Capitulo 27

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La gente pensaría que después de tantas pérdidas eventualmente te acostumbrarias.

La muerte un abuelo es superable, es ley de vida, se vió venir y sigues adelante.

La muerte de un padre, dolorosa, pero nuevamente, ley de vida, se vió venir y sigues adelante.

Pero ninguna madre está preparada para ver morir a su hijo.

Y Wanda definitivamente no estaba lista para otra pérdida, no de la manera tan repentina en que ocurrió, mucho menos la pérdida de su bebé

Al abrir la puerta de su habitación, el corazón de Natasha se detuvo por un segundo al ver la mirada tan perdida y rota de Wanda. Ella no sabía por cuánto tiempo había estado despierta, pero era lo suficiente para recordar el evento traumático que acababa de presenciar.

Wanda levantó su vista, encontrandose con la misma mirada de dolor en los ojos de Natasha. El alma de Natasha estaba tan rota que fué un libro abierto por primera vez desde que se había convertido en una viuda negra, provocando que Wanda pudiese percibir todo lo que la mujer estaba sintiendo.

Natasha corrió hasta ella, envolviéndola en sus brazos con desesperación y necesidad. Wanda se rompió ante ella, dejando fluir sus lágrimas enviando fuertes sollozos y temblores incontrolables contra su cuerpo.

— Perdí a mí bebé... — Wanda sollozó ocultando su rostro en el pecho de Natasha. — Lo siento, lo siento, lo siento mucho.

Espera.

¿Wanda estaba culpándose por esto?

¿Ella realmente creía que Natasha la culparía por la pérdida de su niña?

— No fué tu culpa, ángel, no fué tu culpa. No vuelvas a perdime disculpas por esto nunca más, ¿Entendido? — Natasha habló con firmeza incluso cuando habían lágrimas en sus ojos, porque como siempre, ella tenía que ser la fuerte incluso cuando estaba muriéndose por dentro.

— No pude mantenerla a salvo, no pude. El único lugar donde podía estar completamente segura era dentro de mí y ni siquiera eso pude hacer...

Natasha se limpió las lágrimas con fuerza, alejándose de ella para hacer que la mirara a los ojos.

— No podías haber hecho nada, basta. Por favor, detente de esto. Podemos llorar, podemos sufrirle y recordarla por siempre, pero no podemos derrumbarnos porque todavía tenemos a otro hijo al que debemos llevar a casa, otro hijo que necesita el 100% de nosotras. Necesito saber que estás conmigo en éste momento porque sola no puedo... — Natasha rogó, quebrandose en la última oración, tirando a la basura toda la fachada de valentía que estaba intentando mantener.

Wanda asintió entre sollozos intentando recuperarse.

— ¿Ya lo registraste?

Natasha asintió con la cabeza, inclinándose para limpiar las lágrimas del rostro de la bruja.

— Pietro Romanoff Maximoff, tal y como lo hablamos. — Natasha respondió esbozando una pequeña sonrisa de melancolia.

— ¿Qué hay de la niña? — Wanda preguntó con temor. — ¿No hay ningún registro que diga que existió y que fué nuestra?

Natasha bajó la cabeza, mirando hacia la cama, negando con pena.

— No hacen certificados para... — Natasha dió una pausa, tragando en seco antes de decir la oración. — Niños fallecidos...

Wanda cerró los ojos al oír las palabras llevándose ambas manos para ocultar su rostro.

— Lo siento mucho, Wanda... No hay nada que hacer.

Ángel. | Wandanat.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora