Cap. 7

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No es que esperara una fiesta de recibimiento a mi llegada más lo que hizo mi propio padre fue inesperado desde el punto de vista de cualquier víctima, admito que mi apariencia era terrible por todo lo que me sucedió y su mirada asqueada junto con las palabras que salieron de su boca me dolieron muchísimo.

-Ya estarás satisfecho Lie! arruinando la vida de toda tu familia y haciendo sufrir tanto a tu pobre madre al desaparecer así, si tanto querías abrirte de piernas a los hombres nos hubieras dicho.

Ni una sola pregunta sobre mi bienestar o si era cierto lo que les habían informado, fue directo a la yugular en su ataque -Y-y-o-o no quería...-cabizbajo y temblando fue lo máximo que pudo salir de mis labios.

-¡Silencio Lie! – Se acercó amenazante y tomando mi barbilla con fuerza siguió con su discurso.

-Si hubiera sabido que querías ser prostituto hubiera fingido tu muerte para ahorrarme la vergüenza del qué dirán, si no hubiera sido por Ban que hubiéramos hecho- Aflojo su agarre y se frotó con sus dedos el puente de su nariz, estrecho la mano de Ban muy agradecido.

- Gracias por traer esta porquería de vuelta a casa Ban, de ahora en adelante nos haremos cargo ¿Deseas comer algo? O tal vez prefieres descansar en el cuarto de visitas, mi esposa lo preparó para ti.

-No fue nada, en realidad es una suerte que lo haya encontrado yo y no alguien que reconociera su rostro y pudiera hablar demás. Claro que acepto su propuesta, estoy muy cansado y desearía dormir un poco.

A nadie le importaba si yo estaba cansado o hambriento, que triste fue darme cuenta que mi existencia valía tan poco. Sentí como Ban me alzaba en sus brazos y le decía a mi padre que me subiría a mi habitación para evitarle molestias, recibiendo como respuesta una sonrisa agradecida mientras asentía.

Mientras me subía por las escaleras sentía sus manos clavarse con más fuerza en mi cuerpo, cuando estuvimos fuera de la vista de todos empezó a susurrarme -Quiero montarte una última vez cachorrito, ya no importa si sangras porque podemos decir que te lo hizo tu último cliente- La tensión en todos mis músculos fue notoria poniéndome completamente rígido le rogué que no lo hiciera. No estoy seguro el motivo por el cual me hizo caso y no me tomó ese día, me dejó en mi cama y me cubrió con las sábanas, me dio un beso en la frente y me acarició el rostro suavemente.


Y es...EL DOLOR DEL SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora