperar a ver dinero después de las cosechas.
Pese a que hubo días en que tenía que contar y hacer rendir cada moneda, un buen día solo recordó gracias a las historias que solía escuchar el esposo de Barena que había gente de enterraba tesoros y herencias completas, armas, joyas y piedras.
Así que un día empezó a urgar en algunas de las habitaciones de la casa, se decía que había gente que guardaba tesoros entre las paredes.
Primeramente lo hizo en la habitación de su padre y fue un alivió no encontrar nada, en aquellos días de grave angustia había pensado que tal vez su padre hubiera tenido dinero suficiente y aún así había preferido casarla con Rigoberto.
Se decidió a buscar por los pisos con suma discreción y por un tiempo se reprochó a sí misma por no confiar en su propia gente, varias personas como Cande habían quedado a su lado en sus momentos difíciles y pese a la buena voluntad que solía mostrar Barena y Mago y uno que otro empleado (gente de Julián Galante) todo en su vida era cuidarse de la plebe.
Pese a sus vamos esfuerzos y pobres esperanzas un día simplemente encontró alivio a sus problemas encontrando unas monedas incrustadas en la pared de una habitación de oro y plata. Justo en su recamara recordando una canción de cuna que su madre le cantaba.
Le he dado a mi niña una sorpresa
Le he dado una cuna de oro y plata
Le he dejado risas y caricias,
he dejado lilas y violetas en la baranda.
Le comprado adornos de color plata y una princesa de porcelana.
Le he comprado una muñeca de rizos de oro y en la dejado segura en rincón.No se le había ocurrido antes pero sí, ahí estaban, en su habitación. Tuvo incluso que hacer uso de toda su imaginación. Una vez logró encontrar aquellas monedas hizo de todo para dejar igual la habitación.
Amalia se había reído de su vana ilusión de encontrar algo de valor en alguna habitación, solía espiarla tan bien que solía limpiar con cuidado las evidencias que había dejado como premio a su gran imaginación. Le molesta el hecho de que no confiara en ella y otras se reía pues si hubiera estado sus zapatos también lo haría.
A finde cuentas Barena era una empleada más que en su caso si algún tesoro pudiera encontrar podría cargar con lo que encontrará y no volver jamás ¿y quién le iba reprochar? ¿ De que la podrían acusar?
Fueron unas cuantas monedas pero suficientes para solventar los más duros gastos. Hasta que al fin un día terminó encontrando unas cuantas más en compartimiento secreto en un costado de su cama.
Guardo para sí este secreto a la única que quería contárselo era a Viviana pero Viviana no estaba y no podía decírselo por cartel. He aquí que por alguna razón surgió esa sensación de desconfianza de parte de Amalia que quería saber cómo era que de un buen tiempo acá sobrarán cosa en aquella casa.
Entre las cosas que se dispusieron fue traer un par de vacas, caballos y un ternero.¡Ah! Y por si fuera poco un nuevo tendero.
Este hombre era un hombre de aproximadamente unos cincuenta años, que llegó junto a ella una buenas mañana de sábado junto a su hijo un varón de una veintiséis a lo sumo, moreno, musculoso, de facciones algo más suaves que tocas y no por ello menos masculinas, con porte sereno hasta rayar en lo tímido.
Su padre que como cualquier otro hombre en aquellas épocas veía provecho en la juventud de su hijo insistió en que podía trabajar también en la hacienda de Leonor a cambio de algunos pesos e intercambio que concibiera a ambos. Por esta razón Amalia Barena había empezado a tener una comunicación continua con Viviana por no sentirse tan desleal con Leonor.
Había dejado de servirle a Julián pese a que recibía una representativa gratificación mensual que ella se rehusaba a tocar hasta que pudiera darle un buen uso. Fue entonces empezó a gastar en pequeñas compras que realizaba cada que Leonor decidía salir con este tendero en particular.
No olviden dejar sus votos y comentarios les mando besos y bendiciones. Espero que les haya gustado este capítulo.
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necesidad de ti
Historical FictionLeonor es una chica con un gran reto, sacar adelante su hacienda para no depender de nadie, después de la muerte de su padre, el decomiso implacable del ejército a su propiedad por las deudas de su padre y la mala fortuna de haber pasado por la verg...