𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟖 | Recuerdos estropeados.

7 0 0
                                    


C A P I T U L O O C H O

Recuerdos estropeados.

Advertencia: si no te gustas las groserías (malas palabras), violencia, tratos de prostituta, violaciones o golpes hacia una mujer, no leas esto.

«19 años atrás»

— Papi, ¿ya vamos a comer la torta? — Mi papá me ve con enormes ojos azules, y me muestra una enorme sonrisa.

— Campeón, comeremos en un rato, anda juega con tus primos en el patio, y no molestes a mami. — Se agacha. — Recuerda que solo nosotros sabemos que mami esta embarazada, — Susurra. — hay que cuidarla, y para eso tenemos que tener esto en secreto, ¿sí campeón? — Asiento, y con mis dedos hago un signo de silencio, juntándolos a mi boca.

Salgo corriendo al patio con mis primos, veo que están jugando al fútbol, y me uno a ellos. Nos reímos al ver como mi primo Fabricio se cae al patear la pelota, sin embargo, el ambiente chistoso, y divertido se detiene abruptamente cuando se escucha algo caerse, gritos de mi padre, y mi abuela inundan el patio.

Todos dejamos de reír, y a la par nos acercamos a la puerta de cristal, que nos impide llegar a la sala de la casa, y mi prima Estefany empieza a llorar.

— ¿Qué pasa ahí? — Giro mi cabeza al escuchar a uno de mis primos preguntar. Pienso unos segundos mientras cada vez se escuchan más gritos, y estruendos.

Decido abrir la puerta, y entrar. Todos hacen la misma acción que yo, juntos caminamos a la sala; empiezo a escuchar personas hablar en español, y sonrió porque ya domino ese idioma gracias a la maestra Cecibel.

Al llegar a la sala veo a mi padre, tíos, abuelas, mamá, y más personas de la familia amarrados a las sillas, y con gasas en la boca.

Los ojos de mi mami me ven, y empieza a llorar más. La silla de mi padre está en medio, y un hombre con un esmoquin negro se gira, y nos ve.

Empiezo a ver la sala, y veo como hay muchos hombres vestidos de negro alrededor de nosotros. Mis primos corren donde sus padres, pero los hombres de negro, los agarran del brazo, y no los dejan acercarse, pero yo me quedó quieto, algo me dice que no mueva.

Miro a mi papá, y empiezo hablar en ruso, él es el único que no tiene gasas en la boca, pero tiene sangre en la nariz. — Papi, ¿ellos son los hombres malos? — Pregunto en un perfecto ruso, tal como me lo enseñaron en la escuela.

Si campeón, ellos son los hombres malos que quieren dañar a mami, no hagas nada, ¿sí? — Asiento. — Papi lo está arreglando. — Me responde en ruso.

— Malditos rusos, dejen de hablar en su puto idioma, ¿quién eres mocoso? — Miro al hombre, y luego a mi padre, quien ya no me puede ver porque un hombre se paró delante de él.

Recuerdo las clases de modales que me da mi abuela, y empiezo a presentarme, mientras me acerco al señor. — Muy buenas tardes, soy Ezra Montgomery, pero todos me dicen Ra, tengo 9 años, un gusto en conocerlo. — Hablo en español, mientras extiendo mi mano en forma de saludo, y él ríe, pero me da la mano.

— Ya veo que han criado bien a su bastardo, ¿verdad Allison? —

Veo a mi mami, pero ella está llorando. El hombre se agacha, y empiezo a ver como los hombres se llevan a todas las mujeres al segundo piso, y a los hombres empiezan a golpearlos; quiero ir donde mi papá, pero él me lo impide.

— Un gusto Ra, soy William, y tengo 42 años. — Asiento, y el hombre que tapaba a mi padre por fin se mueve; veo como mi papá escupe sangre, y mis ojos empiezan a picarme porque quiero llorar, pero no quiero que el señor me vea débil, aun así, suelto las lágrimas.

Cenizas del pasado. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora