Dulce Traición • Lit Killah

Capítulo 11

Mariana Black.

Han pasado dos meses desde la vez en la que salimos de fiesta con los chicos y la misma noche en la que Mauro estaba demasiado celoso, sin olvidar que casi terminamos teniendo intimidad.

A la mañana siguiente, en la escuela vi a los chicos, tres de ellos tenían una cruda que no podían soportar, Mauro y yo éramos los únicos que no estaban sufriendo por ese problema. Habíamos olvidado que nos "llevábamos mal", pero solo fue para burlarnos de los chicos y su estado. Los chicos se habían metido a la escuela como si fueran estudiantes, nadie se dio cuenta.

Hace dos semanas (o quizás más) Mauro y Camila decidieron hacer de manera oficial su relación. No fue algo que nos sorprendió, siempre estaban juntos y se daban amor, pero todos estábamos felices por ellos.

Tengo que confesar que esa noticia si me dolió un poco, no esperaba que surgiera muy rápido. Pensaba en esperar al menos un año para esa noticia, mientras trato iba a ejecutar un pequeño plan.

Un día que salimos al centro comercial (cómo era la costumbre) me di cuenta de que Mauro quería demasiado a mi amiga (duele), pero hay algo que lo hace dudar de todo lo que siente. Ese día solo me daba pequeñas miradas de tristeza o de culpa, sin olvidar que a veces mis piernas tenían su atención y él se veía tentado. Quizás entre nosotros sigue existiendo esa tención que habíamos creado semanas atrás.

31 de octubre, 2017.

El día de hoy (martes) los chicos que son de último semestre decidieron hacer una fiesta por Halloween, sería en la casa de uno de ellos y teníamos que disfrazarnos. Camila y yo no sabíamos si era buena idea ir, pero pensamos que sería una buena idea ir. Mauro y Manuel nos acompañarían.

Mi amiga quería que las dos fuéramos disfrazadas de alguna temática y fue: hadas. Ella no dudo en escoger el color morado, mientras que yo escogí un azul. Nos veíamos bien. La verdad es que yo había pensando en disfrazarme de ángel o una conejita playboy.

–¿Mari, nos vamos? –me preguntó y asentí– Los chicos nos esperan abajo.

No respondí como ella quería, solo le di una mirada y volví a asentir. Me alejé de ella para tomar mi bolso y echar las cosas necesarias para la noche. Después de unos segundos salimos de mi departamento, tomamos el ascensor y una vez que llegamos a recepción comenzamos a caminar hacia la salida.

–¡Feliz Halloween! –Mariel, la recepcionista, dijo al vernos– ¡Disfruten de su noche!

–¡Gracias! –respondimos con una sonrisa– ¡Nos vemos!

Cuando salimos del edificio pudimos ver a los chicos esperando. Estaban afuera del auto de Manuel, hablaban tranquilos y con confianza. La noche comenzaba a caer, veía muchas personas disfrazadas, me gustaba esté tipo de ambiente en algunas ocasiones.

Una vez que llegamos con los chicos se quedaron observandonos y sonrieron. Nos saludaron cálidamente y después subimos al auto. Manuel estaba disfrazado de un zombi policía y Mauro solo tenía la mitad de su cara maquillada, como si fuera algún esqueleto y estaba vestido de negro.

–Chicas, se ven hermosas. –Manuel dijo, mientras conducía.

–Gracias. –respondimos y lo miramos por el espejo– Tú también.

Mauro iba en silencio, revisando su celular, pero había momentos en los que sentía su mirada por el espejo. Siempre hace eso y ahora pienso que nunca va a cambiar.

Después de unos minutos en el auto por fin llegamos al lugar donde era la fiesta. Manuel se estacionó, bajamos y empezamos a caminar hacia la puerta. Había muchas luces de colores, decoración un poco tenebrosa, veía como algunos estaban disfrazados y otros solo llevaban alguna máscara. Mis fosas nasales se inundaron con el olor a alcohol, tabaco y sustancias ilegales.