C A P I T U L O U N O.
Recuerdo.
— Sí. — Murmura el profesor delante de todos nosotros. — Están graduados de medicina general, pero ahora están aquí para estudiar una especialización en medicina cardiológica para que sean excelentes cardiocirujanos, ¿lo entienden? — Suspiro, es mi primer día en la especialización, y estoy cansada ya que literalmente termine la carrera de medicina general hace menos de dos meses, y hoy vuelvo aquí.
— Muy bien, ya que todos están entusiasmados, quiero conocerlos a cada uno, empezando por... — El profesor empieza a mirar dentro del auditorio, buscando a algún rostro el cual pueda empezar con la presentación, y para mi buena suerte. — Usted la señorita de blusa blanca, y cabello claro. — Sí, me tocó a mí, como lo predije.
Todos voltean a buscar a alguna chica así, y solo tres estamos aquí con blusa blanca, pero yo tenga el cabello claro, así que me levanto de mi asiento.
— Hola, mi nombre es Fiorella Salvatore. — Aquí vamos, todos empezaron a murmurar.
— ¿Es acaso usted hija de Richard Salvatore? — Observo a mi alrededor, y luego devuelvo mi vista hacia al frente, donde mi profesor me mira expectante.
— Si, así es. — Todos me miran como si nunca hubieran visto a la hija de alguien estudiando, como si tuviera tres cabezas por ser la hija de uno de los neurólogos más reconocidos a nivel mundial.
— Un gusto señorita Salvatore, es de mi total felicidad poder expresarle que tenerla en mi clase es un orgullo. — Sonrío algo incomoda por toda la atención recibida. Hay algunos estudiantes que no me miran, pero otros me miran con tal intensidad que me causa ansiedad.
[...]
— Hola, soy Elena Cristina. — Asiento viendo como la rubia me sonríe.
— Soy Fiorella, pero dime Fio, como quieras. — Arrugo un poco la nariz recordando que así me llamaba mi ex novio, pero trato de sonreír un poco.
— Pues, en ese caso. — Lo piensa un momento, y luego suelta un pronombre diferente a como siempre me llaman. — Ella, dime Eli, tú y yo seremos muy buenas amigas. — Sonrió, ella tiene mucha energía.
— Está bien. — Acabo de darme cuenta de algo. — Espera, ¿tú no eres hija de Elizabeth Cristina Roberts? — Ella asiente mirando a otro lado, se ve que le incomoda igual que a mí cuando hablan de mi padre.
— Sí, pero yo no quiero ser psicóloga, mi sueño es ser cardióloga. — Sonrió, mi madre es dueña de una empresa, y siempre me gusto eso, pero acabe decidiendo por medicina.
— Pues tenemos apellidos famosos, pero somos completamente normales, Eli. — Ella sonríe.
— Así es, somos normales, pero, — Ella busca algo en su celular y me vuelve a mirar, pero está vez mostrándome la pantalla de su celular. — está, ¿eres tú? —
Mierda, es una foto de mis padres y yo saliendo del juzgado el día que se declaró culpable de varios cargos en mi contra a mi ex novio Hans Fitzgerald.
— Sí, soy yo. — Lo digo en un susurro mirando a otro lado, no me gusta hablar de eso, me trae malos recuerdos.
— Oh, está bien, no es necesario hablar de eso, pero tengo hambre así que busquemos una maldita cafetería por aquí. — Sonrió, ella me cae bien.
Caminamos por el lugar, hablando de cosas sin sentido, preferencias, gustos, etc. Sus pasos se apresuran al ver la palabra cafetería, y me arrastra con ella, mientras envuelve su brazo alrededor del mío.
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Cenizas del pasado. (+18)
Lãng mạnFiorella Salvatore nació en la parte húngara de Europa, pero actualmente vive en Estados Unidos. Con 25 años, es hermosa, y estudiosa; recién graduada en medicina, y persiguiendo su sueño de especializarse en cardiología. Aunque tiene muchos sueños...