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Lentamente entraste a tu cocina y pusiste palomitas de maíz en el microondas. Tus padres salieron para su cita nocturna, así que estás sola en casa. Regresaste a tu sala de estar y pusiste una película de terror al azar.
Viste la famosa máscara blanca e instantáneamente te diste cuenta de que era una de las famosas películas de Halloween. Michael Myers era uno de tus slashers favoritos, así que sonreíste emocionada.
Escuchaste el fuerte sonido en toda la casa, lo que indica que las palomitas de maíz estaban listas. Volviste corriendo a la cocina, deslizándote por el suelo, debido a tus calcetines. Rápidamente sacaste la bolsa de palomitas de maíz del microondas y la pusiste en un tazón. Entonces añadiste un poco de sal y volviste corriendo a tu posición anterior en el sofá.
Comenzaste a ver la película mientras comías palomitas de vez en cuando. Comenzaste a pensar para ti misma mientras mirabas la película.
'¿Por qué todos piensan que es una buena idea tener sexo mientras un asesino anda por ahí?' Pensaste antes de soltar una pequeña risita.
Sonó el teléfono de tu casa, interrumpiendo la película. Gemiste, echando la cabeza hacia atrás, pero aun así te levantaste y te acercaste a la mesa donde estaba el teléfono.
"¿Hola?" Contestaste, tu voz más baja de lo normal.
"Hola T/n". La persona respondió. Su voz no sonaba ni un poco familiar mientras lo escuchabas hablar.
"¿P-puedo ayudarte?" Tu preguntaste. Ni siquiera te molestaste en preguntarle cómo sabía tu nombre. Era un pueblo pequeño, mucha gente sabía quién eras.
"Mmm." Pensó por un momento antes de finalmente responder a su pregunta. "No creo que nadie pueda ayudarme".
"Está bien, Billy. Sabes que te amo, pero deja de ser espeluznante". Rápidamente te diste cuenta de lo que estaba pasando. Tu novio, Billy Loomis, era un conocido asesino, Ghostface. Y él estaba jugando contigo.
"Wow. Qué sabelotodo". Su voz volvió a la normalidad y se podía escuchar su risa. Casi te había pillado.
"Sí, sí." Comenzaste, quitándote el esmalte de tus uñas. "¿Vas a venir a ver la película conmigo o no?"
"Ya estoy aquí, mi señora". Dijo y colgó el teléfono. Te confundiste hasta que te diste la vuelta para ver a tu novio sentado en el sofá, comiendo tus palomitas de maíz.
"Gordo". Le pusiste los ojos en blanco antes de hacer un débil intento de recuperar tus palomitas, cosa que Billy no iba a permitir que sucediera.
"¡Dámelo!" Gritaste, peleando por el tazón. Agarró un puñado de palomitas del tazón y se las comió mientras jalaba el tazón hacia él. "¡Lo vas a tirar!"
"¡No tu lo harás!" Gritó de vuelta, dando un fuerte tirón que hizo que soltaras el tazón y él sonriera en señal de victoria. Podría haber ganado esta batalla, pero no la guerra.
"Te odio". Suspiraste antes de dejarte caer en el asiento abierto junto a él. Lo viste sonreír de nuevo, pero te ofreció algunas palomitas, las cuales aceptaste con gusto.
"No, no lo haces". Tenía una sonrisa estúpida en su rostro, lo que lo hacía lucir increíblemente atractivo, pero lo dejaste de lado y te enfocaste en la película.
"Lo que sea." Aceptaste tu derrota, dejando escapar un largo y dramático suspiro.
Después de eso, comieron como tres bolsas de palomitas de maíz y sintieron que podían explotar en cualquier momento. Os acurrucasteis y os quedasteis dormidos en el sofá mientras veían otra película. Lo reconociste como una de las películas de Viernes 13 antes de quedarte dormida en paz, sintiéndote segura en los brazos de Billy.
