CAPÍTULO 25

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"Nuestro destino vive en nosotros. Sólo debes ser

lo suficientemente valiente para verlo"

-Mérida-

Charlotte

Hace una semana...

-¿Adam? - en cuanto lo nombro él me tapa la boca con un trapo y yo caigo en un sueño.

Me despierto en un lugar que no reconozco, cuando me doy cuenta estoy atada a una silla y mi boca está  tapada con una venda.

El tiempo pasa y nadie aparece por aquí, intento zafarme del nudo que ata mis manos y mis pies, pero no puedo. Estoy cansada, tengo hambre.

No tengo nada con lo que contar el tiempo, pero estoy segura de que ya ha pasado más de cinco horas desde que me desperté.

-Hola, Charlotte - alguien entra por la puerta. Ese alguien es Adam.

-¿Por qué estoy aquí?

-Cariño, yo siempre soñé una vida contigo, y la voy a tener, quieras o no.

-¡Suéltame! - le grito. Se ha vuelto loco.

-¡Estate quieta, Charlotte! ¡No te muevas! - intenta tocarme pero no le dejo.

-No quiero que me toques, te has vuelto loco, Adam.

-Así que ahora no es Chase, ahora es Ryan.

-No lo metas en esto.

-También estás embarazada, ¿sabes? yo siempre he querido ser papá.

-¿Qué quieres de mí?

-Quiero que te cases conmigo.

-¡En tus sueños!

-Podemos hacerlo por las buenas, o por las malas.

-¡Déjame ir! ¡No te quiero!

-¡Me dejaste!

-¡Porque me engañaste! Si no te hubieras acostado con Nicole yo no te hubiera dejado.

-Nicole no significó nada para mí.

-Ya eso da igual.

-Charlotte, yo te quiero, preciosa - se acerca a mi y me acaricia la mejilla.

-No me toques.

-Te he extrañado, de verdad, pero más he extrañado poder tenerte para mí solo.

-¡No te atrevas a tocarme, Adam! - le pego una patada, pero eso solo lo empeora todo.

-¡Idiota! - grita, de un momento a otro vienen dos chicos más y me intentan inyectar sedante.

-¡No! ¡Ayuda! - al seguir gritando solo consigo que me peguen. En la barriga no, por favor, no quiero perder a mi bebé.

-¡Aaaa! - grito cuando me pegan en el estómago- ¡No! ¡Mi bebé! - para cuando intento tratar de escapar, el sedante hace efecto.

Me despierto, en el mismo lugar que la otra vez.

-Pero bueno, si la princesita ha despertado.

-¿Cuánto tiempo llevo dormida? ¿Por qué tengo el cuerpo rojo?

-Un día entero, lo que pasa es que cuando te despertaste la otra vez no te portaste bien, al igual que el primer día, y tuvimos que castigarte.

-¡Cómo le hayas hecho algo a mi bebé, te vas a enterar!

Una bella mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora