La noche del Vals

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Narra su servidor

Alucard se encontraba en el balcón que compartía con Alastor cantando aquel poema que dedicaba a su lejano e imposible amor...

— Tus ojos, cuál mar, tan bellos y profundos, tu cuerpo, cuál sol, tan cálido y cegador —Cantaba el vampiro sin notar que alguien lo miraba desde el sillón de aquella habitación.

— Tu ser cuál galaxia, tan sublime e inalcanzable, tan embelesado estoy, por tu imponente figura, por tu deslumbrante ser —Seguía cantando mientras el sonido de un violín hacía compañía, era Alastor el cual acompañaba a Alucard con su duelo, con su dolor, comprendiendo aquel sentimiento del vampiro.

El vampiro se impresionó por unos segundos, pero decidió continuar con su cantar, quería terminar con este dolor, y no lo lograría hasta que terminase de cantar.

— Me ahogas en tus mares, me atas en tus cadenas, ¿Qué es lo que me hiciste?, ¿Por qué te deseo con ansias? —Seguía cantando mientras lágrimas color carmín caían una a una por las mejillas del príncipe de la oscuridad, esperando que algún día... él pudiese volver a estar con su amada sin que ella le temiese...

Alastor seguía tocando el violín, mientras que recordaba con dolor, todas las injusticias, todas las falacias a su persona, todo el odio recibido, los abusos... sus constantes muertes y reencarnaciones, queriendo terminar con este sufrir...

—Sea cual sea la razón... Estoy perdido por ti, oh querida mía, cae a mis brazos y envuélvete en el pecado, del amor y la pasión, que te ofrezco... —Al terminar su cantar, Alucard, lentamente, entro a la habitación mientras sollozaba por lo cruel que era el destino...Alastor termino de tocar, con un movimiento desapareció su violín, se acercó a su 

compañero, y con cuidado lo llevo a la cama a que se sentase.

—¿Por qué hemos de sufrir? ¿Por qué... no podemos vivir en paz?... —Preguntaba Alucard mientras se intentaba secar con torpeza las lágrimas que no paraban de caer de sus mejillas.

—No lo sé... solo espero que cuando esto termine, podamos vivir tranquilos. —Soltó el demonio carmesí intentando confortar al vampiro.

—Querrás decir morir —Dijo Alucard mientras soltaba una pequeña carcajada haciendo que el demonio de la radio hiciese lo mismo.

—Sí, sí... por lo menos aún tenemos tiempo, aún tienes tiempo mi querido amigo, este aún no es nuestro final...

—¿Y cuándo lo sea? ¿Qué haremos? —Pregunto Alucard un poco pensativo sobre, ¿qué es lo que harían ante aquella situación?

—Ver el horizonte, mi amigo, y estar seguros de que nuestra lucha haya hecho un cambio, haya protegido a nuestros seres queridos...

—Espero no te equivoques idiota —Dijo el príncipe de la oscuridad mientras reía.

—Oh querido, ¿Yo cuando me he equivocado? —Respondió Alastor mientras reía con su compañero.

—En eso tienes razón, ja, ja, ja.

—Bueno, Alucard, ve con Nifty por favor, ya que le prometiste ir con ella por su vestido.

—Oh, cierto que hoy es el vals, bueno, me retiro, ¡Adiós! —Dijo el vampiro mientras salía corriendo a buscar a la pequeña, cíclope.

—Que pasará cuando te enteres de que solo uno de nosotros morirá... y ese no eres tú mi amigo... —Dijo Alastor en voz baja para evitar que cualquiera que se acercase a su habitación lo escuchase.

Dolor, Amor y Lujuria en el AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora