Capitulo 28

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Siete días después, el bebé Pietro fué dado de alta del hospital.

Después de su nacimiento, su salud complicó, lo que era de esperarse debido a las condiciones de su nacimiento. Siendo enviado a casa con la demanda de estar vigilado las veinticuatro horas del día debido a que era posible de presentar asma eventualmente, provocando apnea del sueño, lo que podría llevar a la muerte del niño.

Natasha miró a Wanda tan pronto como las palabras fueron dichas sabiendo perfectamente que ella no tendría pensado dormir en lo absoluto durante las siguientes noches.

Ambas llegaron a la casa, en silencio. Sin haberse dirigido la palabra en ningún momento excepto para decir algo sobre el bebé.

Wanda tenía a Pietro en brazos cuando ingresaron al departamento. Natasha llevaba el resto de las cosas y juntas caminaron hacia la habitación del bebé, deteniéndose en seco y al mismo tiempo al ver las dos cunas y la habitación dividida en dos que habían decorado meses antes.

Wanda se vió obligada en tragar saliva y simplemente llevar al bebé dormido hacia su cuna, mientras Natasha simplemente dejaba las cosas a un lado.

— ¿Quieres algo de comer? — Natasha murmuró, sabiendo que Wanda no comía nada desde el día anterior. Y para amamantar a un niño se necesita estar completamente saludable, sobretodo para alimentar a un niño que no lo está.

Wanda simplemente asintió sin apartar la mirada de su bebé, acariciando desde su frente hasta el cabello pelirrojo que crecía en su cabeza con una pequeña sonrisa.

Por otro lado, Natasha la dejó sola, reprimiendo sus lágrimas y obligandose a pretender que la situación no la estaba lastimando. Comenzó a prepararle un sándwich con huevo y jugo de naranja, intentando todo lo posible por distraerse de todos los pensamientos que estaban en su cabeza.

Mientras cortaba las naranjas sintió el nudo que se le formaba en la garganta igualmente y obligandose a detenerse se detuvo a colocar el dorso de su mano sobre su frente para evitar que las lágrimas fluyeran.

— ¿Cuando dijeron que podíamos bañar a Pietro? Porque creo que ya huele mal. — Wanda preguntó apareciendo repentinamente en el marco de la cocina haciéndola sobresaltar.

— Uh... — Natasha balbuceó limpiando la única lágrima que se había derramado, pensando en la respuesta a su pregunta. — Creo que en tres días.

Wanda asintió observando a Natasha, sabiendo que estaba intentando contenerse y por primera vez, ella agradeció que lo hiciera porque no soportaría verla derrumbarse ahora.

— Pero huele mal.

— ¡Pero no podemos ducharlo aún!— Natasha exclamó, soltando el cuchillo encima de la tabla donde cortaba las naranjas, cerrando sus ojos para recuperarse. — Lo siento.

Wanda asintió.

— Solías decir eso muy seguido. — Wanda respondió con frialdad, mirándola sin expresión.

Natasha giró la cabeza en dirección a ella frunciendo el ceño al escucharla.

— ¿Qué?

— Solías decir eso muy seguido. — Wanda replicó, sin inmutarse. — Solías gritarme y responderme mal para luego disculparte. Una vez te dije que te perdonaría dependiendo de cuántas veces te ibas a disculpar para luego hacer lo mismo.

Natasha negó con la cabeza.

— Esto no es lo mismo, llevas una semana entera sin dirigirme la palabra más que para pedirme cosas para Pietro.

— ¿Entonces te molesta que pida cosas para tu propio hijo? — Wanda ladeó la cabeza de forma acusatorio.

— ¿Qué? ¡No! ¿Cómo podría molestarme algo que tenga que ver con Pietro? — Natasha dijo, sintiéndose ofendida y dolida. Se limpió las manos y se volvió completamente hacia Wanda.

Ángel. | Wandanat.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora