Hellsing y Alucard la parte Monstruosa

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Narra su servidor

Después de una noche de placer y lujuria en exceso, nuestra querida pareja yacían abrazados, hasta que los rayos del sol llegaron a su habitación, cosa la cual hizo que se despertaran, para arreglarse y prepararse para su último día en la tierra antes de regresar al averno.

Narra Alastor

Estaba arreglando la habitación, mientras que Charlie se bañaba, cuando salió del baño, todo estaba acomodado y limpio, como si lo que hicimos en la noche nunca hubiera pasado, ella me miro de pies a cabeza y sonrió.

-Querida, sea lo que estés pensando, será mejor posponerlo para mañana mon amour.

-Hmm... no me gusta esperar mi hermoso locutor.-Dijo de manera coqueta, ya se a donde quería llegar y no se lo dejaría tan fácil.

-Cariño, hoy vamos a visitar a alguien, más te vale no mandar indirectas tan directas como la que acabas de hacer.

Charlie solo hizo un puchero y afirmo con la cabeza, sin duda es demasiado tierna, la vería como una niña si no fuera por su lado lascivo, que se debe a que su madre es una súcubo, mejor dicho la reina de las súcubos.

Entre al baño para asearme, me vestí, me puse una camisa blanca, un corbatín rojo, un saco del mismo color y un pantalón negro, junto con unos zapatos negros.

Charlie vestía con una camisa blanca, tirantes cafés, un pantalón gris y unos zapatos cafés.

-Pareces inspector, querida.

-Así es Al, ¿y sabes lo que inspecciono?

-Hmm... no lo sé, tú dime ma belle Charlie.

-Inspecciono al bombón que tengo en frente.

Yo me quedé callado, me sorprendió ese piropo, la verdad me gusto...

-Oh, me halagas mi vida, pero temo que yo no soy un bombón...

-¿Entonces que eres?

Me acerqué a su oído y le susurré- Soy un chocolate amargo... pero a la vez dulce... eso es lo que soy... bombón...

Pude apreciar como se tensó, al parecer le gusto, después de esa pequeña provocación la bese, ella me correspondió. Después de ello salimos de la habitación y nos dirigimos al elevador, cuando el elevador llego a su destino, salimos.

Afuera se encontraban mi pequeña Nifty y Quet, esperándonos para lo que era nuestra última salida y día en la tierra antes de regresar al infierno. Este día, nos dirigiríamos a una mansión alejada de la muchedumbre, para hablar con alguien muy especial...

-Muy bien queridas, ¡andando!- Fue lo que dije una vez estábamos todos reunidos, Quet me siguió sin vacilar; sin embargo, Nifty y Charlie me siguieron con intriga, obviamente era porque no les dije a donde nos dirigíamos, solo les mencione que era una... "Sorpresa"...

Al llegar a la mansión, Nifty y Charlie me vieron con preocupación, en especial Charlie.

-Al... ¿Qué hacemos aquí?- Pregunto mi amada.

-Buena pregunta querida, estamos aquí para hablar con alguien.

-Papá, nunca me dijiste que tenías un amigo Británico.- Dijo mi pequeña.

-Y es porque no tengo dulzura.

-¿Entonces que hacemos aquí?- Dijeron al unísono.

-Oh, ya lo verán, ustedes tranquilas yo nervioso.- Dije con mi inquebrantable sonrisa.

Dolor, Amor y Lujuria en el AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora