El vampiro y el amor (Final)

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Londres año 2037


Narra Alucard

Llevaba dos años con mi dulce y amada Alice, le hacía visitas, ya sea a su trabajo como periodista o a su casa, pasaba el tiempo con ella, tanto como si me fuera posible. También en estos dos años que llevo con ella empece a escribirle cartas y poemas, no eran las mejores, pero daba el intento... Aun recuerdo el primer poema que le escribí...

Poema de Alucard

Tus ojos cuál mar
Tan bellos y profundos
Tu cuerpo cuál sol
Tan cálido y cegador
Tu ser cuál galaxia
Tan sublime e inalcanzable
Tan embelesado estoy
Por tu imponente figura
Por tu deslumbrante ser
Me ahogas en tus mares
Me atas en tus cadenas
¿Qué es lo que me hiciste?
¿Por qué te deseo con ansias?
Sea cual sea la razón...
Estoy perdido por ti
Oh querida mía
Cae a mis brazos
Y envuélvete en el pecado
Del amor y la pasión
que te ofrezco...

Lo sé, no era la gran cosa, pero para mi hermosa Alice lo fue todo, tan embelesada estaba por mi poema que cada que podía me pedía que se lo cantase... Al principio tuve que improvisar para cantarle el poema, ya después de un tiempo pude hacer unas partituras con violín para dicho poema...

En fin, eran buenos tiempos con mi amada, nos divertíamos tanto, pero... no todo es color de rosas.

Estaba en su casa preparándole una buena cena cuando de pronto escucho algo romperse, preocupado corro al sitio donde se originó aquel estruendo, solo para encontrarme a mi amada en suelo tosiendo.

—¿Cariño que ocurre?

—No lo sé... estaba acomodando nuestra foto cuando de pronto...

—¡Alice! —

Mi amada se desmayó, por suerte pude tomarla para que no se golpeara con el piso, al ver el estado en el cual se encontraba, no dude en enviarla al hospital.

Ya en el hospital, me apartaron de ella y se la llevaron a urgencias, yo solo me quede en la sala de espera, poniendo mis pocas esperanzas en que estuviera bien, en que no fuera nada grave...

—Señor... ¿Hellsing?

—Sí, ese soy yo —

Me levanté de la silla donde estaba para acercarme al doctor.

—Dígame, doctor, ¿Qué es lo que tiene?

—Ese es el problema señor, no lo sé, no sé lo que tiene, lo único que sé, es que la está matando lentamente.

—¿Cómo?

—Así es señor, está muriendo lentamente, lo más probable es que no sobreviva para mañana...

—E-está bromeando... ¿No?... dígame que es una maldita broma...

—Lamento decirle que no es así... lo mejor es que vaya a despedirse... —

¿Cómo carajos lo dice como si fuese lo más normal del mundo?...

—Está bien... gracias... —

Camine por los pasillos lentamente, pensando... ¿Cómo podre salvarla?... podría hacer que abandone su humanidad... pero perdería su pureza y la condenaría... no puedo hacer eso... salvo que...

Fui corriendo desesperado al lugar donde se situaba mi amada, al llegar la vi dormida... incluso dormida sigue siendo bella...

Me acerqué a su lado, tome sus manos e hice un conjuro.

Dolor, Amor y Lujuria en el AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora