Sufrimientos y anhelos

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Narra Alastor

Vi nuevamente aquel momento en el cual nació mi parte "divina" ... o mejor dicho la divinidad que yo mismo me arranqué del alma.

Recuerdo haber caído inconsciente por la gran pérdida de sangre, solo para luego encontrarme en una cueva, mientras que aquel ser me curaba, en ese entonces no sabía lo que era ni el porqué de su existencia.

—Qué tiempos aquellos... el nacimiento de mi parte "divina" ... Recuerdo que al final terminé poniéndole mi nombre y yo decidí vivir con un seudónimo. —Le dije a Casandra, quien a pesar de ser la muerte misma se mostraba impresionada y preocupada por lo que vio.

—¿Y por qué le diste tu nombre?

—Eso es sencillo mi querida hermana... me odiaba en ese entonces, detestaba mi nombre... Yoliztli... vida en náhuatl... más lo único que hice fue ocasionar muerte y desdicha. —Miraba a mi yo del pasado con odio... Aun a pesar de los siglos me sigo odiando.

—Hasta la fecha, no hay mañana en la que desee no haber existi... —No pude terminar mi oración por una fuerte cachetada por parte de mi hermana, al voltearla a ver estaba enojada y con lágrimas.

—No te atrevas a decir eso nuevamente... Tú eres alguien que ha dado vida a dos hermosas criaturas y que ellos te aman a pesar de ya no recordarte... Eres muy puro y has sabido perdonar a pesar de todo lo vivido. —No dije nada, solamente me acerque y la abrace... No quería verla llorar, me dolía ver a mi hermana así...

—Yo... lo siento Casandra... en serio lo siento... —Mis manos temblaban al igual que mi mandíbula, abrazaba con fuerza a mi hermana, esperando que no fuese una ilusión...

—No quiero perder a más seres queridos... no quiero, no lo soportaría —Solté mientras lágrimas salían de mis ojos a su vez que ponía mi rostro en el hombro de Casandra.

Después de un tiempo nos separamos, al parecer necesitábamos desahogarnos... Volteamos a ver a nuestro alrededor para ver que ya habíamos cambiado de escenario, nos encontramos cuando me volví a arrancar el alma... luego de haber perdido a mis hijas... mi esposa... mi reino...

—Ahí fue cuando lo perdí todo y sentí una rabia incontrolable hacía la humanidad y hacia los dioses... De dicho dolor e ira nació Alucard... —Mi hermana puso su mano en mi hombro, como intentando reconfortarme sobre lo sucedido.

—Sé que el pasado puede atormentarnos de diferentes maneras, pero... no podemos vivir en él toda la vida, hay que avanzar y procurar no cometer los errores de dicho pasado... e intentar ser mejores y no dejarnos llevar por el dolor, la ira y la desdicha. —Me dijo mientras me sonreía intentando motivarme, cosa que funciono.

Lamentablemente dicho momento se vio interrumpido luego de haber sentido un dolor en el pecho que ocasiono que me desplomase en el suelo.

—¡Yoliztli! —Gritaba mi hermana a su vez que yo sufría una insoportable agonía... me quemaba el alma, empecé a retorcerme del dolor.

Fueron minutos de tremendo sufrimiento mientras mi hermana hacía hasta lo imposible por ayudarme... hasta que paro, de la nada ya no sentía ese dolor... Se había desvanecido. Con dificultad y ayuda de Casandra logré levantarme, para ver que nos encontrábamos en un escenario diferente, estábamos en un hermoso bosque de pino, no recordaba esto... y eso que son mis memorias del pasado...

En eso se notó a tres personas con vestimenta distinta, una de la otra. Eran mi yo del pasado, Alucard y Yoliztli... ¿Cómo fue posible que olvide un momento tan importante en nuestras vidas como ese?

Dolor, Amor y Lujuria en el AvernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora