Capitulo 22

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CAPITULO +18, MENCIÓN DE ABUSO SEXUAL IMPLÍCITO.

1 mes después.

— Está bien, Wanda, Adelante.

Wanda escuchó cuando la psicóloga cerró la puerta detrás de ella y se dió cuenta de que no podía moverse. Wanda estaba de pie en medio de la oficina, con un sofá lila detrás de ella y una silla negra delante de ella, y era como si no supiera qué hacer.

La psicóloga no tuvo que mirarla a los ojos para sentir la ola de desconfianza y las muchas capas de escudos que Wanda se había impuesto.

— Por favor, siéntate. — la psicóloga indicó mientras se sentaba en la silla negra.

— No estoy hablando contigo. — dijo Wanda de repente, sorprendiendo a la terapeuta y sorprendiéndose a sí misma también.

La verdad era que, ella tenía otro terapeuta antes. Y en todo el mes que tenía en Wakanda, ella no había soltado ni una palabra al hombre, por lo que el hecho de entrar a ésta oficina y encontrarse con otra persona desconocida, nuevamente. Era raro.

La terapeuta miró a los enormes ojos verdes que la analizaban y esperó un momento.

— No te conozco y no te diré nada. — Wanda volvió a hablar. — No lo hice antes y no lo haré ahora.

— Mi nombre es Nikita Williams, tengo cuarenta y ocho años y solía ser profesora de tu anterior terapeuta en la universidad. Él me pidió que estuviera aquí hoy, lamento que no lo supieras.

— Bueno, no lo sabía. — dijo Wanda, con cautela. — Y no sé lo que te dijo él, pero no voy a decir nada.

Wanda estaba tan a la defensiva que parecía que le salían chispas de los ojos.

Nikita sonrió pacientemente y asintió.

— Bien. Si no quieres hablar, no te obligaré. Pero si vamos a quedarnos aquí por una hora, tal vez quieras tomar asiento.

Wanda no dijo ni hizo nada.

— O podrías quedarte de pie durante una hora entera. Suena interesante. — Nikita sonrió. — Perdóname, pero no soy tan joven y necesito sentarme. Siéntete libre de unirte a mí si cambias de opinión.

Wanda miró a los ojos azules que la observaban y, por primera vez desde que había visto a la mujer, se sintió un poco más relajada.

— Bien. Me sentaré, pero eso no significa que te diré nada.

Nikita asintió.

— Entendido. — La lejanía de Wanda fue un grito de ayuda, un fuerte grito, pronunciado en el lenguaje del dolor.

— Puedes decirle a Marcus que esto no funcionará —dijo Wanda, entrecerrando los ojos con audaz terquedad. — Y también al rey, incluso a mi novia si quieres. Ninguno de ustedes me hará hablar.

Se preguntó qué había pasado. ¿Por qué su anterior terapeuta había enviado a esta persona a su sesión? ¿Pensó que Wanda se abriría a una extraño? ¿De verdad pensó que funcionaría? ¿Sorprenderla con una mujer de apariencia amigable que le haría hablar sobre el pasado?

— No necesito decirle a Marcus nada de lo que sucede aquí, Wanda. Mucho menos al rey, y mucho menos a tu novia. — Nikita explicó.

Wanda no dijo nada. Observó a la mujer en silencio, lista para levantar todos sus muros y barreras sin dudarlo.

Nikita había visto mucho en sus años profesionales, y no era la primera vez que veía esa mirada herida en una mujer.

Wanda se parecía mucho a un animal salvaje y herido tratando de protegerse, lista para gruñir y morder a cualquiera que se acercara demasiado, porque no entendía la ayuda, no la forma en que se le ofrecía. Sin embargo, con todo el dolor que guardaba dentro, la ayuda era todo lo que necesitaba y no sabía cómo conseguirla.

Ángel. | Wandanat.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora