Dolor, Amor y Lujuria en el Averno

Desatar de la ira

Narra su servidor 

 —Ni te atrevas a tocarla, malnacido... —Decía Alucard mientras sus ojos carmesíes brillaban y detrás de él aparecía un cúmulo de oscuridad con varios ojos y dientes.

—Tch... hijo de perra... mi brazo... no importa, eso no quita nuestra victoria

—A que te refie... Alastor... —Alucard volteo a ver dónde se situaban Alastor y Vaggie, viendo como este fue atravesado por la lanza divina que portaba la polilla.

—N-no... Infeliz... ¡Dijiste que aún teníamos tiempo! —Gritaba el vampiro, implorando que su compañero estuviera bien, y que solo fuese una ilusión...

Mientras Alastor estaba soportando el dolor que le ocasionaba dicha arma, sentía como la lanza quemaba cada parte de su ser. Su pecho estaba atravesado y sus brazos lastimados. Vaggie sonreía campante ante aquel escenario, ver al segundo demonio más fuerte en dicho estado por su "poder", la hacía sentirse imponente ante cualquiera.

—Al fin, nadie podrá interponerse entre Charlie y yo, ¡ni siquiera tu maldito venado! —La polilla reía como desquiciada, sin darse cuenta de que su contrincante se había quitado la lanza del pecho, solo para después cortarle una mano con su propia arma.

—Eres demasiado ingenua, verás... yo no soy un demonio, que finja serlo es diferente. —Aquellas palabras dejaron en shock a los presentes, ¿Cómo que no era un demonio? Era prácticamente imposible que un ser divino entrara al infierno, salvo si este usase un demonio, como era el caso de la polilla.

Pero el estar en el infierno sin ser un demonio, o "tomar" el cuerpo de un demonio era prácticamente imposible, incluso la misma princesa sabía eso, pero luego se acordó del verdadero ser de su amado... Entendiendo lo que iba a hacer, estando confiada en el resultado.

—¡Alucard crea un escudo más fuerte! —Grito Charlotte al vampiro que se estaba engullendo a Harold... La princesa se asqueó por dicho escenario, pero decidió fingir no haber visto aquello.

—¿Para qué?

—Para soportar el ataque de Alastor. —El rey de los no-muertos se quedó en shock, como si hubiese recordado un viejo trauma, su rostro mostraba temor... no, más que eso, miedo a lo que se avecinaba.

La princesa al ver la reacción del vampiro entendió que dicho ataque era más que peligroso, mientras tanto, los padres de la princesa estaban evacuando a todo demonio que se encontrase en el palacio.

—Todos rápido salgan, este sitio no es seguro. —Gritaba el rey a sus súbditos, los cuales, a pesar de ser unos desgraciados, siguieron las órdenes de su rey sin rechistar.
Por otro lado, Alastor estaba en su forma humana, mientras miraba a una Vaggie lastimada, cerca de la muerte, mirando con odio al locutor.

—C-cabrón... mier-da... —Decía la polilla mientras intentaba soportar el dolor que sentía.

—Oh Vaggie, todo pudo haber terminado de una manera más amena para ambos... sin embargo, tu egoísmo te cegó... y he aquí... tu moribunda y yo ahogándome en mi ira... — Aquellas palabras dejaron perpleja a la polilla, ¿Cómo que ahogándose en su ira? Se veía más calmado que nada...

Alastor miraba a la polilla como un bicho raro, como si fuese nada, de repente... Empezó a retorcerse de la risa que le causaba dicho escenario, disfrutando de cara expresión de Vaggie frente a él.

—JA, JA, JA... ¡¡HAHAHAHA!! —La polilla intentaba retroceder, asustada del monstruo que estaba frente a sus ojos, implorando porque se le perdonase la vida, buscando alguna escapatoria, para evitar su cruel destino.