{ SOUL - KOOKMIN } (TERMINADA)

CAP 6: Cansancio

A la mañana siguiente, Jimin desbordaba cansancio, su cuerpo no le respondía y sus ojos se negaban a abrirse. Eran claras las razones, a pesar de no haber llegado tan tarde a su casa el chico no durmió de la manera en la que estaba acostumbrado, además de que esa noche, había soñado con ese chico que llegó a molestarlos. El rubio frunció el entrecejo, extremadamente confundido por aquel extraño sueño, sin dejar de pensar en ello, se levantó de la cama mientras trataba de espantar todo ese cansancio que lo invadía, comenzando a hacer su rutina, saludar al cielo de aquella mañana, regar sus lindas plantas, tender su cama y arreglarse, hasta que llegara su madre para avisarle que ya tenían que irse.

Jimin no se consideraba una persona extremadamente religiosa, sin embargo creía en ese tema, en un ser superior que inventó todo lo que veían y al que le agradecía por cosas tan bellas como los atardeceres, había crecido con esos ideales, se los habían inculcado desde pequeño así como la idea de que existía el bien y el mal. Él siempre se esforzó por mantenerse del lado del bien.

Conocía a gente de la capilla a la que iban desde pequeño, muchos habían crecido juntos, otros habían llegado poco a poco, eran personas agradables que le hacían querer seguir yendo a aquel lugar, hubo un tiempo en que fue parte del coro de la iglesia mientras pasaba tiempo con gente de su edad, gente que poco a poco fue tomando un camino diferente, Jimin lo entendía, crecían, sus ideales cambiaban y así de sencillo. El único que se había quedado siempre a su lado, era Taehyung, que a pesar de no tener una religión, se adaptaba perfectamente a los ideales de Jimin y compartían muchos otros.

— Jimin ¿Estás bien? Te notó un poco desganado — Escuchó el mencionado, girando su cabeza a dirección de la voz, notando a su progenitora.

— Todo está bien, solo estoy un poco cansado, eso es todo — La mujer asintió, entendiendo por dónde iba la plática. La noche anterior fue la primera vez que le permitió a su hijo ir a uno de esos lugares en donde ella fielmente creía, que eran espantosos. Había cosas de las cuales ella no estaba de acuerdo y también aseguraba que todo lo que iba a hacer en ese tipo de sitios era ir a pecar, sin embargo, trataba de aceptar la curiosidad de su hijo. Esperaba con toda el alma, que no le haya llamado la atención nada de eso.

La misa pasó más lenta de lo que Jimin acostumbraba, tratando de no quedarse dormido y escuchar las palabras del padre que yacía en frente de todas esas personas, sin embargo, a pesar de sus esfuerzos inhumanos por no cerrar los ojos, al momento que estaba perdiendo la batalla, aquel pelinegro de cabello largo, y traje del mismo color apareció en su cabeza, tal como en sus sueños. Inmediatamente los abrió, casi asustado. Su cabeza estaba tratando de jugar con él, pero no le daría la satisfacción, pero ¿En verdad era su cabeza? ¿Por qué razones querría jugar con él? ¿Y por qué con aquel desconocido?

— Jimin — El chico nuevamente giró ante el llamado de su madre, notando que todos estaban levantándose, el chico de inmediato copió la acción, suspiró y trató nuevamente de colocar su atención a la ceremonia. Después de unos cuantos minutos, en cuánto parpadeaba aparecía ese chico en su cabeza, comenzando a frustrarlo ¿Por qué aparecía en su cabeza? ¿Por qué?

La ceremonia acabó, y el rubio, dio gracias a dios por eso, suspiró tratando de relajarse, de espantar a ese pelinegro de sus pensamientos y seguir con su vida normal.

En el camino a casa, el chico fue en silencio, sin querer compartir palabra con sus progenitores, quienes aseguraba que en algún momento comenzarían a cuestionar su comportamiento en la iglesia. No había hecho nada malo ¿Verdad? El chico aseguraban que estaba libre de pecado, pero su mente no estaba tan segura de eso, su mente le decía que por el simple hecho de haber soñado con una persona desconocida era algo de lo cual se tenía que arrepentir. Que no era correcto. Que estaba pecando.