Capitulo 19

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Se actualizó el 17/06/2022 a las 17:15 Hora Paraguaya 

Las praderas africanas, también llamadas sabanas. Un lugar digno para ir de vacaciones con la familia, especial cuando se trata de casería, algo que en el mundo muggle era ilegal. Pero para la familia Lestrange, esa palabra no estaba en los diccionarios, o mejor dicho para Bellatrix Lestrange.

Cazar es uno de los pasatiempos de Bellatrix, uno de lo que más disfrutaba. Su sueño es, por supuesto, que el Wizengamot, legalice la cacería de muggle. Ya lo probó y era muy divertido, aunque esa vez no lo probó con un muggle, sino con el ahora eunuco ex esposo de su hermana menor.

¡Auxilio! –Ese grito, puso en alerta a Bellatrix, que cargo su escopeta, su hijo hizo lo mismo cuando escucho el grito, y ambos subieron a sus respectivas escobas, para ir donde estaba la persona que causo ese grito.

Ellos no tardaron en encontrar a la persona que pedía ayuda, se trataba de nada más y nada menos que Draco Malfoy. El chico estaba siendo perseguido por una pequeña banda de hienas, que perseguían al pobre niño, para comérselo.

El pobre, no entendía como de un momento para otro, su cama apareció en medio de este lugar. Y para colmo, estaba bañado en sangre, lo que por supuesto atraía a los animales salvajes de este paraje, tanto normales como mágicos.

¡Por Favor, ayuda! – Otro grito se suplica, antes de que Harry lo agarre del cabello, y lo salve justo antes de que bueno, sea comido por esos animales hambrientos, aunque lo único que provocó fue el grito de dolor de su primo - ¿Tú? ¿Tú provocaste esto?

No – Fue la sencilla respuesta de Harry antes de soltarlo nuevamente para que las hienas vuelvan a perseguir al pobre Draco que no dejaba de gritar, antes de caer al suelo, y tal vez romperse algunos huesos - Si, esto es divertido.

Harry fue hasta donde estaba su primo, antes que las hienas nuevamente lo atrapen. Causando, por supuesto, el alivio momentáneo del joven mago, que trataba de aferrarse a la mano de su primo. Que al parecer no iba a tener problema para sacrificarlo.

¡Esto es muy divertido! - Exclamó Bellatrix, que disparaba a otra hiena, que caía al suelo, a algunas las mataba, a otras no, porque deseaba tenerlas en su castillo, como a los otros animales que tenían como mascota - ¿Qué opinas Harry?

Y Harry dejó caer nuevamente a Draco, para que las hienas dejen de mirar a su madre, y por supuesto para evitar que se dispersen. Porque que animal, iba a decirle que no a una presa tan débil, como lo era Draco.

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¡Tú hiciste que! – Fue el grito que despertó a todo el mundo, Narcisa no estaba para nada feliz con lo que se encontró, ella se levantó temprano, para disfrutar de un buen café, solo para encontrar con su hijo tirado en la sala, bañado en sangre.

Usamos a tu hijo como carnada – Bellatrix no parecía tan preocupada por el grito o la cara de su hermana, que estaba muy, pero muy enojada, eso no le importaba en lo absoluto a la mayor de las tres, porque sabía lo que iba a pasar - ¿Hice algo malo?

¡¿Hice algo?! Qué clase de pregunta es esa - Narcisa no dejaba de mirar a Bellatrix, que seguía con su taza de café caliente, la mayor no estaba para nada preocupada por lo que estaba pasando - Es tu ahijado Bellatrix... ¡No una carnada!

Bueno, esto es tu culpa – Bellatrix tomó otro sorbo de café, ante la mirada de su hermana que estaba anonadada por las palabras que salieron de la boca de su hermana, ella la estaba culpando – No te pude preguntar, porque ayer estuviste gimiendo como una perra. ¿O lo vas a negar?

Harry LestrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora