C A P I T U L O S E I S
¿El trap?
— No iré a Ko Pin Ji Pon. — Ruedo los ojos, no pienso ir, y peor sola con este ruso, es como un demonio, es tan ardiente como el infierno, pero también es una tentación, y un peligro para mi estabilidad sexual.
— Que no es así, es Ko Phi Phi Don. —
— Eso dije. — Ruedo los ojos. Si sigo rodando los ojos me quedaré chueca.
— Fiorella Valentina Salvatore Wilson, irás porque te juro que, si no vas, le diré a Bruno que te meta en una caja, y te mande por FedEx hacia allá, ¿entiendes? — Mierda, lo que me faltaba, ahora me ponen una etiqueta en la cara que diga frágil.
— Está bien. — Me rindo, igual Ezra es un gran amigo. — Pero ¿puedo salir con Camili a conocer a sus amigos? — Mi madre hace una mueca, y bufa.
— Pero mami, no te desinfles. — Gira la cabeza como si fuera la niña de la película del exorcista.
— Fiorella, corre. — Puta mierda.
Salí corriendo por el patio, y justo cuando iba a parar para no caerme en la piscina siento que me empujan. — ¡Mamá! — Grito antes de caer, mi cuerpo cae con fuerza, y llego a rozar el piso de la piscina con mi cabello. Inmediatamente muevo mis brazos, e impulso mi cuerpo hacía arriba, para salir a la superficie.
Cuando por fin mi cabeza esta fuera del agua, y puedo respirar, escucho la fuerte risa de mi mamá. Tal vez mi madre es muy elegante, y todo eso, pero cuando está con nosotros es como si fuera otra persona.
— Por decirme eso, y ahora sale de ahí, pon la ropa en la lavandería, y si vas a salir lleva guardaespaldas, — Se gira, pero luego, vuelve a la posición anterior, colocando una postura en forma de jarra. — si vuelves a rodar esos ojos te hare limpiar la popo de Zeus. — Río por la manera en que mi madre se refiero a la mierda de Zeus.
Se da la vuelta, y está vez si entra a la casa.
Hago todo lo que mamá me dijo antes, y llego a mi habitación a bañarme. Me tomo mi tiempo aseándome. No puedo evitar sentirme emocionada, y un poco ansiosa. ¿Serán tan divertidos como ella? ¿Tendré una conexión instantánea, como la que siento con Camili?
Me miro en el espejo mientras me arreglo. Cada prenda que elegí parece tener un significado especial. Quiero dar una buena impresión, pero también ser yo misma. Finalmente, me pongo mi pantalón favorito, al igual que una blusa que me hace sentir bien, y me lanzo un último vistazo. Estoy lista.
[...]
Al llegar al café, el aroma del café recién hecho, y los pasteles me envuelven, pero mis nervios no desaparecen. Mi corazón late con fuerza y no puedo evitar pensar: ¿y si no encajo? ¿Y si me pongo demasiado nerviosa?
Cuando veo a Camili entrar, acompañada de un grupo de chicos, y chicas que ríen, y charlan, un suspiro de alivio escapa de mis labios. Camili me saluda con una gran sonrisa, y en ese momento siento que estoy en el lugar correcto. Me siento como si ya formara parte de algo.
— Tranquila Ella, aunque parezcan bobos hijueputas, son gente buena. — Suelto una carcajada, y eso me tranquiliza de alguna manera.
A medida que se sientan, y empezamos a hablar, la conversación fluye. — Gonorreas, serán educados, y saludarán a nuestra aniñada amiga Fiorella. — Ellos sueltan algunas risitas, pero mantienen una enorme sonrisa todos. Risas, y anécdotas vuelan de una mesa a otra, y de repente, ya no estoy nerviosa. Es genial poder compartir historias, y me doy cuenta de que a veces, las conexiones pueden surgir de la manera más inesperada.
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Cenizas del pasado. (+18)
RomanceFiorella Salvatore nació en la parte húngara de Europa, pero actualmente vive en Estados Unidos. Con 25 años, es hermosa, y estudiosa; recién graduada en medicina, y persiguiendo su sueño de especializarse en cardiología. Aunque tiene muchos sueños...