Siempre me pregunté qué era la felicidad.
Tengo poca memoria de cuando era niño, son vagas las imágenes que se encuentran en mi mente cuando intento recordar. Se dibujan los momentos en los que jugaba con mi hermano aprendiendo a manejar la bicicleta donde pensaba que era feliz y al minuto siguiente se cuela en mi cerebro mi primera caída, la primera herida que sangró y pude ver en mi rodilla.
Curiosamente este recuerdo viene a mi porque acabo de caer, nuevamente tengo la rodilla sangrando y siento mucho dolor. "Es tu culpa por distraerte" le reprochó mi propia conciencia. Solo volví a la realidad cuando escuché a una mujer gritar "Un niño está tirado en el piso, ayuda". ¿Niño...Hablaba de mí?, ¿yo era la damisela en peligro a sus ojos? Quería levantarme y decirles que era normal que yo tuviera accidentes a mis 15 años, no quería más médicos ni gente curiosa analizando cada movimiento mío, coloque ambas manos en el piso para impulsar mi cuerpo fracasando al instante. "Odio ser TAN DÉBIL".
-Demasiado alboroto, no le hice nada... él se metió sin mirar – Lo sabía era mi culpa- Ya basta de tanto show chiquillo ¡LEVÁNTATE!, esa voz ronca y profunda que sentí calar hasta el profundo de mis huesos llenando cada espacio de terror, sentimiento que me hacía incapaz de negarme ante esa orden, por más tuviera algo roto debía ignorar mi cuerpo y hacer lo que me decía el señor de más de 50 años que casi me había atropellado hacía menos de 10 minutos.
No sabía que mi condición era tan evidente ante los demás, sobre todo porque me lo acababan de informar hace unas semanas en el hospital al que me llevaron después de desmayarme en la calle por síntomas que no conocía. Llorando enfrente la segunda orden –CÁLLATE y SÍGUEME- sentí mi voz desaparecer en el fondo de mi garganta y mis pies moverse uno delante del otro contra mi voluntad ante los ojos de todos sin que nadie interviniera, ni la mujer que había gritado antes por ayuda era capaz de hacer algo por mi ante semejante presencia "supongo que nadie quiere arriesgar el pellejo por alguien como yo".
El dolor era insoportable, caminé detrás del hombre y me subí a su automóvil, condujo hasta un parque pequeño y alejado, estacionó y se volteó hacia mí –QUIETO- Me sentía un perro sin voluntad, frente a un amo cruel. Se acercó a mi rostro y el terror se hizo presente en mi mirada, en susurros me dijo "Este mundo es peligroso, no deberías ir provocando a la gente tan descaradamente". El hombre me había apresado en ese asiento, tenía una mano en mi cuello y su asquerosa respiración se agitaba mientras me veía temblar, cuando bajó su otra mano e intento levantar mi camiseta se escuchó un teléfono, sonó varias veces de manera insistente, él exasperado contestó furioso, minutos después colgó la llamada, me miró y suspiró – quería hacerlo rápido, pero tengo una emergencia. Sobre lo que pasó NO SE LO DIGAS A NADIE Y BÁJATE.
No sé si fue suerte o destino que me salvara ese día, olvidé mis lesiones e intente correr muy rápido, por suerte vi la farmacia donde compraba siempre con mis padres , en llanto incontrolable me acerque a pedir un teléfono para llamar, completamente asustado el hombre que atendía el lugar se acercó a mi lado. Sentí un hormigueo en mi rostro y sabía que me iba a desmayar, antes de caer al suelo y cerrar los ojos, lo vi... Una mirada como el fuego, unos ojos que cambiarían mi destino, un destino que tardaría años, silencio y mucho dolor en encontrarme.
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* Primera historia, tengo el corazón completamente roto y no se como salir adelante...
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Y es...EL DOLOR DEL SILENCIO
RandomCuanto tiempo puedes aguantar el dolor sin gritar desesperado por ayuda... Es algo que descubrirá Lie a sus 15 años. Una historia omegaverse con contenido sensible... No adaptaciones permitidas