{ SOUL - KOOKMIN } (TERMINADA)

Cap 24: Perdóname

Jungkook llegó a los cielos yendo directamente al trono, en donde suponía se encontraría con Robert, quién era el que lo había mandado a traer.

- ¿Me mandaste a llamar? - Cuestionó abriendo las puertas con fuerza, entrando al lugar.

- Increíble Jeon, Ryujin me entregó a todos. - Contestó el demonio. - Ven, siéntate -

El alado hizo caso viendo como le servían una copa de vino, escuchando las puertas abrirse nuevamente, notando como su compañera iba llegando al lugar.

- La invité porqué ustedes son el mejor dúo que puedo tener, y quería brindar por la guerra ganada - Habló el demonio levantando su copa, haciendo que los otros dos lo imitaran. - Sé que con ustedes juntos y de mi lado, ganaremos esto. -

Los tres demonios se tomaron su vino de un trago, mientras Jungkook y Ryujin compartían miradas cómplices.

- La verdad le debemos la mayor parte del crédito a Jeon. - Habló la alada.

- Bueno, tu también hiciste mucho, date al menos el diez por ciento del crédito. -

- ¿Diez por ciento dijiste? - Robert rio ante las palabras de Jeon, sentándose en su trono. - El traer a todos estos fue una tarea demasiado cansada.

- Sé que ustedes ganarán esto, ninguno puede morir. A Jungkook nadie lo puede vencer, ni siquiera Steve y a Ryujin, bueno tienes la protección de Jeon, no creo que nadie lo haga a menos que sea el mismismo Jungkook. - Explicó su líder -Lo cual no creo.

- Jamás lo haría, por nada del mundo - Mencionó Jungkook, negando cona cabeza. Ryujin era la única persona que podía considerar familia después de convertirse en demonio.

- Empiezo a creer que son pareja. - Jeon rio ante lo que escuchó, negando con su cabeza. - Bien, pueden irse -

El par de amigos se levantaron, Ryujin dio una pequeña inclinación y salieron de la vivienda de Robert, yendo a la suya en silencio, hasta que una voz apareció en la cabeza del pelinegro, desesperada junto a un aroma que detestaba, el dolor, específicamente de una persona, una persona que conocía perfectamente.

- Tengo que irme. - Habló desapareciendo de ahí, dejando a la alada sola, otra vez.

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Jimin iba de camino a su casa, había tomado un camino diferente para no cruzarse con tantos carros y estar tranquilo, comiéndose su helado hasta llegar al lugar mencionado. Aquél camino que había tomado justamente coincidía con la casa de su amiga, Chungha, mientras caminaba pensaba si sería buena idea pasar a visitarla pero al momento que más se acercaba al lugar comenzó a ver un poco de escombros al rededor, comenzando a confundirse, sin embargo, al momento que llegó, su alma dejó su cuerpo por unos segundos, tirando su helado, la vivienda estaba desecha, con un gran agujero en el techo, los vidrios rotos y unos enormes rasguños en las paredes. Park entró corriendo sin dudarlo, escuchando gritos al acercarse a la habitación de la chica, encontrándola tirada en el suelo con una enorme criatura encima de ella.

- Oh dios ... - El chico se hincó y jalo a la chica, llamando la atencion de la criatura - Vamos, corre -

El rubio ayudó a la chica a levantarse para así salir de la casa corriendo, sin embargo, al llegar afuera la criatura apareció en frente de ellos, tomando a Jimin del cuello de su camisa, alzándolo a su altura, pegándolo a su rostro, olfateándolo para después pasar su gran lengua por toda su cara.

- ¡Minnie! - Gritó la chica asustada, sin saber que hacer.

- ¡Kook! - Esta vez fue el turno de el chico tratando de llamar al alado, cerrando sus ojos tratando de zafarse del fuerte agarre de la criatura quién no apartaba su lengua de su cara, subiendo otra de sus manos a la camisa del chico, comenzado a rasgarla con sus uñas provocándole unos pequeños cortes a Jimin, en esos momentos la tierra tembló y cuando abrió los ojos un par de alas negras estaban en frente de él, separándolo de la criatura, dejándolo en el suelo para después enterrar su mano con llamas rojas en donde suponía estaba su corazón, provocando que el individuo explotara, manchando todo el lugar de una viscosa sustancia negra.