1 de enero.
Los fuegos artificiales alumbraron la ciudad de Seúl, todos miraron a los cielos asombrados, mucho más aquél chico rubio que había salido de su vivienda para verlos con más claridad, mientras era observado por un pelinegro desde la planta de arriba. Al momento que Jimin lo vio sonrió, entró nuevamente a la casa y subió a su habitación, encontrando a Jeon en la ventana.
— Pensé que te habías ido — Habló, abrazándolo por la espalda.
— ¿Y dejarte aquí? Me ofendes, Park —
— Gracias por quedarte. — Contestó el contrario, sintiendo como Jungkook se volteaba para quedar frente a frente, haciendo contacto visual por unos cuantos segundos. Jeon le dio un cálido beso en la frente antes de hablar.
— No tienes que agradecer, cielo.
— Me gusta que me digas así — Habló Jimin con una pequeña sonrisa, mirando a esos bellos ojos negros y brillantes.
— ¿Sabes por qué te digo así? — Cuestionó Jeon viendo como el contrario negaba con la cabeza. — Porqué el cielo es lo más hermoso de este jodido universo. Tu eres como el cielo —
Park ampliò aún más la bella sonrisa que tenía, parándose sobre las puntas de sus pies para acercarse a los labios del contrario y así depositarle un pequeño beso.
— Aún sigo pensando en lo que hiciste, lo siento — Susurró el rubio, recordando a Ryujin. — Más ahora que estoy pasando tiempo con mi familia, tu perdiste la tuya por mi culpa —
— Jimin, yo nunca tuve una familia — Aclaró el pelinegro. — Estoy dispuesto a perder todo por ti.
— ¿Todo? ¿Hasta tus alas? Lo pregunto porqué sé que las adoras y no es como si te hiciera escoger solo es una... Duda — Jeon sonrió acariciando la nariz del contrario con la propia.
— Jimin, tu eres mis nuevas alas — El rubio suspiró, pegándose al pecho del contrario, abrazándolo, escuchando sus latidos — Tu me devolviste la vida, cielo. No puedo esperar por comenzar una vida junto a ti. —
Park sonrió aún más, sintiendo como algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos oculares. Estaba feliz, completo, había pasado una buena cena con su familia y sus amigos, y en esos momentos, se encontraba abrazado al único ser que le había hecho sentir cosas reales, que le había enseñado lo que era el amor romántico, no podía pedir más, no quería más.
Una explosión se escuchó nuevamente, esta vez un poco más fuerte.
— Me sorprende que sigan los fuegos artificiales — Habló el rubio, limpiando el par de lágrimas que habían resbalado en sus mejillas.
Otra explosión.
— Esos ya no son fuegos artificiales — Mencionó Jungkook separándose del contrario con delicadeza, girando a la ventana nuevamente para tratar de ver lo que estaba sucediendo, sin embargo, no vio nada, causando que entrara por completo a la casa.
Otra explosión. Esta vez mucho más fuerte, provocando un pequeño temblor en la casa y que los vidrios de las ventanas cimbraran, asustando al rubio.
Jungkook volvió a asomarse, esta vez notando el problema. Robert estaba ahí, en los cielos, flotando entre los nubes, el pelinegro giró la mirada, notando como salía humo a una considerable distancia, el pelinegro suspiró, sabía que había sido un error haber salido de Grecia, sin embargo, no le echaría la culpa a Jimin, al menos no en esos momentos, lo único que quería era acabar con quien, en su momento, pensó que jamás pelearía. Jeon tronó los dedos, apareciendo en la altura de donde se encontraba Robert, que miraba a la distancia, observando el humo que salía, consecuencia de las recientes explosiones.
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{ SOUL - KOOKMIN } (TERMINADA)
RandomJungkook un demonio que odia la humanidad y Taehyung, un angel que la adora, se ven obligados a encontrarse por culpa de un humano bondadoso llamado Jimin. Un terrible obsesión y la inocencia se mezclan hasta lograr un amor prohibido. ¿El ángel log...