Cap 29: Un lindo obsequio

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Luego de aquel baile, las cosas mejoraron, por muy extraño que sonara pareciera que era algo que habían necesitado para cerrar esa conexión, para terminar de sellarla y así por fin ser tal y como eran realmente entre ellos. Claramente para Jeon no fue fácil, y a pesar de que aun seguía siendo alguien demasiado reservado y un poco cruel, a Jimin ya no le molestaba, ni su personalidad ni lo que era realmente, porque simplemente, lo había olvidado, y también, ya no le daba tanta importancia.

Después de aquel baile ambos chicos se la pasaban en aquella habitación creando recuerdos juntos, conversando de cosas sin sentido, bromeando un poco y bailando, el rubio amaba bailar y la confianza con el pelinegro había aumentado tanto que no le molestaba hacerlo en frente de él, algo que jamás había hecho con nadie, mientras que a Jungkook, no le molestaba verlo, de hecho era todo lo contrario, le encantaba; no era la primera vez que lo veía bailar solo dejándose llevar por el aire como un delicado pétalo que había sido arrancado de su planta, porque cuando aun iba a los cielos lo observaba desde arriba, sin embargo, esas pocas veces se sentían diferentes, tal vez porque había dejado de pensar y se había dado la oportunidad de sentir nuevamente después de más de veinte años.

- ¿Sabes? Deberíamos de ir a la playa un día de estos - Comentó Jimin.

- No, odio el sol -

- Ay tu odias todo, kook - Se quejó el rubio frunciendo el entrecejo

- A ti no - Park sonrió ampliamente al escuchar esas palabras, un poco ruborizado.

- Ya, en serio deberíamos de ir. - Insistió Jimin levantándose, cerrando los ojos mientras comenzaba a estirarse un poco, dejando ver unos centímetros de su vientre, sintiendo como el aire de la tarde golpeaba sus mejillas con delicadeza. - Me aburro aquí encerrado, y aunque he estado escribiendo demasiado, sería lindo ver un atardecer sentado en la arena.

Jeon no dijo nada, no porqué no quisiera, sino porque estaba demasiado ocupado observando al chico. Como es que sus labios se movían constantemente por estar hablando, sus pequeños gestos, las respiraciones que daba, o simplemente su increíble belleza ante la luz natural de la mañana, con sus cabellos enmarañados y sus mejillas rosadas. Jungkook siempre fue fan de la belleza natural, pero definitivamente, la de Jimin era su favorita.

- Quiero un gato. - Susurró Park - ¿Sabías que cuándo era pequeño tuve muchos gatitos? A pesar de que mi papá los odiaba poco a poco los fue aceptando por mi. -

El pelinegro sonrió un poco al escuchar las palabras del contrario.

- Hasta que un día una de mis gatitas más queridas, a la que tuve por muchísimo tiempo falleció y ya no quise tener más. - Siguió hablando Park bajando la mirada al recordar a su querida mascota.

- ¿No te gustaría tener otro? - Cuestionó el pelinegro, continuando con el hilo de esa tierna platica.

- La verdad si, son muy bonitos, siento que quedan muy bien con mi personalidad. - Contestó Jimin.

- Pero ellos son muy ariscos y tu eres cariñoso. -

- A ellos les falta cariño y yo tengo de sobra - Comentó el rubio haciendo sonreír al contrario sin decir nada más. A Jungkook no le gustaban los animales, o al menos, no era fanático de ellos, sin embargo, desde el momento que escuchó a Park decir que quería uno su mente comenzó a trabajar, pensando ¿En donde carajos conseguiría un gato?

Aquella mañana se pasó con normalidad, los chicos desayunaron, Jimin bailó un poco y después se puso a escribir en la habitación, muy concentrado en lo que hacía hasta que la hora de la comida llegó y tuvieron que bajar nuevamente a convivir con los anfitriones de la casa, al rubio no le molestaba, de hecho Nina le agradaba demasiado y Taemin era gracioso de vez en cuando, aunque seguía confundido respecto a su relación con Jungkook, no decía nada. Después del almuerzo Park se quedó en la planta baja para conocer un poco más de la casa.

{ SOUL - KOOKMIN } (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora