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No pude contener las lágrimas mientras buscaba a mi amigo, que acababa de desaparecer al azar. Estábamos en medio de la nada, lejos de casa. Nuestro automóvil se descompuso en un área desconocida, mientras estábamos en un viaje por carretera.
Sentí una gota de agua caer sobre mí. Excelente. Empezó a lloviznar, las lloviznas se convirtieron en aguacero y busqué algún lugar para refugiarme.
Vi una casa a lo lejos, pero he visto películas de terror. Nunca vas hacia la casa en medio de la nada. Es literalmente caminar hacia la muerte.
Así que me refugié debajo de un árbol al lado del camino de tierra. La casa todavía estaba en mi línea de visión, así que la observé desde lejos.
Pude ver las luces encendidas, cuando el sol comenzó a ponerse. Estaré en la oscuridad, solo, sin saber dónde estoy. Bueno, sé que estoy en Texas, pero no recuerdo dónde en Texas. Recuerdo haber visto un pueblo no muy atrás, a menos que mi mente me traicionara de todos modos.
Tal vez debería intentar caminar de regreso hacia allí. Va a ser mi mejor opción, pero si Harry todavía está por aquí en alguna parte, necesito encontrarlo. No puedo dejarlo aquí afuera en peligro potencial, ¿verdad?
Pero podría ser mejor para los dos si voy y busco ayuda. Pero, ¿y si no regreso a tiempo? Preguntas y pensamientos invadieron mi mente mientras me hundía lentamente en el suelo.
Más lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos mientras pensaba en Harry. Ya podría estar muerto, ¿y qué hice para salvarlo? Nada. Absolutamente nada. Si le pasa algo, nunca me lo perdonaré.
Lo pensaré durante la noche. No hay forma de que esté haciendo nada durante la noche. No quiero ponerme en demasiado peligro.
****
Me desperté con el fuerte ruido de lo que sonaba como una motosierra. Mis ojos se abrieron instantáneamente y me puse de pie, mirando alrededor. No había nadie a la vista, pero el sonido de la motosierra parecía provenir de esa casa.
Asustada, decidí ir hacia la casa, di pequeños pasos, sin muchas ganas de toparme con nada ni nadie.
Estaba a punto de subir al porche cuando una mano áspera me agarró y me dio la vuelta para enfrentarlo. Me taparon la boca con la mano antes de que pudiera gritar. Mis ojos se abrieron ante lo que vi.
"¡Harry!" Lo abrazaste, con una gran sonrisa en tu rostro, ahora que sabías que tu amigo estaba vivo.
"Tenemos que irnos." Dijo rápidamente, guiándote lejos de la casa. Mientras te alejabas de la casa a toda velocidad, notaste algo. La cara de Harry. Estaba cubierto de rasguños y magulladuras, como si hubiera estado en una pelea.
"Harry". Comenzaste una vez que los dos se alejaron lo suficiente de la casa. "¿Qué te ha pasado?" Preguntaste en voz baja, nerviosa por su respuesta.
"Te lo explicaré una vez que nos alejemos lo suficiente". Su voz era temblorosa mientras caminaba más rápido. Miraste hacia atrás y la casa aún estaba a la vista, pero ahora, algo más estaba en tu línea de visión.
"¡Harry!" Levantaste la voz. Miró hacia atrás y vio a un hombre que arrancaba una motosierra y venía directamente hacia vosotros.
"¡Corre (T/n)!" gritó mientras comenzaba a correr lejos del hombre, quien corrió tras ustedes dos. Harry todavía tenía un agarre en tu mano, pero mientras corrías, tus manos se pusieron sudorosas, lo que hizo que tu agarre se aflojara.
Antes de que pudieran reaccionar, otro hombre estaba frente a ustedes dos, con lo que parecía un machete en la mano. Golpeó a Harry, quien, afortunadamente, logró esquivarlo en el último segundo.
Perdiste a Harry mientras huías del hombre con la motosierra. Asumiste que el otro hombre perseguía a tu amigo. Te preocupaste por él, pero te aseguraste de huir. Saltaste sobre árboles caídos.
Miraste hacia atrás y, efectivamente, el hombre todavía te seguía, con la motosierra en la mano. Continuó corriendo, mirando al frente, asegurándose de no chocar con nada.
Te persiguió durante unos minutos más, te estabas quedando sin aliento, tus piernas estaban a punto de ceder. No había manera de que pudieras seguir así por más tiempo. El hombre no mostró signos de detenerse y se sentía como si estuviera acelerando.
Mientras corría, se tropezó con algo. Dejaste escapar un grito desgarrador mientras las lágrimas se formaban en tus ojos. Miraste hacia abajo y viste que era una trampa para osos. Intentaste escapar, pero no pudiste antes de que el hombre te alcanzara.
Se inclinó y tú lo miraste a los ojos, suplicando en silencio clemencia. Sin embargo, sería inútil, no tenía sentido tratar de razonar con un asesino.
Al mirarlo, notó su máscara. Estaba hecha de... piel. Las lágrimas caían más rápido cuando pensabas en ser desollado vivo.
Para su sorpresa, había dejado lentamente su motosierra. Lo miraste con recelo, tus lágrimas se estaban deteniendo.
Se inclinó lentamente, sus ojos te decían que estaba mostrando misericordia, pero aún no estabas seguro. Empezó a ayudarte a salir de la trampa para osos, con la que estúpidamente te habías topado.
Sabías que de ninguna manera ibas a poder huir de él, no con el pie como está. Te estremeciste cuando abrió completamente la trampa y luego sentiste algo de alivio antes de darte cuenta de que había una buena posibilidad de que no te asesinaran.
"N-no corras". Su voz sonaba como si no hubiera hablado en meses. Asentiste lentamente, mirando a través de los agujeros para los ojos de su máscara.
Te recogió al estilo nupcial y te cargó todo el camino de regreso a la casa. Comenzaste a retorcerte cuando te diste cuenta de adónde te estaba llevando. Sabías que había otras personas en la casa que probablemente no serían tan amables.
Mientras te llevaba adentro, te diste cuenta de que no había nadie en casa, o al menos alrededor. No se oía ningún tipo de ruido ni se veía a nadie. Te relajaste un poco en sus brazos antes de darte cuenta de que te estaba llevando a lo que parecía un sótano.
Comenzaste a moverte en su agarre, lo que provocó que él te agarrara con más fuerza, sin mostrar signos de dejarte ir en el corto plazo. Te acostó en una mesa de metal, retrocediendo lentamente, pero manteniendo los ojos fijos en ti.
Te tomaste este tiempo para mirar alrededor de la habitación. Notaste muchas máscaras diferentes sobre un escritorio en la esquina de la habitación. Querías vomitar, pero te contuviste mientras mirabas hacia otro lado e hiciste una nota mental de no volver a mirar allí nunca más.
Le echaste un vistazo al asesino, que te miraba directamente. Lentamente dio un paso hacia adelante, lo que provocó que retrocedieras, pero ya no pudiste retroceder. Si lo haces, te caerás de la mesa.
