Capítulo 14

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07 de febrero, 2018.

Hace dos semanas comenzó un nuevo semestre de tortura en la escuela, solo quería tener vacaciones de nuevo.

Mauro ha hecho un espacio en su agenda para venir a visitarme, pero las cosas no han salido como pensaba. Desde hace unos días nos hemos alejado un poco y sin ninguna razón discutimos todo el tiempo, hasta por lo más mínimo que pasé.

Una semana para día de San Valentín.

Organicé una salida con Mauro, sabía que llegaría, pero lo más probable es él que pase la mayor parte del tiempo con su adorada novia. En todo caso de que cancele de último momento saldré con Manuel, él está muy emocionado por el pequeño plan que organicé.

Nunca había organizado algo así, otras ocasiones solo eran salidas con mis amigos, íbamos al cine o a comer, no pasaba nada más. Ahora todo era tan diferente. Con esto esperaba que las cosas entre Mauro y yo se arreglaran un poco.

El día de hoy salí de la escuela con dolor de cabeza, náuseas y mucho sueño, lo único que quería era irme a mi departamento para descansar, pero decidí ir a trabajar, esos malestares se pasarían en cualquier momento, ¿o no?

–Mariana, deberías irte a descansar. Te vas a recuperar pronto más rápido. –Manuel, sugirió y negué.

–Tengo que trabajar. –le respondí, amable– Se me va a pasar. Gracias por preocuparte. –Le sonreí.

–Avísame cualquier cosa. –Me dijo por último y asentí.

Después de unos segundos vi a la jefa entrar, se acercó a nosotros y nos dio una sonrisa, enseguida su mirada se fijo en mí, sabía lo que me diría.

–Mariana, siempre das lo mejor de ti en el trabajo y lo agradezco, pero ahora deberías irte a descansar, te haría muy bien. –Comentó, tranquila y me sonrió.

–Agradezco esa oportunidad, pero no es necesario que se preocupe. –respondí, amable y devolví la sonrisa– Voy a estar bien, mientras seguiré trabajando. Muchas gracias, enserio.

–Si te sientes mal te puedes retirar, no hay problema. –sonrió y asentí– No les quitó más su tiempo, voy a seguir supervisando a sus compañeros.

Después de unos segundos nos sonrió y se retiró. Tomé los platos para salir de la cocina y entregarlos. Luego caminé hasta una mesa donde habían llegado unos clientes. Al darles una mirada sabía que se trataba de Mauro y Camila.

–Buenas tardes, ¿listos para ordenar? –Hablé y me miraron.

–Mariana. –mi amiga murmuró, emocionada– No esperaba verte aquí y menos trabajando.

–Cosas del destino. –Respondí, irónica y para disimular solté una carcajada.

Ella soltó una risa, asintió y comenzó a ordenar lo que comería. Mauro me miraba con atención y curiosidad, su mala cara siempre estaba presente, después de unos segundos hizo lo mismo que su novia

Quería quedarme a hablar con ellos por unos minutos, pero en ese momento sentí unas horribles náuseas, les di una mirada y después regresé a la cocina. Me detuve para entregar la orden y después fui hasta el baño a vomitar.

Nada de esto me está gustando.

Al día siguiente.

Las clases del día terminaron, salí de la escuela, tomé el autobús y me quedé observando el camino, hasta que llegué a la parada que estaba cerca del edificio. Ahora sí iba a descansar, no podía más con todo esto.

Dulce Traición • Lit Killah Donde viven las historias. Descúbrelo ahora