10- Mi hija es sagrada

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Los Herrera suben el ascensor dispuestos a desatar una guerra campal, sobre todo Carolina que carga la guadaña para reventar a Laura por haberse atrevido a tocar a su hija.

El matrimonio los espera en la sala de juntas, la tensión es palpable en el aire, Carolina arrastra un aura oscura, su enojo se apodera de ella, su marido también está enojado y si hubiese presenciado la bofetada lo estaría aún más.

—¿Tienen las grabaciones? —dice Carolina sin despegar los ojos de ambos.

—Sí, los estábamos esperando para verlas juntos —Habian optado por usar cámaras ahí también, ya que han estado desapareciendo cosas de los lockers.

Gabriel pone el video en el enorme televisor de la sala de juntas, han separado el vestuario de los lockers, poniendo una cámara que enfoca a los lockers, donde los hacen dejar a los empleados sus pertenencias antes de ingresar a trabajar. Se ve como entra Mariana, la hija de María, abre el locker de Claudia, urga y sacá sus cosas, para poner todo en la mochila de Paola, habían estado haciendo todo, tomándose el tiempo de culpar a Paola, pero no contaban con la cámara instalada apenas unos días antes sin que todavía los empleados supieran, estuviera funcionando.

—Carolina mira fijo a Laura quien agacha la cabeza y esquivando la mirada con vergüenza— Le debe una disculpa a mi hija.

—Quizás no lo hizo...

—¿Quizás? Ella no fue, pero bien que pudo —Toma el control y adelanta el video hasta llegar a la bofetada— pegarle sin siquiera dudarlo.

—Perdón estuve mal y...

—¡A mí no! a ella.

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Abajo en el lobby

Estás muy nerviosa —dice Andy sentada a su lado.

No conoces a mi madre enojada.

Todavía no puedo creer que seas hija de los Herrera. Bueno tu apellido también es Herrera, pero como yo hay mil Gonzáles por ahí.

¿Porqué? Porque ni siquiera nos parecemos —sus padres son de tez trigueña, ojos cafés, su madre tiene el pelo lleno de rulos y lo único que comparte con ellos es su color de pelo castaño— soy adoptada.

Pao no es por eso, porque con el dinero que ellos tienen, trabajas en este hotel donde la bruja mayor te trata mal.

Lo acabas de decir es su dinero, no mío y no quiero que por ser su hija se me de todo servido, quiero labrar mi propia reputación y me conozcan por mis logros y trabajo duro, no por mi apellido.

Perdón si te he ofendido.

Andy se levanta, pero ella la toma la mano— Perdón Andy, estoy a la defensiva, hoy empecé bien el día y mira como siguió.

Ella se sienta a su lado, por supuesto que había sentido el abrazo de Paola, pero no quiso despertarla para que no se avergonzara, en el fondo espera que su comentario sea por eso.

Suena el teléfono en la recepción— Pao quieren que subas.

Camino hacía el ascensor con un oficial, los compañeros que están cerca me dan ánimos, Andy corre hacía mí y me abraza fuerte.

Todo va a salir bien.

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Llega al piso de administración, todos la miraron en silencio, incluso estaba Claudia que se acerca a ella.

Buscando la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora