¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Habían pasado meses desde que ocurrió el incidente con Billy. No lo habías visto ni oído hablar de él en esos meses. Tal vez Sidney y él finalmente decidieron permanecer juntos o tal vez loque le dijiste lo hizo entrar en razón. No estabas segura, pero una parte de ti extrañaba a ese chico de ojos marrones.
Eran alrededor de las 2 de la mañana cuando estabas sentada en el sofá de la sala de estar, viendo películas de terror al azar. Fue en una parte aburrida, así que te desplazaste por las redes sociales en tu ordenador. Viste una imagen que destrozó aún más tu pobre corazón.
Era Billy, pero no estaba contigo, ni con Sidney. Era otra chica. Tenía hermosos ojos verdes, piel suave de aspecto cobrizo, una sonrisa brillante en sus labios mientras Billy tenía sus brazos alrededor de su cintura. Su corte de cabello y la longitud de su cabello cabello se parecía al tuyo. Se parecía a ti.
Ella lo miraba en la foto con una gran sonrisa. Él le devolvió la mirada con la misma expresión. Frunciste el ceño cuando rápidamente le diste me gusta la foto y pasaste de largo, sin querer volver a verla ni a pensar en ella.
Tristemente, yendo en contra de tus propios deseos, tu mente volvió a esa chica. Casi todo en ella se parecía a ti. ¿Por qué estaría él con una chica así? ¿Él ve el parecido? ¿Qué pasó con Sidney? ¿Alguna vez piensa en ti? Las preguntas pasaron por su mente mientras cerraba rápidamente el ordenador, sacudiendo la cabeza.
El timbre del teléfono se escuchó en toda la casa y te hizo suspirar, caminas hacia el teléfono y contestas la llamada con un silencioso "hola".
"¡Hola T/n!" La voz del mejor amigo de Billy se escuchó a través del teléfono. Tus cejas se arrugaron ante el sonido. ¿Por qué te estaba llamando? Los dos casi nunca hablaban y no eran cercanos en absoluto. "¿Qué estás haciendo?" Preguntó. Comenzaste a preguntarte cómo consiguió tu número, pero lo ignoraste mientras buscabas las palabras correctas para decir.
"Estoy viendo Viernes 13". Le dijiste mientras te encogías de hombros, echando un pequeño vistazo a la televisión. Lo escuchaste tararear desde el otro lado.
"¿Puedo ir?"
Tu corazón se aceleró y tu mente se quedó boquiabierta cuando hizo esa pregunta. Billy siempre te llamaba y te preguntaba eso después de preguntar si tus padres estaban en casa. ¿Iba a ser el próximo tipo en atormentarte y hacerte la vida casi miserable?
Desde que ocurrieron los eventos con Billy, tu confianza en los hombres comenzó a desvanecerse lentamente.
"¿T/n?" Habló de nuevo, sacándote de tu pequeño trance. Te aclaraste la garganta antes de asentir y decirle que estaba bien. Te dijo que llegaría en unos quince minutos.
Una vez que colgasteis, subiste rápidamente las escaleras para ponerte ropa menos reveladora que el pequeño par de pantalones cortos y la camiseta sin mangas. Te pusiste un par de pantalones de chándal y simplemente decidiste dejar tu camiseta sin mangas.
Cuando te sentaste y esperaste la llegada de Stu, tu mente comenzó a dudar.
¿Y si es como Billy? ¿Por qué de repente quiere salir conmigo? ¿Hay algo que él quiera sacar de esto?
Las preguntas pasaron por tu mente más rápido que un rayo. Te empezó a doler la cabeza mientras pensabas en todo. El sonido del timbre de tu puerta empujó todos esos horribles pensamientos fuera de tu cerebro.
Lentamente te levantaste del sofá y caminaste hacia la puerta, tu mano alcanzando el pomo de la puerta. Lo giraste y lo jalaste hacia ti para revelar a un Stu sonriente.
No pudiste evitar devolverle la sonrisa al verlo. Su sonrisa siempre ha sido contagiosa.
"¡Hola, T/n!" Saludó con una sonrisa. "¡Traje algunas cosas!" Te dijo alegremente mientras sostenía una bolsa. Asentiste y te hiciste a un lado, dejándolo entrar a tu casa.
Ambos se dirigieron a la sala de estar y miraste la bolsa, preguntándote qué era lo que había traído. Los dos se sentaron en el sofá y él comenzó a sacar cosas de la bolsa.
Algunas películas, algunos dulces, una bolsa de tus papas fritas favoritas y algunas otras cosas.
"Esto es genial y todo eso, pero Stu... ¿por qué haces esto?" Lo cuestionaste. La sonrisa que estaba en su rostro se desvaneció al instante ante tus palabras.
Suspiró antes de hablar contigo. "Me siento mal por todas las cosas que ha hecho Billy". Se encogió ligeramente de hombros.
"Pero Stu, nada de eso es tu cul-"
"Lo sé, T/n. Pero todavía me siento mal y estoy tratando de mostrarte que podrías hacerlo mejor. No digo yo, sino alguien más". Hizo una pausa por un minuto, tratando de encontrar las palabras correctas. "Billy es un gran tipo para tener como amigo, pero no como novio".
Le diste una sonrisa agradecida y le pusiste una mano en el hombro. "Gracias, Stu". Tu sonrisa cayó lentamente mientras continuabas. "Pero tengo fuertes sentimientos por Billy, así que me llevará un tiempo superarlo".
Stu no pudo evitarlo, pero dejó caer la pequeña sonrisa que tenía en su rostro. "Lo sé, pero eventualmente seguirás adelante y encontrarás a alguien mejor, que te trate mejor". Su sonrisa reapareció lentamente en sus labios. "De todos modos, ¡veamos películas!"
Te dejó elegir la primera película, que fue Psicosis. Viste la película con una sonrisa en tu rostro mientras los dos comíais las papas fritas que él trajo.
Tu sonrisa se desvaneció cuando comenzaste a pensar en el momento en que Billy y tú habíais hecho esto. Cómo te rodeó con el brazo, te sostuvo con fuerza, te susurró cosas al oído de vez en cuando y, lo más importante, cómo te hizo sentir.
Realmente no podías sacar a Billy Loomis de tu mente.
Stu notó esto. El ceño fruncido en tu cara y tu distracción. Podría decir que probablemente estabas pensando en Billy. No sabía qué hacer para ayudarte, pero de una forma u otra, iba a ayudarte a superar a Billy.
