Cap. 21

335 21 0
                                    


Tuvieron que internarme en la clínica, mis lesiones requerían cirugía, por suerte mi alfa estaba de buen humor conmigo por lo sucedido minutos atrás.

Esa mañana intentaba ponerme la ropa más cómoda y opté por pedirle permiso a Leo para dos cosas, primero pedí permiso para colocarme un suéter suyo (argumentando que quería su olor completamente sobre mi) aunque la realidad fuera que moría de pena por mis heridas y quería cubrir lo más que pudiera de mi cuerpo. Lo segundo que solicité fue usar maquillaje para tapar los rastros aún existentes en mi cara de los golpes recibidos,por suerte el alfa accedió a todas mis peticiones.

El problema empezó cuando el médico de la clínica quiso revisar mi cuerpo, me crispe como un gato poniéndome alerta y me escondí detrás de Leo.

Fue el mismo alfa que me puso frente al médico y le dijo que las lesiones eran en la muñeca y pie por lo que no necesitaba tocarme más de lo debido. El médico entonces se acercó, cogió mi mano y la observó detenidamente.

-¿Cómo me dijo que obtuvo la lesión?

-Caída de las escaleras

La mirada inquisitiva del médico se posó en mi, cuando vio mi tobillo aún más sorprendido me dijo ¿seguro que fue una caída?.

Asentí con vehemencia, mientras el médico me apretaba el moretón. Joven dígame con confianza, desde cuándo sufre esta clase de abuso¿debo revisar si existen evidencias de violación? Veo golpes en su rostro.

-para su información tuvimos sexo ayer y a mi omega le gusta un poco rudo.

Me puse como un tomate asintiendo nuevamente.

-señor doctor, me caí de las escaleras por descuido. Dejé de culpar a mi alfa que me trajo al hospital para revisarme, si él me hubiera golpeado no se molestaría en traerme aquí.

-estas lesiones tienen tiempo, me sorprende cómo aguantas siquiera caminar y menos puedo imaginar que con el dolor puedas llevar una vida sexual normal.

-Mi esposo no sabia que me caí, se lo oculté para no preocuparle, pero ayer me vio cuando... cuando pasó lo que ya le dijo.

Cansado del interrogatorio y molesto con el médico, Leo simplemente se limitó a decirle : Puede curar a mi omega o lo llevo a otro lugar.

El doctor hizo una reverencia como disculpa, le informo al alfa los pasos a seguir y salió del consultorio a preparar todo para la revisión, antes de que se decida la internación me disculpé con el alfa por las molestias y le dije que no era necesario si causaba conflictos.

Leo se acercó a mi rostro y susurró- Gracias por defenderme bebé, al no decirles que yo te golpee me ahorraste problemas serios, te portaste bien y por eso como premio dejare que te curen, además mientras más rápido sanes, más rápido podemos retomar la luna de miel.

Y es...EL DOLOR DEL SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora