𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟏 | Recaída.

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C A P I T U L O O N C E

Recaída.

Desperté llorando. La verdad es que no sé por qué me sorprendí. Me ha pasado tantas veces... las últimas semanas, cada vez que cierro los ojos, siento que caigo en un abismo, un espacio sin aire, donde todo lo que toco se desmorona. La tristeza, la ansiedad, el miedo, todo se mezcla en mi pecho. Y ahora, ahora tengo miedo de todo, incluso de comer. Es como si el simple hecho de tomar un vaso de agua ya me hiciera sentir culpable. Como si cada pequeño gesto, cada respiro, cada paso, me acercara a perderme otra vez. Y todo eso, ahora, ¿por qué justo ahora, cuando por fin me estaba permitiendo ser feliz con alguien? Cuando por fin estoy con alguien que me hace sonreír. ¿Por qué ahora? ¿por qué están regresando los demonios que dejo Hans?

Me levanto de la cama, el dolor de cabeza me está matando. Me siento en el borde, viendo por la ventana. El mar está ahí, brillante, azul, como siempre. Es como si estuviera lleno de paz, de tranquilidad, pero yo no la puedo sentir. La música de Thousand Years suena bajito por los altavoces. No sé cómo, pero siempre que estoy triste, esa canción aparece en mi vida, como un recordatorio de lo que no puedo alcanzar.

Respiro hondo, y miro a mi alrededor. La habitación está tan tranquila, y yo... yo solo estoy llena de ruido. Un ruido que no quiero, un ruido que no me deja descansar. Y entonces mi mente se va, inevitablemente, a esa maldita revista. A esa porquería de farándula que me sigue persiguiendo, a pesar de que trato de ignorarla.

No entiendo por qué sigo dándole espacio a esas cosas en mi cabeza. Solo son chismes. Y los chismes... siempre son mentiras. Pero, aun así, no puedo dejar de pensar en ellos.


— Flashback —

Me tiro a la cama, agotada. El día ha sido largo, y Ezra está ahí, hablando sobre ir a buscar algo de comida. Ni siquiera tengo hambre. Mi estómago no me pide nada, solo me pide paz. Miro la mesa, y ahí están: varias revistas, todas con portadas llamativas, llenas de chismes, y noticias absurdas. Una parte de mí, la más tonta, decide que voy a mirar un rato. Es curioso cómo una parte de mí puede ser tan estúpida. "Papi Maluma", pienso, viendo una de las portadas. ¿Qué ha sacado ahora? Seguro es un nuevo álbum. Empiezo a reír, porque sí, me hace gracia recordar a mis amigos estar tan pendientes de sus redes sociales, para saber cuándo saca un albúm.

Pero luego, un título me atrapa. No es como los otros. Las letras, el color, las palabras subrayadas... mis ojos no pueden dejar de leer.

¿Qué carajos es esto?

Me quedo helada. En la portada, en letras grandes: "Hans Fitzgerald, y Fiorella Salvatore, ¿pareja tóxica", y debajo, una foto de los dos en una gala, sonriendo. La sonrisa falsa que solíamos compartir en esos eventos, como si todo estuviera bien.

No puede ser.

Las palabras siguientes son un golpe directo en el pecho: "Fiorella, ¿una víctima o una mentirosa?". Y luego, los detalles de la "gran" polémica: la supuesta discusión entre Hans y yo, algo de un juicio. Se hace referencia a esa maldita vez en que Hans casi me golpea frente a todos, esa vez que me atreví a decir la verdad, aunque eso lo hacía aún más peligroso.

Mi corazón late más rápido, y mis ojos se llenan de lágrimas. No puedo seguir leyendo. Las palabras me golpean, pero sé que no es la verdad. Solo es el ruido de las mentiras, el mismo ruido que siempre me ha perseguido.

Tiro la revista con rabia, como si eso pudiera quitarme el dolor. No importa que la tire, ya está en mi cabeza. Y esa maldita sensación de miedo vuelve, el miedo a que él vuelva. A que me encuentre de nuevo. A que me haga temblar.

Cenizas del pasado. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora