Capítulo con contenido sensible
En pocos días establecí una rutina en la casa de mi tía que consistía básicamente en ayudar en todo lo que pudiera, aprendiendo de paso los deberes de un buen omega, cocinaba y limpiaba la casa mientras conversaba con mi prima Noel.
A pesar de que la casa era muy espaciosa ella me suplicaba para que me quedase en su habitación, así fue que todas las noches me acomodaba a su lado y hablábamos de tonterías hasta quedar dormidos.
Una cena agradable y otra lección sobre la importancia de llevar la cuenta del celo en un omega cerraron la velada previa a mi retorno a casa, aparentemente que pasara tanto tiempo fuera había dado lugar a habladurías y requerían mi presencia para acallar las malas lenguas, debería volver para otra temporada después de un lapso de tiempo prudente y con una mejor excusa que una simple visita, como de costumbre Noel y yo limpiamos todo a fondo para poder subir a descansar.
Una mano puesta en mi boca y nariz hizo que despertará completamente asustado, una turbia presencia me apresó contra las sábanas sin dejar espacio para la lucha, sentí el enérgico agarre que me levanto de la cama y me sacó del cuarto de Noel, por más que me removía e intentaba no pude liberarme. Era tan fuerte que solo necesitó un brazo para empujarme por toda la casa hasta su cuarto que estaba alejado de todos los demás y encerrarme ahí, contra la pared mientras empujaba todo su peso en mi cuerpo sacó con una velocidad única un pañuelo de tela que Dios sabe a quién le pertenecía y me la puso como una mordaza que me impedía gritar y solo podía soltar sonidos lastimeros que dolían.
-En que momento el cachorrito que jugaba conmigo se hizo tan apetecible.
Ban, el primo que se suponía estaba trabajando lejos había regresado chocando con mi destino y torciendo mi futuro, no se el momento exacto en el que las lagrimas empezaron a salir de mis ojos, tal vez fue cuando sentí su respiración sobre mi cuello paralizandome o cuando su mano se paseaba por la piel desnuda de mis piernas y subía descaradamente a mi cintura. En ningún momento aflojó su agarre.
-Te diré algo curioso, siempre te he deseado Lie solo que no se había dado la oportunidad como ahora, te pido que dejes de llorar ¿Si?-Como dejar de llorar cuando me hacían eso en contra de mi voluntad.
Solo atinaba a removerme como gusano intentando escapar, cuando logré soltar una mano le arañe la cara violentamente, fue suficiente. Un golpe que hizo girar mi rostro y la amenaza de que si seguía moviéndome me cortaría la garganta y me desaparecería para que el llanto fuera descontrolado y el temblor de mi cuerpo insoportable al punto de que todo se tornó oscuro.
El minuto que duró mi desmayo fue suficiente para que me despojara de toda mi ropa y para cuando regrese de la oscuridad, tenía las manos atadas con un cinturón a la cabecera de la cama.
-Te hubiera tratado tan bien si hubieras cooperado mi lindo Lie, pero como te atreviste a levantarme la mano ya no me importa- se acercó más a mi rostro y solo dijo "te castigare".
El miedo subió por mi espina dorsal cuando su mano fue a mi cuello y ejercía presión, no podía respirar y tenia miedo de desmayarme otra vez, estaba exhausto. Me soltó para buscar algo en su mesa de noche, sentí un líquido viscoso bajar por mi intimidad, la primera intromisión fue una sorpresa dolorosa, empujé mis pies contra la cama intentando zafarme, pero sentí el siguiente dedo entrar nada delicado. Se levantó de la cama, se bajó los pantalones y agarrando mis tobillos abrió mis piernas.
-Ya no aguanto más...- Sin importarle mis lagrimas ni mi dolor se enterró profundo y de una sola estocada, mis piernas temblaron sin control porque ardía, sentía que me quemaba por dentro. No espero ni 10 segundos y empezó a moverse violentamente contra mi cuerpo, me di cuenta que era peor si luchaba porque dolía mucho más, entonces me quedé quieto.
-Mi cachorrito, eres mío...-saliendo de mi cuerpo Ban frotó su sexo y me ensucio aun más con su semilla maldita-te dejaré dormir un poco mañana nos vamos, nadie puede saber lo que pasó así que vas a "huir".
Desperté con el sonido de la radio del auto, estaba envuelto en una manta, aun desnudo quise levantarme, pero el dolor me impidió cualquier movimiento brusco, de mi boca solo salieron quejidos, fue inevitable volver a caer en la nada nuevamente.
-Si por mi fuera no te lavarías porque perderás mi olor, pero sé que estás incómodo por lo que te dejaré bañarte, lo sé... Tu pareja es muy buena contigo.
Me cargo al baño de un lugar desconocido, colocándome bajo la ducha abrió la llave y el agua helada me hizo estremecer, agaché la mirada y alcance a ver que el agua se teñía de rojo mientras él colocaba sus dedos dentro para "limpiarme" no pude evitar el grito desgarrador que salió de mí.
-Shh, pequeño- susurró acercándome a su pecho en un intento de acunarme como a un bebé, termino de lavarme, me envolvió en una toalla y me sentó en la encimera del baño para secarme-Te quedaran algunas marcas, si hubieras sido obediente lo hubieras disfrutado y no estarías tan frágil- Me llevó a la cama y se acostó a mi lado rodeándome con sus brazos.
Me quede inmóvil, supongo que estaba en shock porque solo podía respirar y quedarme con la mirada perdida a la nada.
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Y es...EL DOLOR DEL SILENCIO
RandomCuanto tiempo puedes aguantar el dolor sin gritar desesperado por ayuda... Es algo que descubrirá Lie a sus 15 años. Una historia omegaverse con contenido sensible... No adaptaciones permitidas