Lamento haberme perdido tanto tiempo, razones hay muchas, recientemente tuve covid y como pueden leer sobreviví, espero que les guste este capítulo y dejen sus comentarios, los cuales siempre leo, no olviden dejar sus votos.
No tardaron en hacer el viaje y Barena fue incluida en los planes para servir como Carabina, Carlos no pudo estar menos de acuerdo pero lo suficientemente agradecido de alejar a Leonor de José, él cual al enterarse de la partida está no dudo en dar por terminada cualquier cosa que pudiera haber podido florecer entre ellos.
La joven se vio caminando al lado Carlos por la calle de su brazo y así como se sonrojaba por las miradas acusadoras... se calmaba con las que eran positivas; habían tomado el tren, el trayecto fue ameno en la medida de que Carlos pudo tolerar cada una de las historias que Barena tenía para contar. Hubo un accidente por el cual debieron hacer parada y valorar si continuar en un coche de alquiler o esperar a que el tren continuará su viaje pero sé determinó que esperarían y pasaron la noche en un pequeño hotel cerca de la estación. Amalia agradeció pues el viaje no le favorecía en absoluto.
Carlos había invitado a cenar a Leonor y está había extrañado la presencia de Amalia y porque no decirlo, había pensado en más de una ocasión en José. Carlos que no era tonto lo había notado por esto la cena no había representado un momento memorable sino más bien incómodo.
La preciosa joven frente a él había tratado de evitar que notará hacia donde se perdían sus pensamientos pero definitivamente fracasó.—No pensé que tus sentimientos por ese mozuelo fueran tan fuertes.
— No lo sabía ni yo -contestó molesta de sentirse cuestionada, y más por el tono de su voz.
— No he querido molestarte -se corrigió Carlos al ver que estás reacciones no le favorecían puesto que mientras más lo pensaba no dejaba de sentir que la perdía, oh como maldecia la medicina de haber renunciado a ella ahora no estará tan cerca y tan lejos de Leonor.— Pues mira que lo haz conseguido -exclamó sin empacho.
— Leonor -suplicó-, no te enojes conmigo es solo que yo...
— Tú qué -se apresuró a interumpir-, no estás de acuerdo, no está a mi altura, no encaja con lo mustia que soy.— Leonor basta -cambió su tono, cuando Leonor se comportaba así solo deseaba tener a Viviana cerca para decir "pilla basta".
Siempre que pensaba en aquella frase de Viviana solía sonreír, sin embargo en ese preciso momento no le alcanzaba el ánimo, Leonor llegaba a ser grosera cuando se sentía agredida y eso a él definitivamente no le gustaba nada.
— No deseo que nadie, ni siquiera tú me cuestionen en mis decisiones, soy una mujer libre e independiente. Y... a estas alturas ya no le debo explicaciones a nadie.
La joven comenzó a caminar y llegó a una sección de escaleras y en ese instante subió un par de peldaños y Carlos la hizo voltear. La chica tenía los ojos brillantes y la cara roja a causa del coraje. Mientras que Carlos Soto deseaba solo calmar aquel estado pero en cambio la tomó algo más fuerte de lo que pretendía y la joven perdió el equilibrio al no estar bien plantada en aquel movimiento, terminó inclinándose hacia él, pareciendo caer sobre el cuerpo de Carlos. Así que cuando logró recomponerse de aquel incidente dónde se había pegado como nunca antes a su cuerpo se sintió aún más molesta y ni mencionar que avergonzada.
Fue entonces que se giró con más vehemencia de la que Carlos hubiera esperado y huido con mayor velocidad de la acostumbrada, el hombre por su parte no estaba dispuesto a dejarla ir sin aclarar nada que pudiera salvarle en aquel momento que no fuera una disculpa.
La habitación de la joven queda a un par de puertas de la suya y mientas que la joven pensó que él se quedaría en su puerta no contuvo la velocidad de sus pasos, abrió rápido su puerta con las manos temblorosas decida a entrar en su habitación pero Carlos le había dado alcance y antes de que ella pudiera hacer algo entro en la habitación y cerró la puerta casi pegaba un grito él mismo al comprobar que Barena no estaba en la habitación cuando más necesitaba de la maldita mujer.
— ¿Cómo te atreves Carlos, a entrar aquí sino está Amalia? ¿cómo te atreves a poner mi reputación una vez más en entredicho? ¿Cómo puedes hacerme esto? ¿cómo?
Leonor hacía mucho que no se alteraba así pero estaba realmente sensible. La mirada de Carlos se oscureció de pronto y la joven por primera vez en su vida realmente le tuvo miedo.
— Debes salir de mi habitación -intento decir como buscando una salida.
Hablo sin la fuerza que hacía tan solo unos segundos la caracterizó, había en los ojos de Carlos, indignación, rabia y desesperación pero además había algo más que a ella simplemente le provocó miedo.
Carlos trataba de medir sus pasos, sus palabras y movimientos pero no pudo. Él la respetaba como un condenado la respetaba y ella le decía aquello, que más daba si no lograba contenerse habría una diferencia después... lo dudaba, estaba celoso, expectante después de aquel incidente y peor aún... herido.
Sintió deseos de arrancarse la camisa y de arrancarle a ella lo que trajese puesto como si un demonio se hubiese apoderado de él.
Se acercó a ella furioso, furioso consigo mismo, con su debilidades e incluso con las oportunidades que tenía en enfrente. Le había molestado incluso más el hecho de ver en sus ojos miedo de él, de él que la respetaba y cuidaba incluso de sí mismo. La imagen de Leonor semidesnuda inundó la memoria de sus pupilas y al parecer aquello era lo mismo que había ocurrido con Leonor y que había provocado aquella reacción pero era tarde para que Carlos recapacitara en lo que estaba apunto de cometer. Había recordado en ese preciso instante a Leonor aquella vez en su habitación, en que le había reprendido severamente con un castigo físico y temió sin equivocarse por que pudiera hacerlo de nuevo y... por que así lo hizo.
Seguro se comerán las uñas, voten, pidan el siguiente capítulo y se les concederá.
ESTÁS LEYENDO
necesidad de ti
Historical FictionLeonor es una chica con un gran reto, sacar adelante su hacienda para no depender de nadie, después de la muerte de su padre, el decomiso implacable del ejército a su propiedad por las deudas de su padre y la mala fortuna de haber pasado por la verg...