Capítulo 35 - Continuación

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Una joven de ojos verdes corría por el segundo piso de las escaleras de su mansión al ver como dos intrusos acababan con los lobos que la resguardaban a ella y a su madre, bajó desesperadamente hasta llegar al primer piso y se encontró con unos alfas dejados por su abuelo quien yacía en el suelo húmedo sin vida a las afueras de la mansión, todo transcurría con una velocidad infrahumana, ambos seres no deseados entraron rápidamente a la mansión mientras los lobos a su alrededor no podian moverse, incluyendo la a ella misma, algo en esos seres de la noche la hacía tener la necesidad de arrodillarse y permenecer con la cabeza agacha. No pasó mucho tiempo en estar tendida en el suelo debido a que sus inútiles y delgadas piernas no soportaron el peso de la mirada de esos extraños obligándola a rendirse sin poder pronunciar palabra alguna. Algo similar ocurría con una persona en el segundo piso de esa casa lúgubre, ya que se oía un quejido que la joven de ojos verdes rápidamente reconoció, era su madre, el intruso ligeramente más pequeño se apresuró a revisar quien era la portadora de un quejido tan desagradable y oh sorpresa la que se encontró. Con una sonrisa de lado y sin piedad alguna tomó a la mujer del cuello, quien esta demás decir que nisiquiera podia levantar su vista por el miedo que su cuerpo sentía en ese momento, el cuerpo de la mujer cayó de golpe al piso inferior de madera mientras los quejidos iban en aumento y la loba de ojos verdes soltaba lágrimas sin poder gritar de rabia o de tristeza al ver a su madre en ese estado tan deplorable, la mujer zorro iba soltando unos pequeños quejidos antes de dejarse dormir en un sueño casi eterno, eso debido a su naturaleza cambia forma que la hacia tener un poco más de tolerancia y resistencia a los golpes tan bruscos como el sufrido hace un momento. 

El joven que lanzó a la mujer decendía suave y galantemente por las escaleras de esa mansión, lo contrario a la manera tan apresurada de subir hace apenas unos instantes atrás. Por otro lado lado la intrusa de ojos grises  parecía sentir algo más que odio y enojo, sentía curiosidad, una curiosidad que hasta el día de hoy no habia sentido. No dejeba de parecerle extraña esa mujer que lloraba en el suelo de madera, había algo en ella que no la hacía sentir la misma repulsión de hace unos días atrás, esto no pasó desapercibido por aquel intruso más pequeño, quien observó lo que estaba haciendo su hermana, antes de que la fémina pudiera reaccionar el joven pateó a la mujer del suelo hasta chocar con las gruesas paredes de la mansión que quedaron un poco deformadas. 

- Que estas haciendo..? esto no era parte del plan..!

- De que hablas..?

- Acaso no haz notado como la veías..? Deberias matarla no observarla..!

- Yo se a que hemos venido Zorel..!!

- Entonces hazlo Zaira..!!

La mujer de ojos grises se acercó más ante su presa que yacía en el piso de aquella mansión nuevamente, la mujer de ojos grises tenía la mirada alzada y sin asco uso su pie para levantar el rostro de la féminda de ojos verdes, al momento de ambos ojos hacer contanto se produjo algo inesperado, algo dentro de ella parecía no estar tan de acuerdo con matar a esa chica, más bien parecía tener la nesecidad de proteger, pero preoteger de que..? ella debía matarla, no protegerla, todo estaba pasando muy rápido y era confuso, quiso acercarce más y beber un poco de su sangre para ver la razón de su actuar, algo que no permitió su hermano, quien la apartó para hecerse cargo él mismo.

Zaira: No lo hagas, espera.

Zorel: Esperar que..? a que te de hambre..? puedo encargarme yo, tú ya hiciste mucho por hoy Zaira.

Zaira: Espera, yo quiero.. torturarla, nuestros padres no merecian morir, torturemoslas a ambas, antes de comerlas.  - Su voz más que de mando o de enojo parecia de suplia, debido al tono tan fuerte que usó, ese pequeño tono lastimero no pudo notarse..-

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