Cap. 18

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-Debo romper el lazo y devolverte a tu familia para que busquen otro alfa para ti.

Suspiré profundamente -¿tengo opinión al respecto?

-Ya te hice demasiado daño bebé, debo dejarte libre para que tengas cachorritos con otro alfa y seas feliz.

-No quiero que me devuelvas por favor.

Esta vez fue Leo quien suspiró rendido ante la oposición - Te prometo que serás un rey hasta el fin de tus días.

"ya no me prometas nada"

Por más el alfa intento llevar una rutina normal después de la noticia, las veces que visitó mi lecho disminuyeron considerablemente, lo notaba decaído y casi no comía, mi suegra visitó mi hogar repetidas veces para llamarme la atención logrando pelearse con mi esposo cada vez más fuerte. Fueron meses difíciles para ambos pero con apoyo consideraba que saldríamos adelante.

No esperaba la visita de mis padres ese día sobre todo después de haberme olvidado tanto tiempo, la última vez que habían venido fue cuando mi marca estaba recién hecha.

-Tu prima se casará en unos días y nos pidió que intercedamos para que junto a tu esposo sean testigos de su unión ya que tu primo Ban y su novia están muy ocupados con su hijo.

-No creo que sea posible, alfa no tiene ánimos y yo no quiero.

-Estás muy atrevido Lie, no querrás que se filtre cierta información ahora que estas bien con tu alfa o si.

Mi alfa entró en el acto saludando a los presentes, ellos se apresuraron a informar sus intenciones, Leo con tranquilidad giro hacia donde estaba.

-¿quieres ir bebé?

-cómo tu quieras alfa.

Nos dejaron la invitación recalcando que ya nos habíamos comprometido con el asunto se marcharon tranquilos.

Su suave toque en mi brazo me causó ternura, lo tomé de la mano para subir a la habitación.

El día del matrimonio yo con un traje azul y Leo con uno verde botella, estábamos listos para la ceremonia. Los nervios empezaron a incrementar pues la misma novia me había dicho que por un cambio de planes Ban si asistirá con su familia, solo espero no toparme con él a solas.

-Alfa hoy no me siento bien, no me deje sólito por favor.

La ceremonia duró poco, en la recepción preparada en el salón del hotel todos brindaban por la feliz pareja.

En nuestra mesa no faltó la comida y la bebida por parte de los padres de la novia, casi escupo el pedazo de ternera que tenía en la boca al verlo entrar con esa mujer rubia, y el bebé en sus brazos,eran Ban y su familia. Intenté disimular cómo me sentía frente a todos, tomando un poco de agua.

Apretando la manga de su saco le pedí a mi alfa que me acompañara al baño, pero se negó diciendo que no era un niño pequeño y porque estaba conversando con los novios.

Nada podría pasarme por ir cinco minutos solo al baño, aún así le volví a jalar diciéndole que si no volvía rápido fuera a buscarme. Con la mirada confusa asintió y me levanté. 

Y es...EL DOLOR DEL SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora