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Te despertaste alrededor de las 10:00 am en una cama vacía. Te sentaste lentamente, gimiendo, antes de mirar alrededor de la habitación en busca de alguna vista de tu adorable novio.
No lo viste por ninguna parte, lo que hizo que fruncieras el ceño. Esperabas que no lo olvidara, pero parece que lo hizo. Hoy era el día, tu cumpleaños. Este era el primer cumpleaños que ibas a celebrar con Billy, pero él no parecía estar presente.
Lentamente retiraste la manta de tu cuerpo antes de ponerte de pie. Caminaste hacia la cómoda que estaba en la esquina de tu habitación. Comenzaste a buscar en toda la ropa el atuendo perfecto. Ya sea que Billy estuviera contigo o no, ibas a disfrutar tu día.
Eventualmente decidiste tu atuendo favorito que usualmente solo usas en ocasiones especiales. Entraste al baño y debatiste si tomar una ducha rápida. Te encogiste de hombros y te acercaste a la ducha, encendiéndola.
Dejaste tu ropa en la encimera del baño y comenzaste a quitarte el pijama que antes usabas para dormir. Los arrojaste a la papelera negra que estaba al lado de la puerta y entraste a la ducha.
Te dijiste a ti misma que solo te ibas a dar una ducha rápida, pero no resultó así. No tenías ganas de salir. Pero unos veinte minutos después, te obligaste a salir de la ducha.
Saliste, sintiendo el aire frío golpear tu cuerpo y envolviste una toalla suave alrededor de tu cuerpo y caminaste hacia el espejo empañado. Tomaste tu mano y lo limpiaste, mirando tu propio reflejo. Frunciste el ceño ligeramente ante la situación antes de simplemente encogerte de hombros.
Te aseguraste de que tu toalla estuviera bien envuelta alrededor de tu cuerpo antes de estirarte y agarrar tu cepillo de dientes. Comenzaste a cepillarte los dientes como de costumbre. Una vez que terminaste comenzaste a peinar el desorden que era tu cabello.
Una vez que terminaste, te miraste al espejo y suspiraste. Trataste de sacudirte la horrible sensación de estar sola hoy mientras terminabas de hacer tus cosas normales de la mañana. No te tomó mucho tiempo terminar con todo. Saliste del baño y bajaste las escaleras.
Miraste alrededor de la sala de estar en busca de alguna señal de Billy. Nada. Suspiraste en silencio antes de entrar a la cocina. Te sentaste en la parte superior del mostrador, tratando de decidir qué querías para el desayuno, pero nada te sonaba realmente bien.
Tal vez te sentiste demasiado lastimada para comer o algo así porque tu apetito se había ido por completo. Negó levemente con la cabeza antes de deslizarse fuera del mostrador y regresar a la sala de estar. Caminaste cerca de la puerta principal y te pusiste los zapatos. Cogiste tu cartera y saliste de casa, decidiendo dar un paseo para despejarte.
Mientras caminabas por la calle, mantuviste la cabeza gacha, mirando el pavimento debajo de tu clásico par de zapatos que usabas todos los días. El sonido de la risa hizo que levantaras la cabeza.
A veces te olvidas de que vives al lado de un parque infantil. Observó cómo los niños corrían jugando lo que parecía ser el pilla pilla. Era agradable ver a los niños afuera. Eso no pasa mucho.
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Después de tu caminata de casi una hora, decidiste regresar a tu casa y crear un plan para el día. Tal vez saldrías con algunos de tus amigos.
Una vez que llegaste a tu casa, subiste los escalones y te paraste frente a la puerta, buscando en tu bolso tratando de encontrar la llave de tu casa.
Eventualmente sacaste la llave plateada y comenzaste a abrir la puerta. Una vez que se abrió la puerta, puso la llave en su bolsillo antes de girar la manija de la puerta. La puerta se abrió con un chirrido silencioso.
Tan pronto como entraste, te encontraste con tu misma vieja casa vacía. Suspiraste colocando tu bolso en el estante pequeño antes de comenzar a caminar hacia la cocina.
Diste un paso y salieron varias personas. "¡Sorpresa!" Jadeaste, saltando ligeramente. Una vez que superó el sobresalto, sonrió a las personas a las que llamaba sus amigos. En la multitud, incluso viste a la persona que habías estado extrañando todo el día.
"Gracias chicos." Hablaste con sinceridad. "Había pensado que lo habíais olvidado".
Escuchaste a alguien jadear dramáticamente antes de que Freddy hablara: "Nunca lo haríamos". Puso su mano enguantada sobre su corazón con una mirada dramática en su rostro. Simplemente sonreíste, sacudiendo la cabeza.
Uno por uno, todos los slashers que conocías como tus amigos se acercaron a decirte feliz cumpleaños. Algunos de ellos incluso te abrazaron. Una vez que todos se acomodaron y charlaron con las personas que los rodeaban, caminaste hacia Billy. Levantaste las cejas hacia él.
"Estaba reuniendo a todos para la fiesta. Tenía que conseguir un pastel y encontrar globos". Él simplemente se encogió de hombros. Sacudió levemente la cabeza con una sonrisa en su rostro mientras lo abrazaba.
