Capítulo 18

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Mariana Black.

22 de marzo, 2018.

Un mes después.

Desde el día que había tenido aquella conversación con Mauro no lo había visto, sabía muy poco de él. Suponía que seguía trabajando y después de las vacaciones que había tenido era lo mejor que podía hacer. Sabía que en cualquier momento llegaría de sorpresa, diciendo que se le olvidó avisar que llegaría. Ya lo ha hecho.

Salimos temprano de clases y avisamos que no podríamos ir a trabajar. Manuel estaba conduciendo con dirección al aeropuerto del país. Mi adorado primo (o hermano) llegaba el día de hoy y quería que fuéramos por él.

–Damián y tú deberían hacerse unos estudios de sangre para saber si son hermanos o no.

–Lo hemos pensado, pero no hemos hablando cuando sería. ¿Qué es lo que podría pasar? ¿Qué seamos hermanos? –me miró, asombrado–. Eso es de las cosas que menos nos preocupan. Crecimos juntos.

–¡Ustedes están locos! –protestó y vi sus intenciones de soltar el volante para cruzarse de brazos, pero se contuvo–. ¿Cómo pueden estar tan tranquilos al saber que existe la probabilidad de que sean hermanos?

No había una respuesta a su pregunta, así que solo me encogí de hombros y solté un suspiro.

Después de unos minutos llegamos al estacionamiento, bajamos del auto y comenzamos a caminar con dirección al interior del aeropuerto. Caminábamos a un paso muy tranquilo, nos dirigimos hacía la entrada que nos indicó.

Estuvimos de pie durante poco tiempo, inmediato salió Damián. Fue fácil identificarlo entre la multitud de gente, unos esperando a sus familiares y otros estorbando. Era un chico alto, de cabello negro y corto, ojos azules, cuerpo delgado y poco ejercitado. En resumen es un clon mío, pero con más altura.

–Hallo schwester. –fue lo primero que dijo al acercarse– Wie geht es dir?

»Hola hermana« – »¿Cómo estás?«

–Dam, no sabemos si somos hermanos o no. –le sonreí, amable– Todo está bien y más ahora, solo tengo que ponerte al día con lo que ha pasado en estos meses. –Asintió y me abrazó.

Cuando mencioné la palabra "Dam" pude notar como Manuel soltaba una pequeña risa. Había recordado el día que le dijeron "Dam sin pila" a Mauro, odiaba que le dijeran así.

Damián saludó a Manuel con un abrazo, seguido de aquel saludo que habían hecho hace años y luego de unos segundos comenzamos a caminar con dirección al auto. Una vez que llegamos, fuimos a la cocina para lavar nuestras manos y seguido empezamos a comer. Por un tiempo no estaré sola, existiendo y entrando en crisis.

Al terminar la comida, nos levantamos de la mesa, limpiamos y tiramos la basura al bote. Manuel se despidió, nos dijo que tenía que terminar de organizar unas cosas para su fiesta de cumpleaños el día sábado. Damián y yo fuimos a la sala, pusimos música y comencé a contarle lo que había pasado en los últimos meses.

–Mari, me gustaría decir que tú nunca serías capaz de hacer algo así y menos a la chica que consideras tu mejor amig –soltó una risa y término negando–. La verdad es que conociéndote eres capaz de hacer muchas cosas.

–Camila se volvió muy tóxica y controladora con su novio. Cómo si eso hubiera sido un impedimento para que me metiera con él –comenté y solté una risa–. Me parece que se traumo un poco con el tema de que su noviecito tiene a otra chica con él. –Reímos.

Estuvimos hablando por horas de varios temas, nos poníamos al día con todo lo que había pasado. Cuando nos aburrimos comenzamos a ver una serie en Netflix, comíamos palomitas y cualquier otro dulce que quisiéramos. Lo había extrañado demasiado y ¿Cómo no hacerlo? crecimos juntos y de momento nos separamos.

Dulce Traición • Lit Killah Donde viven las historias. Descúbrelo ahora