Propuesta

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La muchacha de cabellos rizados se olvidó de pronto de la comida, de Amalia, del mundo y por supuesto del invitado, Amalia y Carlos fueron testigos de su arrebato y como subía las escaleras rumbo a su habitación para desahogar sus sentimientos.

Por la noche sus ojos ardían se sentían hinchados y aunque moría de hambre se negaba a mirar a los ojos a Carlos, a Amalia, e incluso no permitió el paso a Cande. Boca arriba en su cama con las manos enlazadas a la altura de su estómago creyó que podía morir y al mismo tiempo sonrió ante aquel arrebato de dramatismo; estaba claro que no moriría, que de estar Viviana cerca tal vez hasta la abofetearía, cerró los ojos al fin más en paz y pensó en lo hermoso que fue besar a José, que quizás querría volver a repetirlo como dijo la infame Barena pero no sucedería más, no de esa forma en que estaba esperando por mucho que lo quisiera. Pensó en si alguna vez podría casarse, sí habría alguien a quien no le importase su pasado, si algún día podría olvidar su vergüenza, no fue capaz de entender que eso ya había sucedido, desde la primera vez que José le había besado. Tal vez tuviera temor y dudas pero lo peor ya había pasado.

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— Me ha dicho que vendrá y probablemente él la convenza de acompañarlo, no habría razón real para negarse. ¿No lo crees?

— Tienes razón -Viviana sonrió, hacía mucho que quería ver a Leonor y Julián le daba la mejor noticia, mientras alimentaba a su bebé.

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Carlos apenas y comió, se pasó un rato por la sala, se movió hasta el despacho, camino por un corredor, visito al esposo de Barena y platicó con uno que otro trabajador pero su mente estaba arriba con ella, queriendo mirarla, besarla e incluso poseerla.

Sonrió, bebió y hasta cantó no logró sacarle ni media palabra a Barena, sentía que odiaba a la mujercilla de sonrisa burlona así que se rindió y decidió meterse a la cama. Leonor se decidió por no salir la siguiente mañana pero si a comer y... él repitió la hazaña, bebió, canto e insistió en sacarle a Barena algo, probó alimentos, se bañó y luego a dos pasos de la puerta de Leonor se decidió y tocó, era noche pero no eso no le pareció un impedimento.

— Pasa -le escuchó decir, no esperaba que fuera él sino Barena, al verlo le sorprendió pero no le interrumpió en su entrada.
— Pensé que era Amalia.
— ¿No soy bien recibido en tu habitación?

A la muchacha se le encendieron las mejillas, no era una acusación pero sí, un recordatorio. No solo de incidente del desnudo sino de la falta de atención para Carlos. Este no estaba borracho, olía a limpio y chocolate en las manos.

— Lamento mi ausencia Carlos, no te he atendido y...
— Me temo que debo irme Leonor -el comentario abrupto hizo que el corazón de Leonor se acelerará.

De alguna manera aún sin verlo saberlo ahí, constituía fuerza y seguridad; así que saber que pensaba irse después de tanto tiempo sin una carta, sin una visita no fue algo agradable.

La muchacha tenía un quinque en el centro de la habitación, se encontraba envuelta en una bata suave de color rosa  que resguardaban un camisón del mismo color, bastante viejo puesto que hacía ya mucho que ella no estrenada un camisón, aunque la tela era de buen material se apreciaba que llevaba mucho tiempo con ella incluso le quedaba algo ligeramente corto, llevaba un rosario en una de sus manos.

— Carlos -su voz sonó triste, miró el rosario en su mano, miró un momento a los ojos a Carlos después de pensar que no podría y luego hacia el quinque, estaba de pie pero sintió la necesidad imperante de sentarse y pedirle al hombre frente a ella que lo hiciera también pero no lo hizo, sintió que rompería a llorar pero no derramó lágrima alguna.

Su rostro sí mostró aflicción aunque no supo que decir puesto que no sería correcto decir nada, no se había comportado como buena anfitriona y de repente se sintió más sola que nunca antes en su vida, no sabía de que forma podría retener a aquel hombre que le significaba paz.

Carlos notó la tribulación silenciosa de la mujercita preciosa que él adoraba así que se acercó sin cautela alguna para tomarla de la mano e impulsar un giro hacía él para que lo mirara; habiendo sucedido, tomó su brazo derecho mientras aún sostenía la mano izquierda por la muñeca.

— No he querido mortificarte. Solo pensé que ya no era tan agradable mi presencia.

Mintió descaradamente pues él podía estar así, ahí; apostado a su puerta para cuando decidiera salir y no le inmutaria en lo absoluto que decidiera no salir de la habitación. Antes de eso estaba por decirle que iría dónde Julián y Viviana y pedirle que le acompañará ya que no había tenido oportunidad alguna de decir sus intenciones respecto de un viaje juntos.

Soltó la mano de la muchacha, acarició su rostro, el gesto llevaba un toque suave, íntimo y al mismo tiempo puro no había dobles intenciones (no algo como una seducción) pero si de demostrar su cariño.

—  Tu presencia siempre me hace feliz Carlos y tú ausencia me entristece...
-quiso decirle "no quiero que te vayas"; no lo hizo y Carlos no la llevaría más allá.

Quería seguir tocándola, mirándola, de aquel modo del que no tenía derecho, en aquella intimidad prohibida para cualquier hombre con una joven como ella. Así que se obligó a soltarla porque no quería mancharla de modo alguno siendo tan sensible como Leonor lo era.

— Quiero visitar a Julián y... Si tú quisieras venir... O sino puedes pero quieres que vuelva dímelo.

Leonor sonrió. No sé le había ocurrido la idea de aprovechar la presencia de Carlos para visitar a Viviana. La propuesta era simplemente maravillosa y olvidó por completo que estaban solos en la habitación y lo abrazó feliz de poder estar cerca de él y de viajar segura para ver a Viviana.

El hombre de tez blanca se dijo que quizás Leonor no tenía el dinero para viajar y mucho orgullo para aceptar el dinero de Julián para el viaje y se sintió contento de que ella tuviera confianza suficiente para permitirle a él correr con el gasto.

Espero que el capítulo les haya gustado lamento la demora, tengo problemas con mi laptop y debo repararla para continuar mis historias. Suerte que tuviera capitulos guardados en la plataforma.

No olviden dejar sus votos y comentarios.

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